Nueva escena de rol: CIPA aquí, en Japón o al otro lado del charco.

Punto de vista: Fabián.

Comunidad de Madrid; hospital Universitario La Paz.
Te encuentras en un centro hospitalario de titularidad pública, situado en el distrito de Fuencarral El pardo. Está administrado por el Servicio madrileño de salud y es uno de los principales hospitales de referencia. También es centro de referencia nacional e internacional en varias áreas específicas de elevado nivel de desarrollo científico y tecnológico.

La aglomeración en este lugar te impide identificar a personas concretas.

El celador pasa al trote directo a la zona de urgencias empujando una camilla donde apenas puede verse un pequeño bulto envuelto en una manta rosa.
La enfermera corre junto al celador.
Una pareja con rasgos típicamente indígenas, corre tras la enfermera.
Paloma se gira y frena el avance de la pareja.
Paloma dice con acento almeriense, «Tenéis que esperaros aquí, lo siento, pero no podéis entrar.»
Paloma traga grueso al ver las lágrimas de la mujer inundarle los ojos.
Paloma dice con acento almeriense, «os diré lo que sea en cuanto lo sepa, os lo prometo.»
El hombre pasa el brazo sobre los hombros de su mujer y asiente.
Paloma mira al hombre mientras intenta llevar a su mujer casi a rastras hasta los asientos de la salita de espera.
El celador carraspea con fuerza.
Paloma se recompone y entra al área de urgencias siguiendo al celador.

Comunidad de Madrid; hospital Universitario La Paz; Servicio de Urgencias Generales.
Es un servicio que cuenta con cuatro salas de observación con capacidad para 54 pacientes, además de una sala de preingreso para 30 pacientes y una sala de tratamientos con 30 sillones.
Te encuentras con Fabián y Almudena.
El celador entra disparado y frena en seco cerca de Fabián y Almudena.
El celador ve a Fabián, tiene el rostro descompuesto.
Dices: «¿Qué tenemos?»
Paloma traga y se acerca a la camilla.
Paloma levanta la manta, mientras Almudena y Fabián se acercan.
Fabián adopta un gesto adusto, Almudena empalidece.
Almudena murmura: «la vírgen.»
Dices: «Llevadla al box de ahí en la sala de preingresos, preparad las curas. Almudena, llama a servicios sociales y dile a Lourdes si puede acercarse. Paloma, intenta tomar una vía y una muestra para analítica completa; cuando termines, comunícate con el hospital infantil y también con el doctor Anzola, por favor.»
Paloma asiente, Almudena corre a la isla de enfermeras.
Fabián rompe el empaque de unos guantes y se los coloca.
El pequeño bulto comienza a convulsionarse de forma feroz.
Fabián mira a Justino.
Dices: «sujétale del cuerpo, con cuidado. me ocuparé aquí arriba.»
Los hombres adoptan sus posiciones.
Fabián procura abrir la boca de la pequeña niña con cuidado usando una paleta de madera para evitar que se lastime más la lengua.
Fabián se fija en las heridas bucales y aprieta los dientes.
Sangre corre desde las comisuras de la pequeña.
Justino coge con cuidado a la niña, pero los movimientos hacen que sea difícil sujetarle con delicadeza.
Fabián observa la fracctura abierta que muestra la tibia y el peroné de la niña desde su posición.
Fabián habla con tono firme.
Dices: «sujétale sin miedo, Justino.»
El hombre traga y respira profundo esperando el chillido de la niña.
El llanto nunca llega.
Fabián sigue sujetando la cabeza de la niña y la paleta, mientras grita la serie de medicamentos que han de colocarse en la vía.
El celador murmura: » «esta chiquilla está ardiendo… mi dios bendito.»
Fabián observa como el cuerpo comienza a relajarse.
Dices: «vamos, al box.»
el celador suelta a la niña y se mueve disparado.
Paloma entra tras él en el box y comienza a atender a la niña, siguiendo las indicaciones de Fabián.
El celador sale del box dando una última mirada al pequeño cuerpecito que ahora yace inerte.
Fabián le apoya una mano en el hombro a Justino, este asiente y se marcha.
Fabián entra en el box.
fabián se cambia los guantes tirando los anteriores en la papelera.
Paloma termina de desvestir a a la pequeña.
Dices: «La han traído los paramédicos?»
Paloma niega con la cabeza mientras revisa los bracitos intentando tomar una vía.
Dices: «tómala en el pie derecho, la otra pierna tiene que pasar por quirófano.»
Paloma asiente y comienza a trabajar con rapidez.
Paloma murmura con acento almeriense, «los padres están fuera, en la salita de espera.»
Fabián suspira profundo y comienza a curar las heridas de la niña mientras Paloma se ocupa del resto.
Paloma murmura con acento almeriense, «puedo llamar a alguna otra compañera, doctor.»
Fabián niega con suavidad.
Dices: «estamos a tope y todavía tiene que entrar a quirófano. Terminaremos más pronto así. Luego iré a por los padres.»
Paloma asiente.
Paloma comienza a tantear para tomar la vía.
Paloma introduce el Yelco esperando el llanto de la niña.
La pequeña abre los ojos despacio.
Paloma la mira, desconcertada.
La pequeña balbucea: «mama… mama.»
Paloma termina de conectar la medicación y va graduando el conteo tan rápido como le es posible.
La niña vuelve a cerrar los ojos.
Fabián no ha perdido de vista las reacciones de la niña.
Paloma coloca el termómetro y espera.
Segundos después…
Paloma abre mucho los ojos.
Paloma dice con acento almeriense, «41 grados.»
Fabián termina de limpiar las heridas de la niña y se acerca, observa que la pequeña no transpira en absoluto.
Fabián se quita los guantes y los tira en la papelera.
Fabián coge su boli y sale a toda prisa del box mientras va llenando la historia de ingreso.
Fabián ve acercarse a Almudena.
Almudena dice: «lo siento, doctor, en servicios sociales me dijeron que Lourdes no estaba disponible, así que Mayra va a hacerse cargo.»
Fabián procura disimular el desagrado y asiente.
Dices: «hazte cargo de llamar al hospital infantil y a anzola, Paloma va a tardar otro poco más y es urgente.»
Almudena asiente y vuelve a salir disparada.
Fabián sale del área de urgencias generales, rumbo a la salita de espera.
Comunidad de Madrid; hospital Universitario La Paz.
Te encuentras en un centro hospitalario de titularidad pública, situado en el distrito de Fuencarral El pardo. Está administrado por el Servicio madrileño de salud y es uno de los principales hospitales de referencia. También es centro de referencia nacional e internacional en varias áreas específicas de elevado nivel de desarrollo científico y tecnológico.

La aglomeración en este lugar te impide identificar a personas concretas.

Te encuentras con Mayra.
Fabián ve a Mayra acercarse al mismo tiempo que una pareja cuya edad le resulta difícil determinar, le aborda.
La mujer habla con un marcado acento mexicano.
Ameyal dice: Asté mi va decir como ta mi Citlali, sí?»
Fabián se fija en el rostro de la mujer. La angustia le desdibuja los rasgos.
Mayra se interpone entre la mujer y Fabián.
Mayra carraspea mirando a la mujer y su compañero con evidente desdén.
Ameyal da un paso hacia atrás, en sus ojos se refleja el miedo y la tensión.
Yoalli, su marido, se mueve interponiendo su cuerpo delante de Mayra, dándole la espalda un segundo, hablándo en una lengua que Fabián no reconoce.
Ameyal se estremece pero asiente. ambos se toman de la mano.
Mayra alza una ceja; su enfado comienza a a dejarse ver, pero se recompone de inmediato adoptando un tono glacial.
Mayra dice: «soy trabajadora social de aquí del hospital, tenéis que responder algunas preguntas.»
Fabián da un par de pasos hasta colocarse junto a la pareja, omitiendo de forma deliberada a Mayra.
Fabián habla evitando usar términos técnicos.
Dices: «su pequeña…»
La mujer lo interrumpe.
Ameyal dice: «mi citlali, dígame asté.»
Ameyal mira la ropa de Fabián un instante y vuelve a alzar la mirada.
Ameyal dice: «asté dotorcito, edá?»
Fabián asiente, despacio.
Fabián mira al hombre y luego a la mujer.
Dices: «Citlali está muy, muy enferma.»
Ambos padres se miran mientras lágrimas le inundan los ojos.
Mayra interrumpe la conversación de forma abrupta.
Mayra dice: «Necesito que vengais conmigo, ahora.»
Fabián aprieta los dientes y los puños al mismo tiempo.
Yoalli ve a Fabián y luego a Mayra.
Yoalli dice: «sí, iñorita, nosotros vamos con asté. después venimos con el dotorcito pa’ que nos diga quí tenemos qui hacer»
Mayra dice: «seguid por ahí, hasta el final del pasillo y esperadme.»
Mayra señala el pasillo.
Yoalli asiente cogiendo a su mujer de la mano y comienza a llevarla hacia adelante.
Fabián ve a la pareja echar a andar.
Mayra los ve moverse y se gira ligeramente para ver a Fabián.
Mayra dice: «¿Será que esos panchitos también comparten esas aficiones que tú y yo conocemos tan bien, Fabi? ¿A ti qué te parece? Porque tienen más bien cara de indios… aunque claro, algunas tribus pueden ser bastante bárbaras y sanguinarias, ¿no?»
Fabián mira a Mayra con desdén.
Mayra suelta una risita.
Fabián baja el tono de voz.
Murmuras: «dedícate solo a hacer tu trabajo, Mayra; tus comentarios u opiniones están de más.»
Mayra se gira por completo.
Anzola ve a Fabián con Mayra y se dirige hacia ellos.
Mayra murmura: «no te equivoques, Fabi. Mi opinión cuenta y mucho. ¿Y si hay alguna mínima posibilidad de maltrato infantil, no va a temblarme el pulso y menos con esos panchitos que de seguro son unos indocumentados; carroña social que solo viene a vivir de nosotros los españoles, en lugar de quedarse en sus países.»
Mayra gira para emprender la marcha, pero Fabián le corta el paso.
Murmuras: «Panchitos o no, en España volvemos a tener sanidad universal, Mayra. Ten eso presente. la hija de esa pareja es mi paciente y tanto ella como sus padres merecen atención y respeto.»
Mayra achica los ojos un instante.
Mayra murmura: «será mejor que vayas tú a hacer tu trabajo y déjame a mí hacer el mío. Ya veremos quién tiene razón al final.»
Fabián está a punto de cogerla por la muñeca cuando Anzola se acerca a saludar.
Mayra hace un movimiento de cabeza en reconocimiento al saludo del otro médico y se va pisando con fuerza, haciendo que sus tacones altos repiqueteen por todo el pasillo.
Fabián se gira para ver a la pareja y a Mayra adentrarse en la oficina.
Anzola le apoya una mano en el hombro a Fabián.
Anzola dice: «venga tio, vamos a hacer que esa perra se trague sus palabras, a ver si tenemos suerte y se envenena con sus prejuicios.»
Fabián se recompone y asiente, caminando junto a Anzola, rumbo al área de urgencias.
Una hora después…
Fabián sale del box dejando a Paloma a cargo de la niña.
Fabián camina hacia el pequeño despacho donde le espera Anzola.
Anzola va cambiando de radiografías alternativamente, fijando un par sobre el negatoscopio.
Fabián mira las radiografías y su rostro se ensombrece.
Dices: «¿Eso es lo que yo creo que es?»
Anzola se gira y da unos pasos hasta dejarse caer en el sillón tras el escritorio.
Anzola alza la mirada y asiente.
Anzola dice: «le envié hace un rato las imágenes a Moreno y lo confirmó.»
Fabián se deja caer en la otra silla.
Dices: «Vais a amputar, supongo.»
Anzola asiente.
Anzola dice: «La Ostiomelitis está demasiado avanzada en el fémur, la articulación de la cadera ya ves cómo está. Esa fractura abierta de tibia y peroné es el menor de sus problemas.»
Fabián suspira profundo.
Dices: «lleva una hora con los antipiréticos, los anticonvulsivantes y ya ordené la antivioticoterapia. en cuanto tengamos controlada la hiperpirexia os aviso para que la lleveis a quirófano.»
Anzola suspira.
Anzola dice: «recuerda que necesitamos la autorización de los padres…»
Annzola se apoya en el sillón cerrando los ojos un instante.
Dices: «Estoy esperando que Servicios sociales termine su trabajo para hablar con ellos.»
Anzola resopla.
Anzola mmurmura: «querrás decir que Mayra termine de torturarles. Hija de la gran …»
Unos golpecitos suaves se sienten en la puerta.
Anzola abre los ojos y alza la mirada.
Anzola dice: «Pasa, almudena.»
Almudena se adentra un poco, parándose detrás de la silla donde está sentado Fabián.
Almudena dice: «servicios sociales ya terminó con el caso de la niña que tenemos en el box 7, doctor. quieren saber si han llegado a algún diagnóstico que justifique las lesiones que presenta la niña.
Ambos médicos se miran.
Anzola dice: «Gracias, Almudena. Ya hablo yo con servicios sociales.»
Almudena asiente y se gira para salir del despacho.
Almudena dice: «¿doctor Fábrega? Los padres están ahí fuera.»
Dices: «Gracias, Almudena. Ya me ocupo yo.»
Almudena asiente y sale.
Anzola mira a Fabián mientras coge el auricular del teléfono del escritorio.
Anzola dice: «Ve, ya me ocupo yo de la fiera de Mayra y de sus ínfulas.»
Fabián lo mira un instante antes de ponerse en pie.
Dices: «¿Crees que haga falta que llame a Gina o a Guillem?»
Anzola niega con la cabeza mientras va pulsando el teclado.
Anzola dice: «Guillem tardaría mucho en determinar el grado de retraso intelectual y tú mismo viste las lesiones bucales. Esto es CIPA aquí, en Japón o del otro lado del charco.»
Fabián asiente.
Anzola le hace señas a Fabián de que salga.
Fabián se gira y sale del despacho.
Desde fuera se escucha la voz de Anzola.
Anzola dice por teléfono. «sí, ya tenemos el diagnóstico… no, no es tema de maltrato infantil, la niña presenta una enfermedad rara que se llama Neuropatía Hereditaria Sensitivoautonómica de tipo IV; para que lo entiendas mejor, Mayra es Insensibilidad Congénita al Dolor con Anhidrosis, Mayra… No, por eso es que te he dicho que es una enfermedad rara, mujer. las lesiones se dan porque no hay sensación de dolor ni tampoco se puede percibir la temperatura… bueno, quizá por eso yo soy médico y tú no, guapa…»
Anzola sigue hablando por teléfono.
Fabián respira profundo y va al encuentro de los padres de la niña.
En el pasillo, dentro de urgencias, fuera del box…
Amayel se levanta de un tirón cuando ve que se acerca Fabián.
Fabián le hace señas para que se siente de nuevo, coge una silla y la arrastra para sentarse frente a ambos padres.
Dices: «voy a explicaros lo que le pasa a citlali, pero necesito que prestéis mucha atención.»
ameyal se asusta y empalidece, se coje de la chaqueta y la va retorciendo, nerviosa.
Yoalli le pasa el brazo por encima de los hombros.
Yoalli dice: «diga asté, dotocito. La patroncita no sta, pero tinemos papeles y plástico y…»
Fabián le pone la mano en el antebrazo al hombre y lo interrumpe.
Dices: «citlali tiene una enfermedad muy, muy rara. Eso es lo que la tiene así de enferma.»
Fabián comienza a explicar lo mejor que puede lo que le pasa a la niña y la necesidad de que autoricen que se le ampute la pierna derecha.
Ameyal llora mientras escucha la explicación de Fabián.
Yoalli empalidece mientras va escuchando y se aferra con fuerza a su mujer.
Ameyal comienza a hablar en Náhuatl, mientras mira a Fabián a los ojos.
Fabián guarda la compostura, pero se eriza ante la voz de la mujer en ese idioma que no entiende.
Yoalli besa a su mujer en la sien y deja que esta se recueste del espaldar de la silla mientras traduce lo que ameyal va diciendo.
Yoalli dice: «Ameyal dice que asté es hombre bueno, dotocito. Ella da su bendición y yo también. Asté cree que eso es bueno para nuestra Citlali, nosotros dicimos qui sí.»
Fabián traga grueso.
Fabián mira a ambos padres.
Dices: «Puede ser bueno, sí. pero su estado es delicado, puede también morir. Haremos todo lo posible para que eso no pase, pero…»
Ameyal le coge de la mano y se la aprieta con más fuerza de la que Fabián esperaba.
Ameyal sigue hablando en Náhuatl.
Yoalli intercambia algunas palabras con ella antes de traducirle a Fabián.
Yoalli dice: «intendemos, dotocito. ameyal dice qui tinga fe. ella tiene fe, yo tingo fe.»
Yoalli sigue traduciendo.
Yoalli dice: «Ameyal dice qui si nuestra Citlali parte a las estrellas, sirá porque diosito quiere y si diosito quiere está bien…»
Yoalli traga grueso.
Fabián respira profundo.
Ameyal dice: «asté si nos cree edá? No como isa iñorita qui dice qui pigamos a nuestra Citlali, edá?»
Fabián asiente.
Murmuras: «yo os creo, sí.»
Ameyal se relaja de nuevo.
Anzola sale del despacho, va respirando profundo como una locomotora.
Fabián alza la mirada un instante.
Anzola se acerca haciendo un esfuerzo visible para contener su irritación.
Fabián se levanta y recoloca la silla en su lugar.
Ambos padres se ponen en pie.
Dices: «este es el doctor Anzola, es quien va a operar a Citlali.»
Ameyal lo mira a los ojos y luego mira a Fabián.
ameyal habla en Náhuatl.
Yoalli va traduciendo.
Yoalli dice: «Ameyal dice qui si este dotocito también piensa como la iñorita y dice qui quiere qui asté intre con Citlali.»
anzola mira a Fabián.
Dices: «yo puedo estar con ella, sí. Pero el doctor anzola sabe mucho más que yo de este tipo de operaciones.»
Anzola se da cuenta de lo que ocurre.
Anzola mira a la mujer a los ojos.
Anzola dice: «yo no creo que vosotros peguéis a vuestra hija. Estoy seguro de que no es así.»
Ameyal se relaja y asiente.
Anzola dice: «El doctor Fabián va a ayudarme y haremos todo lo que podamos, ¿está bien?»
Ameyal mira a su marido, luego a Anzola y al final a Fabián y asiente.
Anzola dice: «bien, es hora de irnos.»
Fabián camina hacia el box y junto con Paloma sacan la camilla con la niña.
Ameyal y Yoalli se acercan.
La niña abre los ojitos.
La niña dice: «mama…»
Ameyal se inclina para besarle la frente, su marido hace lo mismo.
Ameyal proununcia algunas palabras en Náhuatl mientras se aferra con fuerza a la mano de Yoalli y ambos ven como Fabián sale con la enfermera y el otro médico.
Cuatro horas después…
Fabián y Anzola salen del ascensor.
Mayra camina hacia la salida pero al verlos se detiene.
Anzola le da un apretón a Fabián en el antebrazo a modo de advertencia.
Mayra se aproxima.
Mayra dice: «parece que necesitas relajarte, Fabián. conozco un…»
Dices: «Tengo trabajo… Te veo luego, anzola.»
Mayra aprieta los dientes ante el desplante, se gira y sale furiosa del hospital.
Anzola sigue a Fabián.
Fabián sube las escaleras y se dirige a la habitación de descanso.
Comunidad de Madrid; hospital Universitario La Paz; Habitación de Descanso.
Fabián entra y va a cerrar la puerta, pero Anzola mete el pie y se cuela dentro de la habitación.
Fabián se desnuda, tira el pijama sanitario en la bolsa de la lavandería y entra en el baño.
Kiara entra a la habitación y ve a anzola.
Kiara va hacia la cafetera y pone a hacer café.
Kiara dice: «cómo ha ido? Moreno me llamó.»
Anzola se deja caer sobre una de las camas rotando los hombros hacia atrás y moviendo la cabeza para estirar el cuello.
Kiara lo mira y sonríe.
Kiara dice: «Buen chico, pero ya sé que solo haces eso en mis narices, del resto ni te a cuerdas de que debes estirarte.»
anzola frunce el cejo.
Desde la habitación se escucha como el agua de la ducha sale a todo lo que da.
Kiara mira hacia el baño, coge una silla y se sienta.
Kiara dice: «bueno, responde. ¿cómo ha ido?»
Anzola suspira.
Anzola dice: «Apartando la convulsión en pleno quirófano, pudimos amputar y reparar la otra fractura que tenía en la clavícula derecha. ahora toca esperar cómo responde, pero el pronóstico no es demasiado alentador.»
Kiara asiente, en silencio.
Kiara dice: «¿Cómo es que llegó a este estado? las chicas dicen que los padres no parecen mala gente.»
anzola suspira.
Anzola dice: «Trabajan para alguien en una finca en Fresnedillas. La niña saltó de la cuna para ir a por un muñeco. el resto es lo común. lesiones que tardan en sanar, fracturas que pasan desapercibidas y sanan como sanan. Una ostiomielitis aguda que no ayuda, una fiebre que no baja porque no transpira. La han ido llevando al ambulatorio, pero ahora su patroncita, como le llaman, está fuera de España y del hospital del escorial los remitieron aquí.»
Kiara silba.
Kiara dice: «qué vaina.»
Fabián sale de la ducha con una toalla alrededor de la cintura y el torso al desnudo. su expresión sombría habla por sí sola.
Kiara se levanta y sirve 3 tazas de café.
Kiara le da una taza a Fabián, poniéndosela entre ambas manos.
Kiara repite la misma acción con anzola, quien asiente, agradecido.
Kiara coge la última taza y regresa a la silla.
Fabián se deja caer en la otra cama.
Kiara sorbe de su café con cuidado de no quemarse.
Anzola mira a Kiara, se levanta de la cama, deja la taza vacía junto a la cafetera y se mete al baño.
Kiara escucha el click de la puerta.
Kiara murmura: «suelta lo que te corroe, muñeco. vos sabeis que aquí todo vuela, no? pero prefiero escuchar tu versión.»
Murmuras: «No es el mejor momento, García.»
Fabián mira hacia la puerta del baño.
Kiara sigue su mirada, da otro sorbo a la taza y la deja sobre la mesa.
Kiara murmura: «vais a dejar que esa putaremalpariaperraarrastrada te siga jodiendo de esta manera?»
Fabián se pasa la mano por la cabeza y el rostro, exasperado.
Murmuras: «no entiendes, Kiara. Por más que te lo he explicado.»
Kiara se levanta y se para frente a él, apoyándole ambas manos sobre los hombros.
Kiara murmura: «mírame, Fabi.»
Fabián alza la mirada.
Kiara lo mira y le toma el rostro con ambas manos.
Kiara murmura: «nos contaste a mí y a Irina lo que ocurre y no nos fuimos corriendo. Pero teneis que hablar con Aymi también. No podeis seguir evitándole de esa forma. vives metido aquí en el hhospital, cubres a todo el que te lo pide, te estais matando y esa mujer no se lo merece. Aymara tampoco se merece seguir sin saber qué ocurre. Además ya no podemos seguir inventando cosas para que no salga.»
Fabián suspira.
Kiara sigue sosteniéndole.
Kiara murmura: «te quiero, sois el mejor amigo de Ismael. Y sé que no soy la única que te quiere. si no quieres soltarlo conmigo está bien. Pero habla con Gina, con Moreno, con Belkis. cualquiera de nosotros, pero no sigais así. Te lo pido por favor.»
Fabián inclina su cabeza, apoyándola sobre el estómago de Kiara y se tensa, intentando evitar los temblores que le recorren todo el cuerpo.
Fabián comienza a llorar.
Kiara le acaricia el cabello y la espalda mientras se desahoga.
Fabián habla sin despegar el rostro.
Murmuras: «esa hija de puta está loca… es una enferma, no puede tener otra explicación.»
Fabián sigue llorando, ahogando sus sollozos en el pijama sanitario de Kiara.
Murmuras: «es mi culpa, yo me enredé con ella… me dejé llevar…yo…»
Kiara lo sigue acariciando.
Kiara murmura: «no es tu culpa, muñeco… esa mujer no está bien y no tiene ética… pero no es tu culpa.»
Murmuras: «Tendría que haberme quedado callado, García. No habríamos tenido que esperar tanto para operarla, ni sus padres habrían sido sometidos a todo lo que ella les hizo pasar.»
Fabián se estremece de rabia recordando las palabras de Mayra.
Murmuras: «si hubieras oído lo que dijo, García…»
Kiara se aparta un poco y le seca las lágrimas.
Kiara murmura: «Hiciste lo que debías, es el procedimiento en un caso con lesiones así. ella es una mala mujer, habría sido mucho peor si llega a descubrir que vos omitiste a servicios sociales.»
Kiara se agacha, poniéndose de cuclillas.
Kiara murmura: «Anzola y tú hicieron todo lo posible. si supera las próximas horas, le habrán dado unos años más de vida, eso sigue siendo un obsequio que esos padres no van a olvidar.»
Kiara murmura: «y menos mal no la escuché, porque la habría coñaseado hasta sacarle el útero por la garganta. a esa hijadeputademalentrañaremalparíaperraarrastrá»
Kiara se incorpora y mira el reloj de la pared.
Kiara dice: «tengo que irme, tengo paciente en quince minutos.»
Fabián asiente, recostándose en la cama.
Kiara lo mira con evidente preocupación.
Kiara dice: habla con Aymi, muñeco. No sigais aplazándolo más.»
Fabián cierra los ojos, poniéndose un brazo sobre la cara.
Anzola ssale del baño descalzo, vistiendo unos vaqueros y con el torso al desnudo.
Kiara mira al médico.
Kiara dice: «me largo, tengo paciente. cuida esos trapecios, Anzola.»
Anzola asiente y se acerca hasta la puerta.
Kiara da una última mirada a Fabián antes de salir.
Anzola habla en voz baja.
Anzola murmura: «ve tranquila, ya me quedo yo con él y luego lo llevo a su casa.»
Kiara asiente y se marcha a paso rápido hacia la escalera.
Anzola cierra la puerta.
Fabián sigue tendido en la cama.
Anzola coge su móvil, desbloquea la pantalla y va pulsando con rapidez.
SMS enviado: «Noche de machos en casa de Fábrega, ¿te apuntas?»
[SMS Guillem]: «Termino en una hora. Nos vemos ahí»
SMS enviado: «ok. Avísale a Manuel.»
[SMS Guillem]: «hecho»
Anzola bloquea el móvil y lo guarda en el bolsillo de la cazadora.
Anzola termina de vestirse, mientras piensa con qué estrategia sacará el culo de Fábrega de aquella cama.