Nueva escena de rol: De maldiciones wayú y comparaciones

Punto de vista: Fabián.

Catorce horas después del diagnóstico de Benxamín…
Comunidad de Madrid; hospital Universitario La Paz; Habitación de Descanso.
Es una habitación con el espacio suficiente para cuatro literas, un sofá de 3 puestos, una mesa rectangular donde pueden coincidir hasta 6 personas a la vez, un mueble para guardar enseres y algunos alimentos no perecederos sobre el que descansa una cafetera y un microondas. Sobre el mueble, colgando en la pared, un par de gabinetes con llave permiten guardar insumos médicos y medicamentos. Al lado derecho del mueble, una pequeña nevera contiene agua, bebidas isotónicas y bebidas energizantes. A la izquierda, una puerta dirige al baño, en el que hay un par de duchas, dos cubículos con retrete, un espejo y dos lavabos. Frente a las literas, hay varias taquillas colocadas de forma ordenada.

Fabián sale del baño con una toalla alrededor de la cintura, el pelo mojado y el torso aún húmedo de la ducha que acaba de tomar.
Anzola entra en la habitación de descanso, tras él, entra Belkis.
Belkis dice: «en lugar de pagarme, mejor añade mi ganancia al bote. así luego hay con qué comprar el café y el té.»
anzola se gira y achica los ojos.
Anzola dice: «joder, vas a agregar 100 pavos para comprar café y té? Menuda inversionista estás hecha, tia. Con dos cojones, sí señor.»
Belkis alza las cejas al ver a Fabián, que los mira con cara de pocos amigos.
Fabián se acerca a Belkis, quedando a un paso.
Dices: «Tú también vas a empezar con esa mierda de que me parezco a House?»
Anzola aprieta los dientes reprimiendo una risita.
Belkis da un paso atrás mordiéndose la mejilla para no reírse a carcajadas.
Fabián mira a uno y a otro y resopla, dirigiéndose a su taquilla para sacar su ropa y sus cosas.
Belkis va hacia la cafetera y la carga, mientras Fabián saca su ropa y Anzola entra en el baño a tomar una ducha.
Belkis se gira y se sienta en una de las sillas.
Fabián deja sus cosas sobre la cama y se tumba un rato con los ojos cerrados.
Belkis lo mira en silencio.
Belkis se levanta y se sienta en el borde de la cama.
Fabián entreabre los ojos al sentir como se hunde el colchón.
Dices: «qué?»
Belkis suelta una risita.
Belkis dice: «House es más mi estilo, pero tú no estás nada mal, guapetón.»
Dices: «que te den, cabrona.»
Anzola sale del baño con los vaqueros puestos y el torso al desnudo.
Belkis vuelve a reír.
Belkis dice: «como sigas así de gruñón, vas a dar más motivos para que apostemos cuánto te vas a tardar en ir por ahí mordiendo a los residentes, tio.»
Belkis se levanta para servir el café.
Murmuras: «cabrona… que te den por delante y por detrás.»
Belkis sirve café en tres vasos de plástico y los lleva a la mesa.
Belkis ríe.
Belkis dice: «Me gusta más por delante, mi amor.»
Belkis le guiña un ojo a Fabián, divertida.
Fabián se pone los calzoncillos y el vaquero.
anzola se cuelga la toalla al cuello y se deja caer en una silla cogiendo un vaso de café.
fabián se acerca y se sienta frente a anzola.
Belkis se sienta en la cabecera y coge el último vaso.
fabián sopla antes de sorber.
Anzola se estira, haciendo los movimientos que Kiara le ha sugerido haga varias veces al día.
Fabián y Belkis lo miran y se ríen.
anzola los mira sin detener los estiramientos.
Anzola dice: «Qué coño mirais?»
Ambos médicos dicen a coro: «El poder de una amenaza wuayú.»
Anzola farfulla entre dientes, pero sigue estirándose.
Kiara abre la puerta de la habitación de descanso y entra, soltando tacos.
Fabián y Belkis se ríen a carcajadas al verla.
Kiara sale disparada hacia la cafetera, masculla algo que parece un dialecto ininteligible y luego de servirse un vaso de café, se gira cruzándose de brazos delante de los tres.
Kiara dice: «No me vayan a salir con nada hasta que tome café, o les lanzo una maldición Wayú.»
Fabián y Belkis alzan ambas manos en son de paz.
Kiara se vuelve para coger el vaso y luego se deja caer en la silla frente a Belkis.
Kiara mira por el rabillo del ojo a anzola mientras sopla antes de beber.
Kiara da un sorbo al café, el resto de médicos hace lo mismo.
Kiara inspira profundo, se inclina sobre el espaldar y los mira.
Kiara dice: «ahora sí, suelten todo todito todo que ya soy yo misma otra vez.»
Kiara mira a cada médico y apunta a Fabián.
Kiara dice: «A ver tú, Muñeco. ¿cómo coño es que tienes tanta vaina en esa mente? ¿Eres superdotado? o le estás haciendo la competencia al remalparío de House. Porque te digo una verga, te estás pareciendo igualito.»
Fabián pone los ojos en blanco.
Dices: «hay algo llamado libros y papers, y base de datos de enfermedades y genética, por si todavía no lo sabías, Kia.»
Kiara da un sorbo largo al café.
Kiara dice: «me parece que vas apostando por la segunda opción, muñeco. Molleja de genio que cargas últimamente.»
Belkis alza su vaso y brinda.
Kiara la mira.
Belkis bebe del vaso.
Kiara dice: «Imagino que vas a aportar para el café y las galletitas, ¿no?»
Anzola dice: «y la pizza, porque no vais a usar mis 100 pavos solo en café y té.»
Kiara deja el vaso sobre la mesa y mira a anzola.
Kiara dice: «tú, ve contando como ha ido todo con el niño y olvídate de opinar sobre el destino de los reales, eso es cosa mía y de la cirujana de tuberías aquí presente.»
anzola hace una mueca y se termina el café.
anzola dice: «Estuvimos preparados gracias al cerebro con patas que tengo delante de mí y la hemorragia no nos cogió desprevenidos. el niño ya fue trasladado al hospital infantil y Dr. House, que digo… Fábrega inició el procedimiento para hallar el donante. solo esperamos que el enano resista.»
Murmuras: «que te den a ti también, maricón.»
Fabián bebe un trago de café.
Kiara asiente.
Kiara mira a Fabián.
Kiara dice: «tú que crees?»
Fabián se encoge de hombros.
Dices:»Es difícil de predecir. el niño ha estado bien cuidado, pero la Anemia aplásica que presenta es grave. Por suerte no tenemos incidencia de infecciones nosocomiales, así que ahora solo dependemos del sistema inmunitario del peque.»
Kiara dice: «imagino que superada la crisis le remetirán a fisiatría, ¿no?»
Anzola dice: «en teoría, pero ya sabes que depende de lo que servicios sociales dictamine al final.»
Kiara se termina el café.
Kiara se levanta y tira el vaso en la papelera.
Kiara dice: «Pero no se le puede negar el tratamiento, ¿no?»
Anzola niega.
Anzola dice: » No, pero como es una enfermedad tan incapacitante, servicios sociales podría insertarlo en la IDO, asignarle un tutor… y conociendo a cierto personaje, si se le mete en la cabeza que la madre no está en capacidad de ser su tutora, ya te imaginarás.»
Kiara dice: «Eso es absurdo, es su madre… quién va a cuidar de él mejor que ella?»
Fabián se pone de pie, incómodo ante la referencia.
Kiara se acerca de nuevo a su silla y se deja caer.
Kiara mira a Fabián.
Anzola dice: «Es una mujer sencilla, Kiara. Trabaja limpiando en un restaurante de Imperium más horas de las que pasa en casa. su marido era agente de IPS; no tiene familia, no sabe de la familia de su marido. La ayuda la vecina, porque se turnan para cubrirse en el cuidado de los críos. Su hijo, si sobrevive, va a necesitar cuidados, precauciones en casa, en el cole. ¿Qué piensas que dirá Mayra en ese caso?»
Belkis se levanta y tira su vaso en la papelera.
Kiara suelta un montón de palabrejas ininteligibles.
Belkis se mueve hasta donde está Kiara y le apoya las manos sobre los hombros.
Belkis aprieta los hombros de Kiara.
Kiara mira a Fabián y luego a anzola.
Kiara dice: «hijadeputaremalparíacoñoesumadremamagüevo…»
Kiara inspira profundo al quedarse casi sin aire.
Belkis le da otro apretón suave.
Kiara dice: «No se puede hacer nada para que ella no tome el caso?»
Fabián permanece de pie, tenso, ahora de cara a la cafetera.
Anzola se encoge de hombros.
Anzola mira a Fabián y luego a Kiara.
Kiara dice: «a esa la han tenido que tirar de la cuna cuando chiquita, porque no se puede ser normal siendo así tan maldita.»
Fabián cierra los ojos, apoyando ambas palmas sobre el mueble.
Un busca suena en este lugar.
Belkis coge su busca, lo mira y lo vuelve a dejar en su bolsillo.
Belkis dice: «tengo que irme… Mantenedme informada del caso, por favor.»
Belkis mira a Fabián, tenso como cuerda de guitarra y luego mira a anzola de forma significativa.
Anzola se fija en Belkis y le hace señas de que marche tranquila.
Kiara dice: «Anda a reparar otras tuberías, ya nos vemos cuando termines.»
Belkis asiente a Kiara y sale disparada, dejando que la puerta se cierre por sí sola.
Anzola sigue mirando a Fabián con atención.
Kiara sigue la mirada de Anzola.
Fabián se gira con rapidez, se pone una sudadera, coge su cartera, las llaves, el móvil y su anorak.
Anzola se pone en pie, mientras Kiara se levanta y se para en la puerta junto a Anzola.
Fabián se frena en seco al ver a ambos cortándole la salida.
Dices: «quitaos de en medio, qué coño os pasa a los dos?»
Kiara se le acerca y le apunta con un dedo en el pecho.
Kiara dice: «si vos, muñeco, te estais creyendo que te vamos a dejar hacer una estupidez, estais loco, de aquí no sales solo. Tú y yo nos vamos a ir y tu vais a ser un buen tipo y vais a venir a cenar en mi casa.»
Fabián achica los ojos y aprieta con fuerza el anorak.
Dices: «mi turno terminó hace más de dos horas.»
Kiara sigue parada frente a él.
Kiara dice: «y el mío hace una. Da la misma vaina. De aquí te vais conmigo y con anzola si quiere venir a probar comida venezolana.»
Fabián tira el anorak sobre la cama y se cruza de brazos.
Dices: «le acabas de decir a Belkis que os veíais cuando terminase. ¿Te crees que soy idiota?»
Anzola alza las cejas ante el tono de Fabián.
Kiara dice: «Idiota no, pero sí es verdad que últimamente me estoy pensando eso que te dice Moreno… ¿cómo es que es la verga que te dice?… ah, sí, soplapollas.»
Fabián mira a Anzola.
Anzola aprieta los labios para no reirse.
Fabián aprieta los dientes varias veces, las facciones de su rostro permanecen tensas.
Kiara se cruza de brazos y alza una ceja, esperando el rebote verbal del hombre, pero este no llega.
Fabián da media vuelta y se sienta en una silla.
Dices: «No soy un crío, Kiara.»
Kiara se dirige hacia él, parándose detrás.
Kiara comienza a masajear sobre los trapecios y el cuello de Fabián, mientras le habla.
Kiara dice: «No eres un crío, muñeco; pero estás casi al límite; nosotros lo sabemos y de seguro vos también lo sabeis, pero no te da la perra gana de reconocerlo. Y lo siento, pero no te dejaré así de expuesto a merced de esa hijadeputaremalparía y se acabó el peo, ¿te queda claro?»
Anzola se fija que Fabián comienza a relajarse.
Anzola se aparta de la puerta y va a por el resto de sus cosas a su taquilla.
Kiara sigue trabajando en soltar los nudos de tensión en el cuello y la espalda de Fabián.
Fabián da un respingo cuando Kiara se dedica a un nodo ubicado entre el trapecio y la base del cuello.
Kiara dice: «Respira profundo, muñeco. Ahora duele, pero luego te sentirás mejor.»
Dices: «¿Ella, va a estar allí?»
Kiara sigue apretando y masajeando con firmeza.
Kiara dice: «Sí, va a estar… y vos vais a estar también y no me dirás que no, Fabián.»
Kiara cesa el trabajo en los músculos de Fabián y le pasa una mano por el cabello.
Kiara dice: «vamos, Belkis irá cuando termine lo que sea que tenga que hacer.»
Fabián apoya un instante los brazos sobre la mesa y deja caer su frente, respirando profundo varias veces.
Kiara coge el Anorak de Fabián y va a por sus cosas en su taquilla.
Anzola le apoya una mano en un hombro a Fabián.
Anzola dice: «venga, tio, vamos a cenar. que el día ha sido un puto infierno y muero de hambre.»
Fabián levanta la cabeza con lentitud, luego hace lo mismo con el resto del cuerpo hasta ponerse de pie.
Kiara le entrega su anorak, luego se pone el suyo y pasa un brazo alrededor del brazo de Fabián.
Anzola abre la puerta y los tres salen de la habitación de descanso.
Un rato después, en la planta baja del hospital…
Kiara va del brazo de Fabián, anzola va del otro lado. Los tres salen del hospital charlando sin percatarse de que alguien les está mirando.
Oculta tras una columna, Mayra está pulsando en la pantalla de su móvil con rapidez.
Comunidad de Madrid; Plaza de Castilla.
Te encuentras en una gran plaza situada al norte de la ciudad, en el distrito de Chamartín. Está atravesada por el tramo final del Paseo de la Castellana, Y constituye el centro neurálgico del barrio de Castilla.
Ves obelisco de Calatrava y Monumento a Calvo Sotelo aquí.

El móvil de Fabián vibra.
Fabián se detiene un instante.
Kiara lo mira.
Kiara dice: «¿Qué pasa?»
Dices: «Tengo mensajes en el móvil.»
Fabián va a sacar el móvil del bolsillo del anorak, pero Kiara lo detiene.
Kiara dice: «míralos cuando lleguemos, si fuese importante te habría sonado también el busca.»
Fabián piensa un instante y asiente.
Los tres emprenden la caminata hasta el estacionamiento.
diez minutos después…
Mayra sigue mirando la pantalla del móvil, temblando de la rabia al ver que Fabián no ha respondido a sus mensajes.
Mayra vuelve a leer los mensajes enviados, buscando algún desliz en la provocación.
SMS Enviado: «Qué terrible lo del niño de piedra, ¿verdad? Sería una verdadera tragedia si no llegase a conseguir ese transplante.»
SMS Enviado: «¿No te gustaría poder ayudarle, Fabi? Yo podría ayudarte a ayudarles, si tú quieres.»
Mayra cierra la aplicación de mensajes y deja el móvil sobre su escritorio.
Mayra murmura: «pagarás por tu indiferencia… y el precio va a ser muy alto, cariño.»
Sentada a oscuras mirando al vacío, Mayra se queda absorta en sus pensamientos.