Nueva escena de rol: Hacker en acción

Punto de Vista: aletheia

Desperté temblando, sudorosa. Hacía tanto que no tenía ese sueño que,
tonta de mí, creí que comenzaba a superarlo.
La culpa la tiene Gilbert. Cuando lo vi por primera vez en el
periódico, creí que alucinaba. Cuando caí en cuenta, pasó.
No imaginé que me afectase tanto y tan rápido su cercanía.
Si el parecido fuese solo físico; pero no, tenían que parecerse en el carácter.
Maldita sea —pensé, mientras sendos lagrimones me empapaban las mejillas…
Recordando el encuentro de ayer, sentí como lentamente se encendía una
llama de ira en mi interior.
—No puedes mostrarte débil ante él, aletheia —me dije, secándome las
mejillas con el dorso de la mano — si te hace caer, adiós planes y
adiós ver hincado al malnacido de Daniel; y eso ¡jamás!
Me levanté disparada y me metí en la ducha, nada que el agua helada no despeje.
Luego de comer algo, salí en busca de un atuendo más adecuado.
—Veamos qué logro conseguir —pensé, mientras entraba en la tienda.
Creo que con esto bastará… Y me dirigí a mi fachada: la “Lasaña Calentita”.
Activaré mi alarma, no puedo perder tiempo.
Será mejor que me coloque la chaqueta en la tras tienda. Así, nadie me
verá salir o al menos tengo más probabilidad de que no sepan que he
sido yo.
Tres horas después, me hallaba rumbo a lo que sería el desencadenante
de una sucesión de eventos que, jamás imaginé y que me harían
protagonista de más de una historia sórdida.
Luego de darme una vuelta por las instalaciones, cual turista; decidí
que sería mejor trabajar desde el jardín
Veamos qué conseguimos esta vez…
Conecté mi pequeña utilidad y encendí mi ordenador.
Bienvenido a TailsAleth…
Manos a la obra, aletheia; lo mejor que puedes hacer es que Gilbert te
considere útil, al menos, por ahora.
Conectando a VPNServer…
Accediendo a la UndergroundNet…
Accediendo a la HackNet, autenticando datos… acceso autorizado.
Activando fireSwitcher
Activando TeethShark
Menos mal hice versiones del tiburón y el switche también para TailsAleth
Miremos cuántas Wireless hay por aquí…
Detectando redes… Espere, por favor.
Ver listado, V; Abortar, A.
Interesante, apartando la red del hotel que debe proporcionar servicio
a los huéspedes, hay unas cuantas más…
Miremos si alguien quiere intentar esconderse —sonrío con malicia
mientras activo la función para capturar paquetes y ver así los Beacon
Frames que tengan oculto el SSID, solo por si acaso.
Después de una hora sniffeando…
Así que mi intuición no me falló, ¿eh?
Paquetitos con una cadena con caracteres repetidos en lugar del nombre del SSID.
Miremos los headers del Beacon Frame… Vaya sorpresa, BSSIDdisponible, canal 5.
Intentemos ver si capturamos el SSID…
Activando TailAiroDump-ng…
Filtremos este BSSID y el canal 5.
Escribo con rapidez:
>Tailairodump-ng –channel 5 –bssid 63:69:0d:43:78:8f mon0
Venga, ubiquemos ese SSID.
Activando “tailaireplay-ng”…
Enviemos paquetes “DeAuth” CONTÍNUOS a todos tus clientes, cariño
—pensé mientras tecleaba >aireplay-ng –deauth 0 -a 63:69:0d:43:78:8f
mon0.
Una vez logré forzar la desconexión, solo tuve que esperar un
instante a que los clientes comenzaran a iniciar la conexión.
Sonreí cautelosa, mientras revisaba los paquetes de autenticación en
busca del SSID.
Vaya sorpresa, SSID “EVALove4Ever”.
Teniendo la red identificada, me dediqué a escanear con ANMap; suerte
para mí, que encontré 2 ordenadores con acceso remoto activo, así que
me infiltré sin perder tiempo.
Luego de hurgar un rato en la carpeta documentos y no encontrar nada,
se me ocurrió revisar si habría accesos directos en el escritorio a la
nube.
¡Touche!
Acceso a la nube y a una carpeta llamada “confidencial”.
Copié la carpeta, salí eliminando todo posible rastro de mi presencia;
me desconecté de la HacNet Y de la UndergroundNet.
Apagué el ordenador, guardé mi USB en sitio seguro y me dediqué a
pasear un rato —no muy extenso— por el hotel.
Cuarenta y cinco minutos más tarde, comenzaba a romper el cifrado de
la carpeta para ver su contenido.
¡Uff! Listado de nuevas purificaciones… Más vale me mueva y le lleve
esto a Gilbert.
Vamos a ver de qué pasta estás echo tú, bombón.
Copié el listado en una tarjeta de memoria —no tenía tiempo de
sonsacar al de correos para que me prestase su impresora y salí lo más
rápido posible rumbo a casa de Gilbert.