Nueva escena de rol: La cautiva, parte 13

Punto de vista: Aurora

La cautiva se libera, 2; dejar atrás el pasado.
barcelona; Imperium Hotel
Aurora y Gerardo entran al hotel, están llegando del taller de Luis donde habían trabajado bastante en el día.
Gerardo mira a Aurora por un instante, ella le devuelve la mirada.
Gerardo dice: «te ves cansada, si querés te llevo algo ligero de merienda; andá a descansar, mi nena linda.»
Gerardo sonríe
Dices: «sí, llevame algún té o algo, no tengo apetito y me duele la cabeza.»
Gerardo dice: «tenés algún analgésico para tomar?»
Aurora piensa
Gerardo dice: «si no te lo intento conseguir.»
Dices: «mmm creo que lo tengo, cualquier cosa te escribo, voy a ir a ver arriba.»
Gerardo asiente, le toma una de las manos y se la aprieta ligeramente para luego soltarla.
Gerardo murmura: «te alcanzo en breve, Auro preciosa.»
Aurora asiente y se dirige a las escaleras para subir a la planta de su habitación.
Gerardo suspira al mirarla subir, luego desaparece de recepción, dirigiéndose al comedor.
Aurora sube y llega a su planta, busca la tarjeta magnética y abre la puerta de la habitación.
Te retiras a tu habitación a descansar.
una habitación alquilada por Aurora.
Aurora entra, cierra la puerta y se descuelga la mochila, dejándola en una silla. Luego se sienta en la cama, apretándose la cabeza levemente con una mano.
Minutos después…
Gerardo llega con un vaso de plástico en una mano y una bolsita en la otra hasta la habitación
Aurora está recostada, con los ojos entrecerrados, aguardando el efecto del analgésico que ha tomado anteriormente.
Gerardo golpea la puerta con la mano con la que sostiene la bolsita.
Gerardo dice: «soy Gerardo, entro sí?»
Aurora abre los ojos y mira hacia la puerta
Dices: «dale»
Gerardo abre la puerta como puede, entra y la cierra. Se acerca hasta la cama y contempla a Aurora por un par de segundos.
Aurora se incorpora y lo mira fijamente.
Gerardo dice: «mira, te traje un té como me dijiste. Esto otro es por si más tarde quieras comer algo más, mi vida.»
Gerardo le señala el vasito y la bolsita respectivamente.
Dices: «gracias, guardá lo demás donde quieras, solo voy a tomar el té ahora.»
Gerardo asiente y le extiende el vasito
Aurora lo recibe y da un pequeño sorvo, para luego dejar el vasito sobre la mesita de luz y volver a recostarse por el cabecero de la cama.
Gerardo guarda las demás cosas en el mini bar de la habitación, luego se vuelve a acercar a la chica.
Gerardo dice: «estás mejor, hermosa?»
Dices: «sí, algo mejor aunque parece que me voy a resfriar.»
Gerardo la mira
Gerardo dice: «si te sentís peor decime y vamos a algún hospital.»
Aurora niega
Dices: «dejalo así, no soy de cristal, Gerardo.»
Gerardo asiente
Aurora toma el vasito entre sus manos y vuelve a beber su té
Gerardo dice: «Sabes? quería pedirte algo…aunque no sé si estés en condiciones.»
Gerardo se sienta en la silla, colgando la mochila de Aurora por el respaldo de esta.
Aurora lo mira, manteniendo el vasito entre las manos.
Dices: «qué cosa?»
Gerardo dice: «como bien sabés, Matías está fuera del centro de rehabilitación. Me mensajea siempre, y dice que está prácticamente rehabilitado.»
Dices: «ah, qué bueno por él»
Aurora bebe más té hasta que se lo termina y deja el pequeño vaso en la mesita.
Gerardo dice: «estos años fueron muy buenos, progresó bastante. Entre eso, la terapia psicológica fue clave, pero le falta terminarla.»
Dices: «ajam…y?»
Aurora mira a Gerardo sin tanto interés
Gerardo duda un poco pero luego sigue hablando
Gerardo dice: «el caso, mi hermosa Auro, es que necesitamos de tu pequeña ayuda…pasa que…»
Gerardo se interrumpe al ver que Aurora se levanta de la cama y camina por la habitación, poniendo gesto muy serio.
Dices: «no, no y no.»
Aurora suspira
Dices: «ni se te ocurra, no»
Gerardo se levanta y se acerca lentamente a ella.
Gerardo dice: «escuchame mi vida, por favor…»
Gerardo la abraza, Aurora no opone resistencia pero tampoco lo mira de frente.
Gerardo le besa la mejilla y le voltea suavemente el rostro con ambas manos, para besarla en los labios. Se pasan un buen tiempo profundizando el beso, luego se separan y Aurora niega de nuevo
Dices: «no sé qué quieras, pero no quiero saber nada de él. Nada, está claro?»
Gerardo dice: «a ver vení, quiero que me escuches, hermosa; te lo suplico.»
Gerardo le toma suavemente de la mano y la conduce hasta la cama, Aurora se deja caer, apretándose de nuevo la cabeza con la mano libre.
Gerardo dice: «lo único que necesita él ahora, mi vida…es que le digas que lo perdonás. Su psicólogo le dijo que tiene que cerrar el círculo con vos, y él está muy apenado por lo que pasó, es lo que me dice.»
Aurora niega a la par que escucha a Gerardo.
Gerardo dice: «entiendo que te cueste, pero así como la vez pasada pudiste reconstruir la historia, tenerla más clara y asimilarla…estaría bueno que también le des esa oportunidad a él. Después, dice, ya no va volver a molestarte.»
Aurora piensa
Dices: «solo importa lo que él siente, cerrar su bendito círculo? Y qué pasa conmigo, no importa que a mí no me guste ni escuchar su nombre, no importa el rechazo que me causa? a ver decime.»
Gerardo dice: «claro que importa, a mí por lo menos sí. pero mirá.»
Aurora niega de nuevo, suspirando.
Gerardo dice: «es la última vez que vas a tener que hablarle, yo te puedo asegurar que después de eso vas a estar mucho más tranquila. Intentalo, nena. Yo hablé con él antes de venir y creeme, ahora me es más fácil sobrellevar todo, luego de aquel episodio también quedé casi tan enojado como vos»
Dices: «es que no sé, no puedo ir contra lo que siento, le estaría mintiendo a él y me mentiría a mí misma. No quiero cometer otro error, captás?»
Gerardo dice: «está bien, siempre te dije, no voy a obligarte a hacer lo que no quieras. Pero al menos pensalo, porque vivir anclados al pasado solo nos jode el presente y el futuro, Auro.»
Aurora queda pensativa ante estas palabras, se tumba en la cama recostada por el cabecero de la misma y mira a Gerardo, quien le sonríe con tranquilidad.
Gerardo se le acerca, la besa de nuevo en los labios y se separa, quedándose parado a su lado a mirarla.
Dices: «me jurás que si te ayudo con lo que sea…esto no vuelve a salir como tema, Brizuela? Jurámelo.»
Aurora lo mira firme y algo molesta, en tanto Gerardo la mira a los ojos y le toma ambas manos.
Gerardo dice: «te juro por lo más sagrado, esta es la última, mi vida. Y no te enojes, que íbamos progresando bien…»
Gerardo le guiña un ojo, Aurora consigue relajarse un poco más y asiente levemente.
Dices: «qué hay que hacer? finiquitemos esto de una vez y rápido.»
Gerardo asiente y saca el móvil de su bolsillo
Gerardo dice: «intentá escuchar lo que tiene que decirte, y cuando te pida perdón, decile que sí. Yo entiendo que a lo mejor eso no siente tu corazón ahora, pero seguro que con el tiempo vas a olvidar el tema y eso va ser auténtico.»
Dices: «no sé por qué decís eso con tanta seguridad y ligereza, no me conocés nada y aún habiendo visto que mi enojo siguió por mucho tiempo, pensás lo contrario. »
Aurora suspira, tensa y volviéndose a apretar la cabeza.
Gerardo baja la mirada y asiente, pensativo.
Dices: «pero dale ya, y espero que sea la última vez de verdad. Si no, no me volvés a ver, y te digo en serio. Entendés?»
Gerardo vuelve a asentir, desbloquea el móvil y tras teclear, se lo pone en la oreja, aguardando.
Aurora se tumba del todo, cansada y con gestos de dolor.
Gerardo nota el gesto y se alarma un poco, mientras su hermano tarda en contestarle.
Gerardo murmura: «segura que estás bien, mi vida?»
Aurora asiente, un tanto exasperada.
Gerardo la mira mientras espera a que contesten al teléfono, cuando finalmente su hermano lo hace, pone en altavoz de modo a que toda la conversación sea oída por ambos a la vez.
Matías dice por teléfono, «hola?»
Aurora se muerde los labios con fuerza al oír su voz.
Gerardo dice por teléfono, «hola Mati…podés hablar?»
Matías dice por teléfono, «sí, hermano, acabo de llegar al departamento. Que tal todo por España?»
Gerardo dice por teléfono, «bien, todo genial. Escuchame, conseguí que Aurora hable contigo, la tengo acá. Pero por favor, no des muchas vueltas y decí lo que tengas que decir, OK?»
Matías dice por teléfono, «en serio? Sí, tranqui, voy a ir al grano sin problema. Gracias, Gerard.»
Gerardo dice por teléfono, «dale, te la paso.»
Gerardo baja el móvil un instante, se acerca a Aurora y la besa levemente
Gerardo susurra: «fuerza mi vida, falta poco.»
Aurora asiente, suspira y toma el teléfono de entre sus manos
Gerardo le toma la mano libre la cual tiene helada.
Aurora dice por teléfono, «hola»
Aurora procura mantener la expresión neutra, sin ningún tipo de emoción en su voz.
Matías dice por teléfono, «Hola Aurora…qué gusto me da escucharte, espero andes bien.»
Aurora dice por teléfono, «sí, todo bien.»
Matías dice por teléfono, «bueno, para no quitarte mucho tiempo…quería decirte que estos años en los que estuve internado pensé en tantas cosas, aunque en principio no fue fácil. Entre esas cosas está…lo que pasó entre nosotros, auro.»
Aurora suspira mientras lo escucha, en tanto Gerardo permanece atento a cada detalle de la charla.
Matías dice por teléfono, «yo estaba metido en la adicción, gerardo procuró por mí…pero en ese tiempo no quería recuperarme, esa es la cruda realidad. No te dije nada al respecto, fue el primero de tantos errores.»
Aurora dice por teléfono, «sí»
Matías dice por teléfono, «Ese día no sé qué me pasó, me volví loco y creí que entrarías en mi juego sin importar nada…creí que estarías ciega por la atracción que sentías hacia mí, tal como yo estuve por vos.»
Aurora dice por teléfono, «te equivocaste malísimo, hijo de…»
Aurora se vuelve a morder los labios para no tratarlo mal
Gerardo le aprieta la mano y le dice muy bajo: «tranquila.»
Aurora corresponde el apretón con fuerza, para intentar descargar su rabia así.
Matías dice por teléfono, «sí, y tuvieron que pasar años y varias cosas para darme cuenta, dejar una sustancia que te daba sensaciones únicas no es fácil, y si te volviste dependiente…menos aún lo es. pero no me quiero justificar, solo quiero pedirte perdón aunque no me lo vas a conceder, pero necesitaba decírtelo.»
Matías dice por teléfono, «me imagino que sufriste, muy a tu manera pero te lo bancaste igual. Estoy convencido que te decepcionaste de mí…y si bien en ese momento no sabía lo que hacía, ahora lo sé y lo asumo. Perdoname, te lo pido de corazón.»
Aurora dice por teléfono, «mmm…no es fácil olvidar algunas cosas, Matías. Menos para alguien tan orgulloso como yo, me cuesta mucho.»
Matías dice por teléfono, «yo sé, como lo hablé con mi psicólogo…va ser difícil que creas en mi arrepentimiento pero como él me dijo también, yo tengo que dar el paso igual, y luego ya ves vos si me querés otorgar tu perdón o no. Porque en mi conciencia yo sé que me equivoqué, y que te arrastré sin pensar ni un segundo en vos ni tus sentimientos.»
Aurora dice por teléfono, «es verdad lo que me dice tu hermano? Después de esto no vas a volver a buscarme más? Porque si es así…»
Aurora suspira, entrecerrando los ojos
Matías dice por teléfono, «es verdad, te lo aseguro. Solo quiero recuperar mi paz, rehacer mi vida ahora que estoy rehabilitado, y seguir adelante. Vos merecés ser feliz, vivir tu vida y si yo resulto una molestia, te juro que no pienso ponerme en tu camino. Y no lo digo con victimismo, creeme que digo esto pensando en vos más que en mí.»
Aurora dice por teléfono, «siendo así…te perdono, aunque no te aseguro que si algún día te vuelvo a ver, te mire de la misma manera, ni te trate del todo bien. Sabés cómo soy, no puedo faltar a mi verdad. Pero dale, hacé tu vida y dejame hacer la mía, estamos?»
Matías dice por teléfono, «gracias de corazón, Auro…Y tranquila, yo te voy a entender. Solo te pido una cosa más, a lo mejor mi hermano ya te dijo pero, perdonate también a vos misma; yo asumo que fui un error en tu vida, que a lo mejor lo nuestro no debió pasar…lo acepto y a partir de ahora lo dejo ir. Espero, por tu bien, que hagas lo mismo.»
Aurora dice por teléfono, «no te preocupes ni me digas lo que es mejor para mí, yo sé eso perfectamente y te lo demostré justo ese día.»
Matías dice por teléfono, «solo es un deseo mío porque aunque no lo creas, te tengo un gran aprecio. Pero bueno, ahora estoy dispuesto a escuchar, por si me quieras decir algo.»
Aurora se suelta de la mano de Gerardo y se la pasa por ambos ojos, carraspeando un poco.
Aurora dice por teléfono, «la verdad es que no creo en este tipo de rehabilitaciones, para mí el adicto es adicto desde el primer día que probó la droga. Ese día empezó un camino sin retorno, nadie le podría reconstruir el cerebro.»
Aurora dice por teléfono, «pero en caso de que esto sea cierto, espero que te lo demuestres a vos mismo y no te metas más mierda en el cuerpo, que es lo más sagrado que tenés y tenemos todos. Cuidate, viví y dejá vivir, nene.»
Matías dice por teléfono, «en serio eso es todo? Me sorprendiste…muchas gracias y así va a ser, te lo prometo y mi hermano es testigo. Por cierto…sean felices, dale? Sé que mi hermano te va compensar todo lo malo que tuviste que vivir.»
Aurora dice por teléfono, «ya veremos…gracias, Matías.»
Aurora dice esto, levemente sonrojada; Gerardo lo nota y sonríe.
Matías dice por teléfono, «a vos, Aurora…de corazón.»
Aurora dice por teléfono, «te paso con tu hermano, que me explota la cabeza. Que estés bien.»
Matías dice por teléfono, «igualmente, que te mejores. Gracias.»
Aurora le pasa el celular a Gerardo y se va levantando despacio de la cama, toma una toalla y se mete al baño, cerrando bajo llave la puerta.
Gerardo la mira irse con preocupación.
Gerardo dice por teléfono, «listo Mati…espero haya sido suficiente.»
Matías dice por teléfono, «creeme que sí loco…no sé como pagarte esto.»
Gerardo dice por teléfono, «no hace falta, si a vos te hace bien y si logro ver mejor a Aurora después de esto, me basta y sobra»
Matías dice por teléfono, «ojalá así sea…cuidala viejo, esa mina vale oro.»
Gerardo dice por teléfono, «claro que sí, yo sé muy bien lo que vale, no pienso desperdiciar esta oportunidad que me dio. Hablamos hermano, voy a ver como está ella; no le es fácil algo como esto.»
Matías dice por teléfono, «entiendo…estamos hablando, Gerard.»
Gerardo cuelga la llamada, dejando el móvil en la mesita de luz
Aurora ha oído todo en forma de murmullo desde el baño, terminó de bañarse y está allí, mirando su semblante al espejo e intentando relajar su rostro y su cuerpo entero.
Gerardo se acerca lentamente a la puerta, no oye ruido y se preocupa.
Gerardo dice: «mi amor? Estás bien?»
Aurora no responde a la primera
Gerardo dice: «Auro, mi vida…por favor retame o lo que sea…pero decime algo si estás bien.»
Aurora abre la puerta y sale envuelta en la toalla, mira a Gerardo fijamente un instante y luego va al mueble, buscando ropa.
Gerardo la mira hacer en silencio, respetando su espacio.
Aurora vuelve, se sienta en la cama, piensa un poco y desvía la mirada hacia Gerardo, que intenta no hacer nada que pueda incomodarla.
Dices: «cuesta dejar el pasado atrás, más de lo que hubiera imaginado.»
Gerardo la mira, suspira y sonríe a penas
Gerardo dice: «puedo abrazarte, mi hermosa? Sé que ahora me deberás odiar por esto pero…»
Aurora no lo deja terminar y asiente
Gerardo se le acerca y la abraza con fuerza, la besa en los labios y con ambas manos, le masajea las sienes.
Gerardo dice: «es complicado…pero lo hiciste a pesar de que no querías. Sos demasiado valiente, mi vida y te admiro todavía más por esto. Vas a ver que va a valer la pena.»
Dices: «ojalá, y ahora que sea lo que tenga que ser.»
Gerardo asiente, mientras Aurora lo mira de forma penetrante e intentsa.
Gerardo dice: «te dejo descansar, sí? Tu día ya fue demasiado largo.»
Aurora se acuesta, prefiriendo seguir envuelta en la toalla y dejando la ropa que había escogido sobre la mesita de luz que queda de su lado.
Gerardo mira a la chica, embelesado.
Dices: «como quieras…si se me pasa el dolor de cabeza ya voy a estar bien, el cansancio físico solo no es nada. Además…»
Aurora lo mira, con algo de malicia en los ojos y en la sonrisa que se le comienza a dibujar sin quererlo.
Murmuras: «en el fondo sé que no te querés ir.»
Gerardo suspira y asiente, sonriendo
Gerardo dice: «entonces…no me odiás?»
Aurora niega y señala con la mano el lugar a su lado
Gerardo asiente, se mueve para ese lado y tras descalzarse, se acuesta junto a ella, mirándola.
Dices: «si no me hubieras insistido, esto no hubiera pasado. y aunque me cueste, tengo que reconocer que…era necesario.»
Gerardo amplía más la sonrisa y la llena de besos abarcando las mejillas y el cuello.
Aurora le toma la cara con ambas manos y va bajando de a poco con las caricias mientras habla.
Dices: «no te puedo odiar, Gracias a vos me animé a darle pelea al pasado y dejarlo ir. Bueno, eso espero que pase, en realidad.»
Ambos se besan, luego se separan y pasan un tiempo en silencio, acariciándose mutuamente, comenzando así a alimentar el deseo.
Gerardo dice: «depende de vos, pero yo sé que eso puede pasar. Te vuelvo a repetir, relajate, dale paz a esa cabecita que piensa a mil, y la mayor parte de las veces, de forma negativa. Date un respiro y gozá la vida, mi preciosa.»
Aurora asiente, más relajada.
Murmuras: «si me das un tiempo…puedo estar lista justamente para lo que decís, gozar la vida. Acá, y ahora.»
Aurora lo mira de forma sugerente
Gerardo sonríe, correspondiendo del mismo modo a la mirada.
Gerardo murmura: «segura? Mirá que me lo voy a tomar en serio, eh?»
Aurora vuelve a asentir y le toma los hombros esta vez, aferrándolo con fuerza a ella.
Murmuras: «casi nunca hablo en joda, hermoso.»
Gerardo asiente y se anima a avanzar más, acariciándola y quitando lentamente la toalla.
Aurora a su vez, comienza a tantear para desvestirlo, despacio.
Gerardo murmura: «quiero que te relajes por completo…ya te merecés esto y todo lo que quieras.»
Aurora suspira, mientras lo sigue acariciando y lo besa.