Nueva Escena de rol: Movimientos Estratégicos y Amenazas Veladas

Punto de vista: Humberto


Un piso de la IDO
Al abrir la puerta te encuentras con un pequeño pasillo en cuya pared de la derecha hay un espejo de cuerpo entero. Al terminar el pasillo observas un salón comedor en forma de ele, que finaliza con una puerta batiente que da acceso a la cocina. A la derecha observas un ventanal que brinda iluminación y vistas a la ciudad de Madrid y a la izquierda un pasillo que da a las habitaciones y a un baño. La decoración es austera para el piso en general, a excepción de la habitación matrimonial donde el lujo y la comodidad son los aspectos reinantes.
Ves Un juego de recibidor, Una mesa comedor con varias sillas, Una televisión marca LT Koshiba de 40 pulgadas, y Una cocina sencilla aquí.
Humberto abre la puerta de la habitación de Ascensión y entra sin hacer ruido.
Humberto observa a la chica con cierta repulsión y se cierne sobre ella, inyectándole otra dosis.
Humberto da una mirada alrededor de la habitación y vuelve a salir, cerando con llave.
Humberto mira su reloj y coge el móvil para realizar una llamada.
Suena el timbre de la puerta; Humberto suspira.
Humberto se acerca a la puerta y observa por la mirilla.
Humberto abre la puerta.
Un trio de obreros permanece fuera, con materiales diversos.
Dices con acento Melillense, «llegais tarde, haced el favor de entrar y apresuraos, no tengo toda la mañana.»
El jefe de obreros asiente y entra, mirando el lugar con cierto recelo.
Los otros dos hombres permanecen fuera, esperando órdenes.
Humberto dirige al hombre a una habitación contigua a la matrimonial.
el hombre entra y da una mirada.
el hombre mira a Humberto con seriedad.
el hombre dice con acento madrileño, «¿Está seguro de que quiere sellar la ventana? la ventilación va a verse comprometida por no decir la iluminación, es una habitación muy pequeña. y no tiene más ventanas.»
Humberto mira al hombre a los ojos.
Dices con acento Melillense, «tengo cara de indeciso?»
El hombre niega, apretando los labios.
Dices con acento Melillense, «entonces no pierda tiempo haciendo preguntas estúpidas y haga lo que le ordené, que para eso se le paga.»
el hombre murmura, «muy bien, no llevará mucho tiempo.»
Dices con acento Melillense, «Eso espero.»
El hombre sale y minutos después, entra con ambos obreros.
Humberto ccoge su móvil y realiza una llamada luego de desbloquear la pantalla.

El teléfono da tono.
Guillem ha descolgado la llamada.
Guillem te dice por teléfono, «buenos días.»
Dices por teléfono, «buen día, Bagur, soy Ferrer. Necesito saber si ya habeis asignado a la enfermera que solicité.»
Guillem te dice por teléfono, «Buenos días, doctor Ferrer. siento no poder darle respuesta, no tengo información sobre ninguna solicitud hecha al servicio.»
Dices por teléfono, «la realicé el lunes, habla con servicios sociales. he cumplido con todo el procedimiento y no tengo tiempo para perderlo con vuestra burocracia.»
Guillem te dice por teléfono, «comprendo su malestar, pero servicios sociales no ha notificado nada aún. sin embargo, si me plantea lo que ocurre puedo intentar hablar con la jefe de servicio, quizá podemos agilizar su solicitud, aunque si le soy honesto, no nos sobra personal.»
Dices por teléfono, «requiero una enfermera para una impedida de la IDO que ha sido diagnosticada con esquizofrenia. Estamos iniciando el tratamiento y teniendo a otros dos a mi cargo no puedo ocuparme de ella como necesita, Bagur. con que venga tres días por semana será suficiente.»
Guillem te dice por teléfono, «comprendo. Lo que me gustaría saber es porqué no tramita su ingreso aquí en el servicio. Podríamos ocuparnos mejor.»
Dices por teléfono, «Sabes bien que los impedidos no son aptos para andar fuera de los lugares protegidos, Bagur. además, esta es en extremo peligrosa, ya casi mata a una tutora. Es agresiva y no querrás que alguno de los pacientes del servicio termine muerto, o sí?»

en el Servicio de Psiquiatría del Hospital La Paz…

Guillem aprieta el móvil con fuerza.»
Guillem te dice por teléfono, «Tengo entendido que la IDO tiene sus criterios respecto del cuidado de personas con discapacidad, pero insisto en que si el caso es tan grave, puede que la paciente requiera un tipo de reclusión diferente y no en un piso tutelado.»

en el piso de la IDO…

Humberto aprieta los dientes y la mirada se le ensombrece.
Dices por teléfono, «estás cuestionando mi criterio, Bagur? No olvides que soy Psiquiatra y sé muy bien lo que hago y no solo eso, llevo suficiente tiempo en la IDO para saber qué necesitan los impedidos.»
Guillem te dice por teléfono, «en absoluto. solo hice una observación. todos reconocemos que su trayectoria ha sido brillante, ni más faltaba.»
Dices por teléfono, «bien, entonces no discutas conmigo y habla con Marielena. Dile que me urge el apoyo. Seguro ella entenderá que la IDO prefiere contar con vosotros que con cualquier otra institución.»
Guillem te dice por teléfono, «Hablaré con ella, pero puede que quiera ver el informe de la paciente.»
Dices por teléfono, «servicios sociales ya tiene el informe y de paso cuenta con el historial de dicha paciente.»
Guillem te dice por teléfono, «bien, entonces se eleinformará cuando haya alguna respuesta, doctor Ferrer.»
Dices por teléfono, «Muy bien.»

Cuelgas la llamada.

De vuelta en el Servicio de Psiquiatría…

Punto de vista: guillem.


consultorio
Mayra entra en el consultorio.
Guillem está tecleando con fuerza, todavía irritado por la conversación que acaba de tener.
Guillem alza la mirada ante el sonoro ruido de unos tacones que se detienen frente a su escritorio.
Mayra mira al médico y sin esperar invitación se sienta.
Guillem alza las cejas.
Dices con acento Catalán, «siéntate, Mayra, si estás en tu casa. A qué debo tu visita?»
Mayra sonríe ante el tono, pero vuelve a adoptar su seriedad característica.
Mayra coloca una carpeta frente al médico sobre su escritorio.
Mayra dice: «el doctor Ferrer nos ha solicitado apoyo sanitario. tiene una impedida a su tutela que ha sido diagnosticada con esquizofrenia.»
Guillem aprieta los labios.
Dices con acento Catalán, «habla con la doctora Millán, estoy informado, el doctor acaba de tener una conversación conmigo. Por cierto, dice haber hecho la solicitud el lunes.»
Mayra hace un gesto fingido de preocupación.
Mayra dice: «sí, pero es que estamos teniendo tanto trabajo, que recién se le pudo dar curso a la solicitud.»
Guillem la observa, fingiendo a su vez comprensión.
Mayra sonríe.
Mayra dice: «Vengo de su despacho y me ha indicado que has de encargarte porque sabrías a quien asignar apropiadamente.»
Mayra repiquetea con las uñas sobre el escritorio.
Guillem coge la carpeta y comienza a leer con rapidez.
Mayra lo observa detenidamente.
Guillem coge el teléfono y marca una extensión.
Guillem dice por teléfono, «Hola, Marielena, sí, la tengo aquí en mi oficina… sí, estoy en ello, pero estás segura de que sería lo mejor? claro que no, pero…»
Guillem aprieta los labios y los nudillos con los que coge el auricular empalidecen.
Guillem dice por teléfono, «de acuerdo, así será, doctora.»
Guillem cuelga el auricular.
Mayra lo mira, divertida.
Mayra dice: «algún problema?»
Guillem alza la mirada.
Dices con acento Catalán, «ninguno, por qué habría de haberlo?»
Mayra se encoge de hombros.
Mayra dice: «capaz solo ha sido idea mía. Por cierto, qué tal está Fabi? anda muy esquivo últimamente.»
Dices con acento Catalán, «Está bien hasta donde sé, trabajando, Mayra. ya sabes que urgencias es un área muy absorbente.»
Mayra lo mira alzando una ceja.
Mayra dice: «Eso dicen, aunque teniendo en cuenta que se trabaja por turnos, diría que ha de tener tiempo para distraerse, para los amigos, ¿no? No te parece que el exceso de trabajo puede ser perjudicial, guillem?»
Guillem la mira y habla con cautela.
Dices con acento Catalán, «todo en exceso es perjudicial, Mayra. Incluso lo que pudiera resultarnos placentero.»
Mayra achica los ojos conteniendo sutemperamento.
Mayra dice: «Bueno, pero el placer te hace menos daño que otras cosas, no crees? si yo fuera tú, le aconsejaría a mi mejor amigo que tome más tiempo libre y se distraiga, tanto trabajo no puede ser bueno.»
Mayra se levanta.
Guillem la observa en silencio.
Dices con acento Catalán, «Fabián es un hombre adulto, toma sus propias decisiones.»
Mayra asiente y se dirige hacia la puerta.
Guillem observa a la mujer manteniendo la serenidad.
Mayra gira la cabeza antes de salir.
Mayra dice: «por cierto, te fijaste que la paciente del doctor Ferrer es ciega? Pobrecita, verdad, ciega y de paso mal de la cabeza.»
Dices con acento Catalán, «No he visto todo el expediente, mayra. »
Mayra asiente.
Mayra dice: «tómate tu tiempo, seguro te resulta muy interesante. el doctor ferrer es tan meticuloso… ah, sí, sabes con quien hablé en estos días?»
Mayra da un paso fuera del consultorio.
Guillem niega con la cabeza sin dejar de mirarla ni un instante.
Mayra sonríe.
Mayra dice: «con Claudia, la recuerdas? »
Guillem asiente.
Dices con acento Catalán, «Desde luego, espero que se encuentre bien.»
Mayra hace un gesto con la mano y lo mira con cierta malicia.
Mayra dice: «oh, sí, está muy bien… aunque aquí entre nosotros, sigue muy resentida con Fabi… parece que a ella no le cumplió como suele hacer… me contó cosas muy alarmantes de Fabi, aunque capaz solo es mala interpretación por su parte, ya sabes, una mujer insatisfecha es cosa seria.»
Guillem la mira bastante serio.
Dices con acento Catalán, «qué te dijo Claudia?»
Un brillo atraviesa la mirada de Mayra.
Mayra hace un gesto restando importancia.
Mayra dice: «tonterías como que era un depravado, que sentía atracción por discapacitadas o algo así. ya no me acuerdo con exactitud… Imagina, Fabi con una discapacitada? Eso no se lo cree nadie, no te parece?»
Mayra mira a guillem a los ojos.
Guillem le sostiene la mirada.
Dices con acento Catalán, «tienes razón, mayra, las mujeres insatisfechas son de cuidado. Ten buen día, disculpa pero tengo mucho trabajo.»
Mayra asiente cambiando de expresión.
Mayra dice: «Dale mis saludos a Fabi, dile que le tengo información interesante.»
Dices con acento Catalán, «si lo veo se lo diré.»
Mayra dice: «vale, ten buen día, guillem.»
Mayra sale del consultorio cerrando la puerta tras de sí.
Guillem alza la mirada al cerrarse la puerta y comienza a revisar el expediente con rapidez.
guillem termina de leer, ccoge el teléfono y marca otra extensión.

De regreso al piso tutelado de la IDO…

Punto de vista: Humberto.

El jefe de obreros sale con los demás luego de algunas horas de trabajo ininterrumpido.
el hombre dice: «Está listo, solo nos resta retirar algunas cosas. Lo digo por si quiere supervisar el trabajo.»
Humberto asiente y asoma la cabeza atisbando en el interior.
Ves una habitación en penumbras. el suelo ha sido cubierto con una moqueta delgada de color oscuro, mientras que las paredes han sido recubiertas con un material acolchado de color negro.
Humberto asiente.
Humberto mira al hombre.
Dices con acento Melillense, «imagino que ha quedado insonorizado también, ¿no?»
el hombre asiente con la cabeza.
Dices con acento Melillense, «bien, llevaos lo que esté ahí dentro. enseguida os daré vuestro pago.»
el hombre asiente dando una orden silenciosa a los otros dos, quienes se dirigen a sacar la madera y las ventanas.
Humberto entrega un sobre al jefe de los obreros.
Dices con acento Melillense, «Puede contarlo si le surge alguna duda.»
el hombre niega con la cabeza.
Dices con acento Melillense, «bien, entonces os podeis marchar. si os llego a necesitar, os llamaré.»
el hombre dice con acento madrileño, «De acuerdo.»
Los tres hombres se miran y salen del piso.
Humberto cierra la puerta tras de sí.
En el rellano…
Un obrero dice con acento murciano, «cuxa sí será que ahí cuidan como dicen a los xiquillos esos que tan malillos? Porque illo, no sé tú, pero ese me parese que anda reventaillo e la cabesa abe? que te mira como i evara er maligno pa entro»
el otro obrero encoge los hombros y mira al jefe.
el jefe de obreros pulsa el botón del asensor.
el jefe de obreros dice con acento madrileño, «Callaos la puta boca, pareceis marujas de pueblo. No sé si los cuidan o no, pero pagan, así que punto final.»
El ascensor abre sus puertas, los hombres suben y cargan algunas cosas. rato después, han terminado de llevarse todo y se marchan.
Una hora después…
Vuelve a sonar el timbre de la puerta.
Humberto se asoma por la mirilla y ve a un par de hombres, cargando una cama de estilo hospitalario.
Humberto abre la puerta
Dices con acento Melillense, «es la puerta contigua a la ahbitación matrimonial.»
Los hombres asienten y se adentran con la cama. Un rato después salen con su paga en un sobre.
Humberto cierra la puerta y se apresura a realizar el traslado.
Eloy sale de su habitación.
ambos cruzan una mirada. Humberto hace gestos en lengua de signos.
Eloy dirige la mirada a la habitación que ocupa Ascensión, luego mira a Humberto y permanece inmóvil con los dientes apretados
Humberto vuelve a hacer varios gestos en lengua de signos.
Eloy permanece inmóvil, la ira destella en sus ojos.
Humberto mira hacia la habitación de la chica y se acaricia la entrepierna, mientras agarra el pomo de la puerta.
Eloy observa lo que humberto hace y le coge con firmeza de la muñeca.
Eloy abre la puerta despacio y se gira para ver a humberto.
Eloy entra en la habitación, humberto le sigue.
Humberto retira las esposas, Eloy toma a la chica en brazos y la saca rumbo a la habitación que le indica Humberto.
Eloy deja a la chica como puede en la cama, el ambiente está a oscuras y apenas puede divisarse el interior.
Humberto hace señas a Eloy para que se marche, luego procede a atar las correas a tobillos y muñecas, así como en la cintura de Ascensión.
eloy sale de la habitación entrando en la suya dando un sonoro portazo.
Humberto ríe bajito, mientras verifica que las correas hayan quedado bien sujetas y fuera del alcance.
Humberto vuelve a observar a la chica para luego salir cerrando con llave tras de sí.
Humberto coge el pomo, lo gira y abre la puerta.
Sales de la casa.
La planta número 18
Ves Un piso de la IDO, la casita de ttatti, Entrada a la casa de aida., y casa de rodolfo aquí.

Humberto cierra la puerta, mete la llave en la cerradura, la gira un par de veces; luego la saca guardándose el manojo de llaves.
Pulsas el botón del elevador y este se pone en movimiento.

el ascensor de la torre de madrid llega y las puertas se abren.
entras en el ascensor de la torre de madrid.
el ascensor de la torre de madrid

Humberto pulsa el botón de la planta 4.
El ascensor cierra las puertas y se pone en marcha.

el ascensor de la torre de madrid para en La planta número 4 y las puertas se abren.
sales del elevador.
La planta número 4
Ves casa de oscar, Un piso de la IDO, hogar de dámaso, casa de zulema, y el ascensor de la torre de madrid aquí.

Humberto mete la llave en la cerradura, la gira y abre la puerta.

Un piso de la IDO
te encuentras en una casa pulcramente limpia y ordenada. en el dormitorio hay una rampa que permite el acceso de una silla de ruedas al mismo; así como también hay una cama y un escritorio. cabe mencionar que toda la casa cuenta con adaptaciones para que una persona en silla de ruedas pueda desplazarse sin problemas
Ves Un sillón de relax modelo Lockhart en color crema, Una mesa rectangular de madera de roble, Sofá tapizado de dos plazas con Chaise Longue., una tele de la marca cyberlife, Un cuadro llamado Idilia, Altavoz Inteligente ANP Siux Ideology, y un cuadro llamado patatas de colores aquí.

Humberto entra y cierra la puerta, observando el lugar con detalle.
Humberto se dirige a la habitación de flores y comienza a hurgar por todas partes.
Un rato después…
Humberto consigue lo que a todas luces parece un cuaderno y lo abre.
Humberto da una ojeada a las primeras páginas y sonríe con malevolencia.
Murmuras con acento Melillense, «así que un diario, qué interesante… siempre me ha encantado este tipo de detalles.»
Humberto cierra el cuaderno y sale de la habitación.