Nueva escena de rol: Noche de tensión, incomodidad y revelaciones

Punto de vista: Guillem.

DiverGentes Terraza&Bar
Es un local que cuenta con un espacio interior y una terraza. La decoración es de estilo cosmopolita, lo que le da al ambiente un carácter informal y relajado. Apenas entrar, a la derecha observas una plataforma estrecha y elevada con un antepecho que impide ver que se posiciona en ella, donde te espera una guapa anfitriona. Una vez alcanzas el interior, puedes ver varias mesas dispuestas a lo largo y ancho de todo el espacio. A la izquierda observas una barra de madera con varios bancos altos, que permiten disfrutar de bebidas mientras se espera por una mesa. Junto a la barra ves las puertas batientes que dan al interior de la cocina las cuales se mueven con bastante frecuencia. A la derecha observas un estrecho pasillo el cual dirige hacia los aseos y en todo el frente, un muro acristalado te deja disfrutar de la preciosa terraza ajardinada que ofrece un lugar donde romper con la rutina ajetreada del día a día. Tanto en el interior como en la terraza se puede disfrutar del picoteo, buen vino y una excelente gastronomía.
Fabián entra al local seguido por Guillem.
Una guapa anfitriona les da la bienvenida.
Guillem habla con la chica, esta asiente y consulta en su tableta.
La anfitriona dice: «enseguida os acompaño a vuestra mesa, caballeros.»
Guillem asiente y sonríe mientras espera que la anfitriona les guíe hacia su mesa.
Fabián espera junto a Guillem.
La anfitriona se acerca a ambos hombres.
La anfitriona dice: «seguidme por aquí, si sois tan amables.»
Guillem y Fabián siguen a la chica.
La joven les lleva a través del espacio, rumbo a la terraza.
La anfitriona les indica la mesa a ocupar y deja dos cartas sobre la mesa.
Guillem y Fabián se sientan.
La anfitriona les ofrece una radiante sonrisa antes de girar sobre sus altos tacones de aguja y alejarse.
Guillem mira a la chica, se recrea con sus curvas y luego ve a Fabián.
Fabián está un poco tenso y ni siquiera a buscado observar con detalle a la anfitriona.
Dices con acento catalán, «¿qué tal ha ido al final?»
Fabián mira a su amigo.
Fabián dice: «tan bien como era posible. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona. Asistí a Anzola porque Moreno sigue en Barcelona.»
Guillem asiente.
Un camarero trae dos copas y sirve agua fría en ellas, luego se aleja.
Dices con acento catalán, «vas a hablar? O tendré que sacarte las cosas con cuchara. Pensé que habías superado esa etapa.»
Fabián suelta el aire, despacio.
Fabián coge la copa de agua y bebe.
Fabián mira a Guillem a los ojos.
Fabián dice: «Cuando lo encontraron ni tenía el identificativo y de paso, tenía las plantas de los pies destrozadas, como si hubiese corrido descalzo, pero…»
Fabián da otro trago antes de dejar la copa en la mesa.
Dices con acento catalán, «pero, ¿qué?»
Fabián dice: llevaba zapatos. ¿cómo te destrozas así los pies si llevas zapatos?»
Guillem lo mira, pensativo.
Dices con acento catalán, «lo habéis comentado con servicios sociales?»
Fabián dice: «yo solo estaba asistiendo en la cirugía, supongo que Anzola lo dejaría constar en la historia clínica.»
Guillem coge la copa de agua y da un trago.
Fabián coge la carta y la lee.
Dices con acento catalán, «pero es eso lo que en realidad te tiene así? Porque a mí no me lo parece.»
Fabián alza la mirada.
Guillem lo observa, fijándose en su lenguaje corporal.
Fabián deja la carta en la mesa.
Guillem deja la copa sobre la mesa y entrelaza los dedos apoyando las manos en su regazo.
Fabián niega con un gesto casi imperceptible.
Un camarero se acerca con la carta de vinos.
El camarero deja la carta de vinos apoyada en la mesa.
Guillem coge la carta, la lee y le indica al camarero lo que desea beber.
Fabián coge la carta y luego de revisarla pide también.
El camarero apunta el pedido, retira la carta y se aleja.
Guillem mira a Fabián.
Dices con acento catalán, «Y bien?»
Fabián va a hablar cuando escucha dos voces que le resultan familiares y se tensa.
Mayra y Claudia entran a la terraza acompañadas de la anfitriona.
Fabián mira a Guillem.
Fabián murmura: «No tendrás tú que ver con esto, ¿no?»
Guillem alza las manos dejando visible sus palmas.
Dices con acento catalán, «Claro que no, vamos, no pensarás que soy tan retorcido cuando lo que intento es ayudarte, tio. soy tu amigo, no tu enemigo.»
Mayra se gira al escuchar una voz familiar y ve a los hombres.
Una chispa de deseo y diversión brilla en los ojos de Mayra.
Fabián alza la mirada y se fija en Mayra.
Claudia ve a Fabián y pone gesto adusto.
Guillem se gira y se pone en pie.
Mayra sonríe a Guillem.
Guillem se acerca y le da dos besos.
Mayra dice:»Pero qué sorpresa encontraros por aquí.»
Fabián achica los ojos y aprieta los dientes.
Claudia guarda silencio y sigue a la anfitriona hacia la mesa que está diagonal a la de Fabián y Guillem.
Dices con acento catalán, «La sorpresa es nuestra, Mayra. No te preguntaré qué tal estás porque sería redundante.»
Guillem mira a Mayra.
Mayra
Tiene un rostro de rasgos perfectos y un cuerpo torneado de curvas sinuosas. Su aspecto es siempre tan pulcro y estudiado que provoca una sensación de irrealidad cuando la miras. Se viste de manera sugerente y siempre va maquillada y perfumada según la ocasión.
Lleva una blusa de gran escote estampada en colores vivos de la marca FashionGirl.
Lleva una minifalda de cottonlycra color negro.
Lleva unas sandalias de tacón muy alto y fino.
Mayra ríe ante el comentario, sin dejar de ver a Fabián.
Un camarero trae las copas de vino a la mesa.
La anfitriona deja las cartas sobre la mesa y se despide de Claudia.
Mayra dice: «Y tú, no dices nada, Fabián?»
El camarero deja las copas en la mesa y se retira.
Fabián dice: «A veces es mejor guardar silencio, Mayra, No crees?»
Fabián coge con rapidez la copa que el camarero ha dejado frente a él.
Mayra dice: «Me dijeron que habías cambiado, pero no pensé que fuese tanto. Antes eras… diferente, Fabi.»
Mayra mira a Fabián y luego por el rabillo del ojo a Claudia.
Fabián aprieta los dientes al escuchar el diminutivo en la boca de Mayra y luego sorbe de la copa, procurando no mirarla.
Claudia sigue el intercambio en silencio.
Guillem procura romper el incómodo silencio.
Dices con acento catalán, «Ya sabes que el cotilleo nunca es bastante ajustado a la realidad, Mayra.»
Mayra asiente a Guillem.
Mayra dice: «llevas razón, cari.»
Mayra coquetea con Guillem, pasando una de sus manos por la piel del antebrazo del hombre, sin dejar de ver a Fabián.
Guillem da un paso atrás con naturalidad girando para ofrecerle una sonrisa a Claudia.
Guillem vuelve a mirar a Mayra.
Dices con acento catalán, «Bueno, guapa, creo que Claudia comienza a impacientarse y ya la conoces, no es su fuerte esperar.»
Mayra ríe bajito, con cierta malicia.
Mayra dice: «cierto, cari. bueno, ha sido un verdadero placer veros por aquí.»
Mayra atenúa el tono para sonar más provocativa.
Advirtiendo el tono, Fabián se pone rígido.
Mayra dice: «Espero volver a verte pronto, Fabi.»
Mayra se mueve hacia la mesa sin esperar que Fabián conteste, su incomodidad le resulta suficiente respuesta.
Mayra se sienta frente a Claudia.
Fabián da otro sorbo a la copa sin ver a la mujer.
Guillem se gira y se deja caer en la silla.
Murmuras con acento catalán, «joder, macho, que mal rollo da esta tia. No sé como coño te liaste con ella alguna vez.»
Fabián deja la copa sobre la mesa.
Fabián murmura: «en realidad sí que lo sabes, pero bueno.»
Guillem coge su copa y da un trago.
Murmuras con acento catalán, «es una forma de evitar decir que te encoñaste… sobre todo porque perdona que te lo diga, a esa tia no se le ha pasado el encoñamiento, aunque a ti sí, un rato largo, por lo que puedo apreciar.»
Un camarero se acerca.
Fabián suspira profundo.
Fabián murmura en un tono casi de susurro.
Fabián murmura: «es una mujer obsesiva y peligrosa… ojalá no tuviese que verla nunca más.»
Guillem coge su copa y da un sorbo.
El camarero carraspea con suavidad.
El camarero dice: «buenas noches, caballeros.»
Fabián mira al camarero al igual que Guillem.
El camarero mira a ambos hombres.
El camarero dice: «¿quereis hacer vuestro pedido? O preferís esperar.»
Dices con acento catalán, «qué nos recomienda para hoy?»
El camarero esboza una sonrisa.
El camarero dice: «De entrada os recomiendo el carpaccio de Salmón. como primer plato podeis elegir la ensalada florenciana o la tartaleta de setas. De segundo os recomiendo el cartocho de lomito con lingüinis a la crema.»
Fabián dice: «bien, pues yo me pido de primero la ensalada y de segundo el cartocho.»
Dices con acento catalán, «Yo quiero la tartaleta y el cartocho. Y traiga el carpaccio también, por favor.»
El camarero apunta el pedido.
El camarero dice: «os apetece más vino, supongo.»
Ambos hombres asienten.
El camarero hace una pequeña reverencia y se aleja.
Guillem adopta una postura más relajada.
Guillem observa a Fabián que sigue tenso.
Murmuras con acento catalán, «por qué no me cuentas qué te ocurre, tio? Me preocupa observar esas señales que hacía un par de años no veía en ti.»
Fabián respira varias veces.
Fabián comienza a explicarle en voz muy baja lo que le está ocurriendo con Aymara.
Guillem lo escucha con atención.
El camarero se acerca con el carpaccio y va colocando con destreza el platillo y los platos con los cubiertos.
El camarero dice: «que aproveche.»
Los hombres asienten.
Entre tanto, en la mesa diagonal…
Mayra intenta escuchar lo que Fabián y Guillem están diciendo, pero hablan en voz demasiado baja.
Claudia se fija en la actitud de Mayra.
Claudia dice: «es mentira, ¿no? en realidad no has perdido el interés en Fábrega… Lo que me sorprende es que me recomendases acostarme con él. ¿cuál es tu verdadera intención, Mayra? Y no me vengas con que te da lo mismo.»
Mayra disimula el gesto de fastidio que le da la cháchara insulsa de Claudia.
Mayra pone gesto de no entender a qué se refiere.
Claudia intenta dominar su mal genio.
Claudia achica los ojos.
Claudia dice: «eres una arpía, querías comprometerme en tus maquinaciones, ¿no? Acaso sabías que ese tio es un enfermo sexual? qué coño es lo que buscas en realidad, Mayra?»
Mayra mira a Claudia con renovado interés.
Mayra se señala.
Mayra dice: «¿yo? qué va, querida. Te recomendé a Fábrega porque conozco bien su desempeño. querías sumergirte en un mundillo en el cual hay que ser cuidadosa de a quién se le entrega el control y el poder. Fábrega siempre ha sido un tio responsable en esos temas.»
Mayra miente sin remordimientos, mientras observa a la mujer que tiene en frente.
Mayra murmura: «pero, a qué te refieres con que es un enfermo sexual? Me dijiste que querías probar cosas más… fuertes en el sexo. Qué te pasó, fue demasiado para ti?»
Claudia coge su copa y da un sorbo.
Claudia dice: «demasiado poco, querrás decir.»
Mayra arquea las cejas, sorprendida.
Claudia se fija en su expresión.
Claudia dice: «conmigo no fue capaz de sostener una erección… pero bastó y sobró que viera a una discapacitada y se empalmó al instante.»
Mayra mira a Claudia, incrédula.
Claudia resopla un poco.
Claudia dice: «buscaba algo de deprabación, pero no de ese tipo, Mayra… No sé cómo fuiste su amante por tanto tiempo, la verdad… es un asco de tio. Muy cachas y lo que quieras, con una polla que te hace agua la boca, si es que funciona. Pero con la mente sucia.»
Mayra toma nota de esa información.
Mayra medita con cuidado sus palabras.
Mayra murmura: «¿te llevó acaso a algún piso tutelado?»
Claudia la mira, horrorizada.
Claudia murmura: «dios bendito, pero por quién me tomas, Mayra?»
Mayra intenta que la mujer no se retraiga.
Mayra murmura: «solo me preocupo por ti, nena. fuísteis entonces a un hotel? solo intento hacerme una idea, nada más.»
Claudia baja un poco la guardia.
Claudia dice: «él quería ir a un hotel, pero yo le convencí y luego de mucha insistencia fuimos a su casa. Harta ya de una noche tan lamentable, por la mañana cuando le fue imposible responderme, cogí mis cosas y ahí estaba esa tia, en el salón con otra que no conozco.»
Mayra presta atención a lo que Claudia le cuenta.
Mayra bebe de su vino.
Claudia resopla.
Claudia murmura: «No sé como entraron, supongo que esa tía tendría llave… capaz es una tutora de la IDO, aunque la recordaría, es una mujer preciosa.»
Mayra pierde el hilo de la conversación un instante.
Mayra murmura: «la discapacitada? No seas tonta, una discapacitada no puede ser tutora, Claudia.»
Claudia niega con la cabeza.
Claudia murmura: «no soy tan idiota como pueda parecerte, Mayra. me refiero a la otra chica. Aunque siendo franca, esa mujer es atractiva… si no fuese por esos ojos típicos de la ceguera, sería una tia guapísima, sí.»
Mayra vuelve a tomar nota mental de lo que Claudia dice.
Mayra murmura: «y él que dijo, te explicó quien era?»
Claudia niega.
Claudia murmura: «Salí de ahí cagando leches, como tú comprenderás, no iba a quedarme ahí, viendo como el tio que estuve intentando complacer toda la noche se empalmaba con una ciega que salió quien sabe de donde, no?»
Mayra aprieta los dientes, disimulando el enfado.
Mayra dice: «claro, guapa, si tienes toda la razón. Perdona, de haber sabido eso… no te lo habría recomendado.»
Un camarero se acerca a la mesa a tomar el pedido de las mujeres.
Mayra aprovecha para pedir y así no darle tregua a Claudia de volver sobre el tema inicial.
En la mesa de Fabián Y Guillem.
Ambos hombres comen con fruición, disfrutando de la comida.
Murmuras con acento catalán, «Mira, Fabián… Yo sé que luego de tu relación con Mayra, te preocupan muchas cosas sobre tu apetito sexual y tus preferencias. Pero lo hemos hablado muchas veces, incluso, lo que te ha ocurrido con Claudia muestra que no, no eres adicto al sexo, y tampoco eres un pervertido.»
Fabián termina de comer y deja los cubiertos en el plato.
Murmuras con acento catalán, «de hecho, técnicamente mientras tu preferencia por el BDSM no ocasione ningún perjuicio, no puede considerarse una filia.»
Fabián se limpia la boca y suspira.
Fabián murmura: «Igual es… bueno ha sido mi paciente.»
Guillem deja los cubiertos en su plato al terminar y coge la copa, dando un sorbo al vino.
Guillem lo mira y asiente.
Murmuras con acento catalán, «entiendo tu disyuntiva ética, pero aún no pasa nada entre vosotros.»
Guillem da otro trago y se termina la copa.
Murmuras con acento catalán, «por qué no hablas con Astrid? Ella está en el servicio y podría tomar otro paciente, ya sabes que siempre anda intentando ayudar a todo el que puede.»
Fabián murmura: «sí que lo había pensado, pero tenía que arreglar las cosas primero con ella.»
Guillem lo observa con detenimiento.
Murmuras con acento catalán, «Te importa mucho por lo que se ve.»
Fabián se termina el vino y alza la mirada un instante, dirigiéndola a la mesa donde está Claudia.
Guillem supone a quien está mirando.
Fabián deja de mirar y se centra en su amigo.
Fabián murmura: «si te refieres a aymara, sí. Me preocupo por ella, me importa… me importa muchísimo, Guillem.»
Murmuras con acento catalán, «entiendo que te preocupe que esas dos anden juntas, pero la verdad es que poco puedes hacer hasta que alguna haga algo que pueda permitirte tomar medidas, así que relájate un poco, anda.»
Fabián murmura: «sé que tienes razón, pero es que me jode esta situación.»
Guillem asiente.
Murmuras con acento catalán, «te jode y te preocupa, supongo. el control es algo que te hace sentir seguro y no tenerlo te tambalea.»
Fabián asiente.
Fabián murmura: «preferiría mil veces que esa mujer siguiese a kilómetros de distancia. Respecto del control, sí Y tengo mis motivos.»
Murmuras con acento catalán, «ya… dime una cosa, te preocupa volver a caer con ella? o es otra cosa.»
Fabián murmura: «me preocupa lo que es capaz de hacer para tenerme cogido por los huevos de nuevo, Guillem. ya te dije, es obsesiva y no acepta noes por respuesta.»
Guillem alza las cejas, entre sorprendido y curioso.
Murmuras con acento catalán, «tanto así?»
Fabián asiente.
Guillem hace señas al camarero para que les traiga la cuenta.
Fabián murmura: «alguna vez te contaré con más detalle.»
Murmuras con acento catalán, «pero, ¿es que hay más?»
Fabián murmura: «no tienes ni puta idea… créeme.»
El camarero trae la cuenta.
Fabián se dispone a sacar su cartera pero Guillem lo detiene.
Dices con acento catalán, «que te invito yo, tio. La próxima vez te toca a ti.»
Fabián dice: «vale, voy al aseo un momento y regreso, no tardo.»
Fabián se levanta y camina al interior del local.
Guillem saca su tarjeta de crédito y se la da al Camarero.
Mayra se levanta y entra al interior del local.
Guillem se fija en las largas piernas que van andando con seguridad. al alzar la mirada ve que es Mayra y comienza a comprender la preocupación de su amigo.
El camarero se aleja con la cuenta y la tarjeta en el pequeño plato metálico.
En el aseo de caballeros…
Fabián se está subiendo la cremallera cuando la puerta se abre y se cierra.
Fabián se pone tenso al escuchar los pasos y percibir el aroma.
Fabián se gira, terminando de subirse la cremallera.
Mayra lo observa desde la puerta.
Fabián se lava las manos, evitando mirarla a través del espejo.
Fabián se seca las manos con una toalla de papel; luego la tira, arrugada en la papelera.
Fabián murmura: «No quiero problemas, Mayra.»
Mayra lo mira con los ojos brillantes y ávidos por el deseo.
Mayra murmura: «en tus manos está, Fabi.»
Fabián murmura: «deja de llamarme así y, ten la bondad de guardar el decoro, Mayra. el pasado es pasado.»
Mayra se le acerca con lentitud, sus intenciones son claras.
Mayra se relame despacio sin dejar de mirarlo.
Mayra murmura: «Te has vuelto un tio remilgado, Fabi?»
Fabián niega, esforzándose por no perder la paciencia.
Fabián murmura: «no es eso, Mayra, pueden acusarte de exhibicionismo y provocación sexual, es un delito del código penal.»
Mayra se acerca más y se hinca, adoptando una posición de sumisión; la que ella solía utilizar cuando quería provocarle.
Mayra murmura: «no estoy mostrando mis genitales ni tú los tuyos, no te resistas a tu naturaleza, Fabi.»
Fabián resopla y evita mirarla.
Fabián murmura: «Haz el favor de levantarte, no es sitio para un espectáculo, Mayra.»
Mayra murmura: «No tienes por qué preocuparte, amor, Claudia es demasiado insulsa para ti, es natural que no despertase tu apetito… pero yo…te conozco tan bien.»
Fabián pierde la paciencia y la coge por el codo, levantándola con fuerza del suelo en el momento en que guillem entra al baño.
Guillem se percata de la situación.
Mayra se tambalea un poco por la fuerza del arrastre de Fabián y sonríe.
Guillem sostiene la puerta entreabierta, mirando a Mayra con expresión impasible.
Dices con acento catalán, «Claudia debe estar preguntándose porqué tardas tanto, Mayra.»
Mayra mira a Fabián.
Mayra dice: «Nos veremos pronto, cariño.»
Fabián aprieta los dientes guardando silencio.
Guillem observa a Mayra con insistencia persuasiva.
Mayra sale del baño meneando sus caderas.
Guillem deja que la puerta se cierre y observa a Fabián.
Fabián se gira y va a lavarse de nuevo las manos con jabón.
Guillem se fija en los movimientos compulsivos de su amigo y se acerca con lentitud.
Dices con acento catalán, «respira profundo… en cuanto te serenes nos iremos y hablaremos… no estás solo, tio.»
Fabián alza la mirada del lavabo y ve a Guillem.
Fabián nota la determinación y el apoyo de su amigo.
Guillem observa a Fabián a través del espejo.
Dices con acento catalán, «ahora sé que no es exageración… Mayra no está bien.
El alivio en el rostro de Fabián es casi palpable.
Guillem le palmea en el hombro.
entre tanto, en la puerta del local…
Claudia mira a Mayra con cierto recelo.
Mayra va caminnando hacia su coche que está justo detrás del coche de Claudia.
Claudia le alcanza y le coge por el brazo.
Mayra se zafa y gira para mirarla.
Claudia dice: «qué estás tramando, Mayra?»
Mayra dice: «Vas a seguir con ese tema? No estoy tramando nada, mujer.»
Claudia la mira poco convencida.
claudia dice: «no te creo, pero tú misma. Mientras no me enredes en tus maquinaciones.»
Mayra coge a Claudia con fuerza por la muñeca.
Claudia da un respingo.
Mayra dice: «No se te olvide, muñeca, que te salvé el culo ya varias veces… de no ser así, te habrían trasladado fuera de madrid. que solo fuese traslado de hospital es nada.»
Claudia traga grueso.
Claudia murmura: «No se me olvida, no hace falta que me lo saques en cara.»
Mayra dice: «es bueno que lo recuerdes. Y ahora, te dejo, tengo cosas que hacer, guapa.»
Claudia mira a Mayra y cierto temor se le refleja en los ojos.
Claudia camina hacia su coche, desactiva la alarma y abre la puerta.
Mayra sigue los movimientos de Claudia y se apresura a entrar a su coche.
Claudia sube al coche, cierra la puerta y minutos después, arranca, alejándose del lugar.
Mayra permanece dentro de su coche, observando.
Fabián y Guillem salen del local.
Guillem se saca las llaves del coche y desactiva la alarma.
Fabián rodea el coche por delante y alcanza la puerta del copiloto.
Mayra aferra el volante con tanta fuerza que los nudillos se le van poniendo blancos.
Fabián se detiene justo cuando iba a subirse al coche y da una mirada a su alrededor; su expresión corporal denota que está tenso.
Mayra sigue observando a Fabián.
Guillem intercambia algunas palabras y da también una mirada sin detenerse en ningún punto específico, luego abre la puerta y sube al coche.
Mayra ve cómo Fabián sube al coche.
Las puertas del coche se cierran.
El coche arranca, alejándose del lugar.
Mayra se muerde el labio inferior con fuerza.
En el coche…
Guillem mira de reojo a Fabián, mientras sigue pendiente de los espejos retrovisores.
Fabián sigue algo tenso mirando al frente.
Dices con acento catalán, «no veo que nos esté siguiendo, tio… relájate un poco.»
Fabián asiente, cerrando los ojos y apoyando la cabeza en el asiento.
Guillem sigue conduciendo hasta que reduce la velocidad al aproximarse a la Plaza España.
Fabián abre los ojos.
Guillem apaga el mmotor.
Fabián se gira y lo mira.
Guillem lo observa y se relaja al verle más sereno.
Dices con acento catalán, «Habla con Astrid y refiérele a tu paciente para que la vea en consulta privada.»
Fabián gira la cabeza y ve a Guillem.
Fabián dice: «Es lo primero que haré por la mañana.»
Guillem asiente.
Dices con acento catalán, «habla con la mujer de Moreno y esa chica, la que vive con tu paciente y explica lo que está ocurriendo.»
Fabián se incorpora y aprieta los dientes.
Fabián niega.
Fabián dice: «eso es, demasiado sórdido, guillem.»
Guillem lo mira.
Dices con acento catalán, «Kiara es una mujer de mente abierta, Y su compañera es tímida, pero no tiene la pinta de ser prejuiciosa. Es mejor que sepan a que atenerse. Mira, Fabián. Luego de hoy no puedes saber qué dijo y que no dijo Claudia. Si Mayra tiene intenciones de ir a por ti y se entera de esto, va a ir a por ella.»
Fabián se pasa la mano por la cara, frustrado.
Guillem le pone la mano en el hombro y le da un apretón.
Dices con acento catalán, «ya es un milagro que teniendo tanto tiempo en madrid no la hayan pillado. a ella también debes decirle lo que todavía no sabe. has de explicarle para que esté prevenida.»
Fabián asiente, resignado.
Dices con acento catalán, «Hablaré con Lourdes, vale?»
Fabián lo mira.
Fabián dice: «Crees que es necesario?»
Guillem se encoge de hombros.
Dices con acento catalán, «pasan mucho tiempo juntas, si hace algún movimiento puede que lo sepamos antes.»
Fabián hace una mueca, la duda se le refleja en los ojos.
Guillem niega.
Dices con acento catalán, «Lourdes no tiene esas ideas tan retrógradas, Fabián. Muchas veces no le gusta como va la IDO y justo por eso intenta siempre actuar con justicia. Refrenó muchas veces a Claudia, con Mayra no tiene por qué ser diferente.»
Fabián suspira, resignado.
Guillem le vuelve a palmear el hombro.
Dices con acento catalán, Venga, hombre. le diré solo lo necesario, que no se trata de exponer tu privacidad.»
Fabián dice: «Lo sé, tio si no es que desconfíe de ti… Sabes más de mi vida que mucha gente.»
Guillem asiente.
Dices con acento catalán, «Piensa en eso cuando quieras cerrarte como una caja fuerte, macho. ya sabes que en Urgencias se requiere mucho aplomo… no lo tires todo por esa mujer.»
Fabián dice: «lo sé. Llevas razón.»
Guillem esboza una sonrisa.
Dices con acento catalán, «tienes que presentarme a aymara… tiene que ser una tia increible si te está robando el corazón y la mente de esa manera.»
Fabián experimenta un cúmulo de emociones que no logra reprimir.
Guillem lo observa, satisfecho, a sabiendas que le había dado el empujón que su amigo necesitaba para ponerse a pensar en lo que le está pasando.
Fabián mira a guillem.
Fabián dice: «me lo pensaré, pero no prometo nada.»
Guillem nota el tono posesivo de Fabián y asiente.
Dices con acento catalán, «ahora lárgate, me voy a mi casa.
Fabián le palmea un hombro y se desabrocha el cinturón.
Guillem desbloquea las puertas.
Fabián abre la puerta y baja del coche.
Fabián cierra la puerta.
Guillem lo sigue con la mirada hasta que se adentra en la torre.
Guillem arranca el motor y conduce rumbo a su casa, entendiendo ahora muchas cosas.