Nueva Escena de rol: Ser Buena Gente En Esta Vida

Punto de vista: Guillem.

Boxes
Observas una zona de varios boxes acondicionados para la permanencia de un paciente y un acompañante. Cada box posee una cama de hospital, una mesita y un sillón reclinable, además de un pequeño gavetero donde guardar las pertenencias del paciente.
Guillem entra en el box.

Te encuentras con Fina.

Guillem observa a Fina mientras atiende a uno de los pacientes que acaba de ingresar.
Fina
Observas una mujer que está cerca de los 50 aunque se conserva bastante bien. Es robusta sin ser obesa. Tiene el cabello marrón muy crespo, recogido siempre en un moño a la nuca. Sus ojos son de color miel, con pestañas y cejas muy tupidas que ofrecen una mirada dulce con una chispa de inteligencia que sabe disimular con la afabilidad de su trato. Lleva casi siempre un pijama sanitario dada su profesión.
Fina está colocando un medicamento en la vía del paciente cuando se percata de la presencia del doctor.
Fina sonríe.
Guillem le devuelve la sonrisa.
Dices con acento catalán, «Fina, cuando termines puedes pasar por el consultorio por favor?»
Fina dice con acento madrileño, «Claro, doctor, no se preocupe usted de nada que enseguida paso por allí.»
Guillem asiente y sale.
Unidad de Hospitalización Breve
Tercera Planta
servicio de Psiquiatría
consultorio
Es un espacio habilitado para consultas de tipo siquiátrico. Tanto los colores como el mobiliario favorecen la relajación. Al ingresar, a la izquierda puedes ver el escritorio donde el terapeuta lleva a cabo tareas administrativas. Cuenta con un ordenador, un archivador y un par de sillas. Tras el escritorio, una ventana permite ver parte del Paseo de la Castellana y ofrece excelente iluminación al lugar. Del lado derecho una división separa otro espacio un poco más pequeño, donde puede verse un sillón, un diván, un equipo de música y una moqueta gruesa que hace juego con la decoración.
Guillem entra, rodea el escritorio y se sienta.
Guillem comienza a poner al día las historias de varios pacientes.
Diez minutos después…
Fina toca la puerta con suavidad, abre y entra.
Guillem alza la mirada y le invita a sentarse.
Fina cierra la puerta y se sienta.
Dices con acento catalán, «Fina, te he pedido que vinieses porque necesito conversar contigo y ver si estarías dispuesta a asumir una nueva tarea. Sé que el trabajo en el servicio es absorbente, pero un tutor de la IDO nos ha solicitado apoyo y pensé en ti porque creo que eres la persona idónea para esto.»
Fina mira al doctor y alza una ceja muy levemente.
Fina dice con acento madrileño, «De qué se trata en sí la asignación, doctor?»
Guillem se inclina sobre el escritorio un poco, entrecruzando los dedos.
Dices con acento catalán, «Verás, el tutor ha enviado unos informes, donde notifica que una de sus tutoreadas, en teoría, padece de esquizofrenia.»
Fina advierte la entonación y las palabras que utiliza Guillem y le mira a los ojos.
Fina asiente con la cabeza.
Fina dice con acento madrileño, «siendo de sexo femenino a lo que entiendo, requiere de alguien que le asista en el cuidado y vigile su medicación, no es así?»
Guillem asiente con la cabeza.
Fina dice con acento madrileño, «qué discapacidad tiene, en teoría, esta chica? Me refiero, aparte del diagnóstico de esquizofrenia.»
Dices con acento catalán, «Es ciega, Fina.»
Fina asiente.
Fina mira a Guillem a los ojos de nuevo.
Fina dice con acento madrileño, «Eso es todo lo que usted necesita que haga, doctor?»
Guillem advierte la intención en las palabras de la enfermera y la mira antes de hablar.
Dices con acento catalán, «Por una parte sí, pero…»
Fina dice con acento madrileño, «Hable con confianza doctor. Diga lo que necesita que haga.»
Dices con acento catalán, «Necesito que me ayudes a comprobar si esa chica en realidad padece de esquizofrenia.»
Guillem hace una pausa evaluando la reacción de la mujer.
Dices con acento catalán, «Y necesito que vigiles el estado de otra chica que ingresará allí. Es una joven ciega, diabética que por ahora está ingresada en el hospital general.»
Fina dice con acento madrileño, «Muy bien, doctor, se ha definido ya el horario en que deberé asistir?»
Dices con acento catalán, «No, me gustaría discutirlo contigo. el tutor ha solicitado la asistencia por 3 días a la semana. si te parece excesivo, podemos intentar negociar.»
Fina se queda pensativa un instante.
Fina dice con acento madrileño, «La verdad, depende de qué tan lejos esté el piso tutelado, doctor.»
Guillem observa a fina y se reclina en la silla.
Dices con acento catalán, «Está en la planta 18 de la torre de Madrid, fina. Te queda muy lejos?»
Fina niega con la cabeza y sonríe.
Fina dice con acento madrileño, «que va, si yo vivo en la torre, doctor. Cuente con esos tres días y los que hagan falta.»
Dices con acento catalán, «Estupendo, fina.»
Guillem hurga en un cajón.
Guillem le entrega a Fina unas credenciales.
Fina las coge y las lee.
Dices con acento catalán, «Estas credenciales has de mostrarlas ante el tutor. Es un mero formalismo, pero preferimos irnos por lo seguro dado quién es.»
Fina levanta la mirada.
Fina dice con acento madrileño, «¿Quien es el tutor, si no es indiscreción por mi parte preguntar?»
Guillem mira a la mujer con rostro serio.
Dices con acento catalán, «El doctor Ferrer, Fina.»
Fina alza las cejas.
Fina dice con acento madrileño, «el doctor Humberto? Humberto Ferrer?»
Guillem asiente.
Fina desvía la mirada un instante, como si hubiese recordado algo.
Guillem se fija en el gesto de Fina.
Dices con acento catalán, «Hay algún problema, Fina?»
Fina se guarda las credenciales y niega con la cabeza.
Fina dice con acento madrileño, «solo recordé su paso por la residencia de Psiquiatría. Era un joven brillante, pero con una actitud muy singular.»
Guillem mira a Fina con renovado interés.
Dices con acento catalán, «A qué te refieres, fina?»
Fina suspira profundo.
Fina dice con acento madrileño, «Verá usted, doctor. llevo muchos años en el servicio, aquí entré casi recién graduada de la escuela de enfermería. He visto muchos, muchos médicos y sicólogos pasar por aquí y el rasgo que todos vosotros teneis en común, es una facilidad intuitiva para empatizar con vuestros pacientes. Yo eso nunca lo vi en el doctor Ferrer. dirá usted que es una apreciación sin fundamento o sustento lógico, pero ese joven siempre me llamó la atención por ello. Tan frío, tan meticuloso. Tanto que daba algo de repelús, si le tengo que ser honesta.»
Guillem mira a fina, comprensivo.
Dices con acento catalán, «en absoluto desestimo tu apreciación e interpretación. todos tenemos un punto de vista, una precepción de lo que nos rodea, de las personas con las que interactuamos. te agradezco que la compartieses conmigo, Fina.»
Fina dice con acento madrileño, «No es nada, doctor. Dígame cuando empiezo?»
Dices con acento catalán, el lunes próximo, Fina.»
Fina dice con acento madrileño, «Muy bien. si no necesita nada más, sigo con mi guardia.»
Guillem asiente y se levanta con rapidez para abrirle la puerta a la mujer.
Fina se levanta de la silla y sonríe.
Fina dice con acento madrileño, «No se hubiese molestado, doctor.»
Guillem la mira y niega con la cabeza.
Dices con acento catalán, «Para nada es molestia, Fina.»
Fina dice con acento madrileño, «Lo veo luego, doctor. No se olvide de comer, ¿eh?»
Guillem sonríe y niega.
Fina sale del consultorio.
Guillem respira profundo y cierra la puerta.

El mismo día, por la tarde…

Punto de vista: Kiara.

La planta número 8
Ves Un pisito confortable, Un piso acogedor, Un confortable piso de estilo nórdico, y Casa de Gorca aquí.
Kiara llama al timbre de la puerta.

La puerta de Un pisito confortable se abre desde dentro.
Mijail sale y mira a la pareja que acaba de llegar.
Mijail dice con acento ruso, «Pepi en el dentro, mejor si pasar.»
Anukis sale de la casa y ronronea rodeando a Mijail, luego apoya el culo y se queda mirando a la pareja de recién llegados.
Mijail se inclina y coge a Anukis.
Mijail dice con acento ruso, «Nyet, Anukis, tú en el dentro con la tishka, ya luego yo dar ti buena comida de gato.»
Anukis maulla y se retuerce.
Mijail lo deja en el suelo y el gato entra con paso aireado a la casa.
Mijail dice con acento ruso, «momento antes de ir en el dentro con Pepi.»
Ismael le toma de la mano a Kiara y asiente.
Mijail mira a la pareja con muchísima seriedad.
Mijail dice con acento ruso, «Pepi pasando mal con palabras que decir a ella otro día. Pepi buena mujer, buena persona, amable. Yo pide cudiado con palabros que decir ahora, sí?»
Ismael mira a Kiara.
Kiara baja la mirada, avergonzada.
Ismael dice: «Hemos venido a ofrecerle una disculpa, si ella está dispuesta a recibirnos.»
Kiara alza la mirada.
Mijail mira a la joven sin parpadear.
Dices: «Le prometo que solo nos vamos a disculpar y si doña Pepi quiere, nos vamos enseguida.»
Mijail asiente y entra.
Ismael entra y Kiara le sigue.
entras a la casa.
Un pisito confortable
Ves Sofá tapizado de dos plazas con Chaise Longue., Una chimenea decorativa de piedra, Una mesa rectangular de madera de roble, una silla vintage de piel envegecida, Un jarrón de cristal irisado, Un cuadro con un paisaje boscoso, y Una lámpara de sal en forma de iceberg aquí.
Te encuentras con Mijail y Pepi.
Pepi está acariciando a anukis y alza la mirada.
Pepi se queda paralizada un instante, los ojos se le empañan un poco pero deja al gato y se levanta.
Pepi dice con acento gallego, «Dígame doctorciño, qué puede hacer la Pepi por usted, me disculpa si no tengo mucho que ofreceros, no sabía que ibais a venir, pero enseguidiña os preparo una meriendiña sabrosiña.»
Pepi va a dirigirse hacia su pequeña cocina, pero Ismael y Mijail le detienen.
Mijail dice con acento ruso, «tú aguarda que tiener que decirte algo, ¿sí?»
Pepi se pone muy nerviosa y comienza a retorcerse el delantal de flores mirando a Mijail y al doctor.
Pepi va a decir algo, pero Mijail le coge del codo con suavidad y le lleva a sentarse de nuevo.
Mijail se agacha con algo de dificultad frente a pepi.
Mijail dice con acento ruso, «tú oirte lo que venir a decir ti, ¿sí? Yo encarga de cocina.»
Pepi se muerde el labio inferior mirando a Mijail.
Pepi asiente con suavidad.
Ismael dice: «Si le parece bien, doña Pepi, nos vamos a sentar un momento. Le prometo que no le vamos a quitar mucho.»
Kiara es incapaz de mirar a doña Pepi de lo avergonzada que está.
Pepi levanta la mirada y ve a Ismael, luego mira a Kiara un instante y los ojos se le empañan más.
Mijail se yergue y se dirige a la cocina.
Anukis salta al regazo de Pepi y ronronea con fuerza.
Pepi murmura con acento gallego, «No, no, Anukis, no hay que ser maleducado con la visitiña, no seas malcriadiño.»
Anukis maulla y se hace un ovillo, mientras pepi le acaricia buscando tranquilizarle y calmarse ella también.
Pepi mira a ambos.
Pepi dice con acento gallego, «Dígame la verdad, doctorciño, le ha pasado algo a la chavaliña? que sepa usted que yo no quería hacerle mal, se lo juro por mi santa madreciña que la tenga mi dios bendito en su gloria santa.»
Ismael mira a la mujer negando con la cabeza.
Ismael dice: «quede tranquila, doña Pepi. Estoy seguro de que lo menos que usted pretendía era hacerle mal a nadie. Es verdad que Aymara, nuestra amiga está ahora en el hospital pero saldrá de ahí cuando se recupere.»
A Pepi se le ilumina la mirada un instante.
Pepi dice con acento gallego, «entonces cuando se ponga buena va a volver con vosotros y con la chavaliña de por la tierra de Mijail? Menos mal, es que yo se lo decía al doctorciño, si ella está bien cuidadiña con vosotros, para qué la van a llevar al otro piso con los demás?»
Kiara alza la mirada, sus ojos se ven apagados.
Pepi se fija en la chica y se levanta con cuidado.
Anukis salta de su regazo y maulla aireadamente, luego se va hacia la cocina tras Mijail.
Pepi se acerca a Kiara.
Pepi duda un instante, pero luego se sienta a su lado y le toma de la mano con dulzura.
Pepi dice con acento gallego, «No te pongas así de triste, seguro ahí en el hospital se pone buena muy rapidiño, que yo sé que hay muchos doctorciños buenos buenos. Ese de aquí al lado, ese que es tan guapísimo. Y otros que yo he visto ahí, no llores, rapariga, si ya pronto va a salir y vuelve con vosotros.»
Kiara derrama algunas lágrimas más de impotencia y de rabia que de tristeza.
Dices: «Ella no va a volver con nosotros, doña Pepi.»
Pepi la mira sin comprender.
Pepi dice con acento gallego, «pero como no, si dice aquí el doctorciño que cuando se ponga buena va a salir del hospital… Cómo no va a volver con vosotros? Ella no puede andar así soliña por ahí, que eso es un pecadiño.»
Ismael suelta la mano de Kiara y toma la mano libre de Pepi.
Ismael dice: «Pasa, doña Pepi, que a Aymara la ingresaron en el piso tutelado, en la IDO, no le dejarán quedarse con nosotros.»
Pepi mira a Kiara, esta asiente bajando la mirada.
Pepi dice con acento gallego, «pero eso no es para los que están soliños en la vida? que digo yo que si la chavaliña tiene familia, porque vosotros sois como su familia, no? Ella para qué tiene que estar ahí? No entiendo, no. si yo le expliqué al doctorciño que ella está bien donde está.»
Ismael dice: «bueno, es que es lo que manda la ley, doña pepi. Y pues…»
Pepi se levanta un momento retorciendo el delantal con manos temblorosas.
Pepi mira a Kiara.
Pepi dice con acento gallego, «Por eso estabas tan enfadadiña, verdad? Porque por mi culpa se han llevado a la chavaliña ahí al piso del doctorciño, verdad?»
Kiara alza la mirada, tiene las mejillas sonrosadas por la vergüenza.
Pepi dice con acento gallego, «Mijail ya me explicó que no es bueno que tengan a los chavaliños ahí dentro encerradiños, que eso les hace mal…»
Ismael asiente con la cabeza, tomándole de nuevo una mano a Kiara.
Pepi se acerca y se arrodilla en el suelo.
Pepi dice con acento gallego, «perdona a la Pepi, yo a veces soy muy tonta de la cabeza esta mía que mi Dios bendito me dio y muy brutiña, pero yo te juro por mi madreciña santa que mi dios bendito tenga en su santa gloria que yo voy a cuidar de la chavaliña, yo voy a estar pendiente de los chavaliños de ahí dentro porque no los podemos dejar que se pongan malos, sabes? ellos son unos angeliños que no tienen culpa de nada de esta vida.»
Kiara mira a Pepi y rompe a llorar.
Ismael suelta la mano de Kiara y va a pasarle un brazo sobre los hombros pero se frena ante el gesto de doña pepi.
Pepi la abraza y le da golpecitos en la espalda con delicadeza.
Pepi dice con acento gallego, «Llora, que eso hace bien para el corazonciño, rapariga.»
Kiara se separa y se limpia la cara con las manos.
Dices: ay doña Pepi, si es usted quien me tiene que perdonar a mí, que la he tratado como no se merecía, si es que soy una cabezahuecaapendejadaremalparia.»
Pepi se queda mirando a Kiara, perpleja.
Pepi se levanta con ayuda de Ismael y se sienta junto a Kiara de nuevo.
Pepi dice con acento gallego, «Hijiña, yo es que cuando tu te aceleras así como motocicleta no te entiendo nadiña, corazonciño.»
ismael reprime una risita.
Kiara suspira profundo.
Dices: «Perdóneme doña pepi, por haberla tratado tan mal el otro día. si usted es más buena que el pan de hallaquitas.»
Pepi sigue desconcertada.
Pepi dice con acento gallego, «hijiña, yo no sé qué pan es ese, pero si tú quieres lo podemos ir a buscar, capaz hay alguna tiendeciña por ahí de esas que abrís los de por ahí que traen de ese pan que tú dices. si eso te va a poner contentiña, la pepi te lo busca.»
Mijail se acerca con una bandeja con galletas, sandwiches y té helado.
Mijail deja la bandeja en la mesita ratona y se sienta en el sillón de enfrente.
Kiara abraza a doña pepi con fuerza.
Pepi se sorprende pero le devuelve el abrazo.
Anukis salta al regazo de Mijail y se comienza a frotar contra sus manos.
Pepi se separa de Kiara y le seca los lagrimones con los dedos, con mucho cuidado.
Mijail sonríe mirando la escena, acariciando a Anukis.
Anukis maulla con fuerza.
Mijail baja la mirada y mira al gato.
Mijail murmura con acento ruso, «tú comporta como gato bueno o no darte comida que gustar ti, Aniukis.»
Anukis alza la cabeza y tensa las orejas.
Mijail murmura con acento ruso, «tú gato que sabe qué convenir, ¿sí?»
El gato se hace un ovillo en el regazo de Mijail, mientras ronronea.
Ismael se empieza a relajar viendo que doña Pepi no está molesta.
Pepi dice con acento gallego, «Ahora nosotros vamos a hacer la meriendiña que este Mijail cocina cosas muy sabrosiñas y luego, vosotros le vais a decir a la Pepi, lo que la pepi tiene que hacer para ayudar a la chavaliña.»
Kiara mira a Ismael y luego a Pepi.
Ismael dice: «Nosotros no queremos abusar, doña Pepi, Sabemos que lo ha pasado mal y de verdad, se lo agradecemos pero…»
Pepi hace señas con las manos y corta a Ismael.
Pepi dice con acento gallego, «No, no, doctorciño, cuando la Pepi mete la pata, la Pepi siempre lo acomoda, sabe?»
Pepi le acerca a ambos de todo lo que hay en la mesita.
Pepi dice con acento gallego, «Hala, vamos a comer, luego con la tripiña llena se piensa mejor todo. entonces vosotros nos decís como ayudar, porque el Mijail también va ayudar, Verdad, Mijail?»
Mijail asiente con la cabeza.
Ismael y Kiara se miran en silencio.
Mijail dice con acento ruso, «yo ayuda, sí. Nosotros luego organiza de las ideas para que ser que hacerse de verdad.»
Pepi mira a Mijail, sonriente.
Pepi se gira y mira a Kiara y a Ismael.
Pepi dice con acento gallego, «Si es que el Mijail es un soleciño, a que sí? vosotros no os preocupeis de nadiña, que ya vereis como la Pepi se ocupa bien de los chavaliños. Yo voy a estar pendiente que no les pase nadiña ahí, porque así tiene que ser, verdad? y si el doctorciño se pone muy gruñonciño pues ya veremos, yo os cuento y seguro sabreis mejor qué hacer.»
Kiara deja el vaso en la mesa y abraza de nuevo a doña Pepi, murmurando bendiciones en wuayuu.
Pepi se sonroja, muy emocionada.
Pepi dice con acento gallego, «Si es que vosotros los de por ahí sois tan cariñosiños, sí, es que sois tan cariñosiños.»
Mijail mira al doctor.
Mijail dice con acento ruso, «Nosotros puede hacer cosas, pero necesitar toda información para que no equivocar y luego ser peor.»
Ismael asiente y comienza a explicar la situación con todo detalle.
Veinte minutos después…
Mijail cierra la puerta del piso con cuidado.
Anukis anda dando vueltas alrededor de Pepi, que lleva la bandeja hacia la cocina.
Mijail se acerca y empieza a ayudar a la mujer.
Pepi lo mira, agradecida.
Anukis se queda de un lado, mirando de vez en cuando mientras se acicala.
Pepi se gira.
Mijail la observa.
Pepi dice con acento gallego, «tú sí crees que vamos a poder ayudar de verdad?»
Mijail se le acerca y le toma de las manos.
Mijail dice con acento ruso, «tú confía en Mijail?»
Pepi asiente con la cabeza.
Mijail dice con acento ruso, «Nosotros puede y nosotros va a yudar… ahora nosotros con más saber, así nosotros equivoca mucho menos. No te preocupar, pequeña tishka, no te preocupar.»
Pepi se sonroja cuando Mijail le besa los nudillos de una mano.
Mijail dice con acento ruso, «Ahora tú descansar, mañana yo venir para que planear todo, sí?»
Pepi asiente y le acompaña hasta la puerta.
Pepi abre la puerta.
Mijail da dos besos en las mejillas a Pepi y sale del piso.
Mijail sale de la casa.
Pepi cierra la puerta.
Anukis se acerca y se frota contra los tobillos de pepi.
Pepi coge en brazos al gato.
Pepi dice con acento gallego, «quién iba a decir que la Pepi sí que iba a poder ser tan útil, ah, Anukis mío? si es que hay que ser buena gente en esta vida, Anukis, hay que ser buena gente en esta vida.»
Anukis levanta la cabeza y maulla, Pepi le sonríe.