Relato fin de conflicto.

Punto de vista: Fidel

Jueves por la noche, 00:25 del viernes

Las órdenes fueron claras. Tras varias interminables sesiones de deliveración con representantes internacionales, IPS a nivel regional debía tomar una decisión. El conflicto en la capital española estaba durando demasiado y esto ya no interesaba a nadie, además de perjudicar gravemente el bienestar social en todos los aspectos. La decisión fue clara: «Vamos a sacar a la fuerza a esos reveldes, y vamos a hacerlo inmediatamente, debido a que se han agotado todas las vías diplomáticas.»
El ataque a la aldea había comenzado. La operación Dead Phoenix contó con la participación de la policía, el ejército y las fuerzas aéreas. Necesitábamos apoyo internacional, pues ambas organizaciones se habían incrustado de tal forma en el grueso de las comunidades ocupadas que la tarea no sería fácil, y el sacrificio de efectivos era inminente.
No fue difícil localizar la aldea, teniendo en cuenta que las fuertes medidas de seguridad implementadas por las organizaciones en diferentes territorios hacía relativamente fácil determinar los objetivos y su posición. Gracias a la llamada que mantubimos con un informante anónimo proporcionó información suficiente al departamento de inteligencia para llevar estas maniobras con éxito.

Punto de vista: Diana

La intranet estaba literalmente ardiendo y era imposible dar cuenta de toda la información que se estaba publicando. Ataques intensificados en Madrid y Soria, Bajas de agentes, cibiles y militares, y los reclamos desesperados de los responsables tácticos por diferentes frecuencias emitiendo una frase casi constante: «Mantened la posición.»
Hasta que finalmente llegó la noticia que todos temíamos. Las fuerzas enemigas habían conseguido penetrar el espacio aéreo, abriendo una brecha en la seguridad y las defensas imperantes, dirigiendo sus recursos a las diferentes estructuras de S.Y y Firme Unidad. El sonido de los vehículos y el armamento era ensordecedor, Yo, mi prima y Magdalena permanecíamos abrazadas en una de las viviendas, tratando de darnos la calma que la situación permitía.
Disparos y gritos, cada vez más cerca, acompañados de pasos acelerados. Era el momento, no íbamos a morir de rodillas.
-Diana: Escuchadme, ¿Vale? Tenemos que salir de aquí, como sea.
Mi prima no paraba de llorar, Magdalena se veía visiblemente nerviosa y yo sentía que el tiempo se me agotaba. Haciendo acopio de mis emociones y tratando de ocultar el temor y los nervios como mejor sabía, conseguir darles el estímulo para salir fuera y encontrarnos la realidad.
Efectivos de IPS disparaban sin miramiento a todo tipo de personas, sin discriminación alguna. Las familias trataban de evadir los ataques como podían y la seguridad de la aldea hacía su mejor intento para contener la ofensiba, consiguiendo acavar con bastantes efectivos. Pero aquello era una pesadilla, no paraban de ingresar hombres y mujeres uniformados a la aldea, mientras algún que otro refugiado conseguía escapar por la zona de aparcamientos, dirigiéndose rápidamente a sus vehículos.
No podía pensar en nadie más, tenía a dos personas a las que necesitaba sacar de aquí, necesitaba salir de aquí con ellas. En una oportunidad de gran conmoción conseguimos alcanzar mi Smart Car, para abandonar la zona rápidamente y salir de allí, llevándonos por delante a algún que otro hijo de puta. Los gritos de dolores eran desgarradores y Magdalena trataba de contener el yanto, mientras yo me centraba en salir viva de todo aquel Pandemonium.

Punto de vista: Melany

Aseguré y enfundé la Glock, observando por última vez la escena repleta de cadáveres de soldados y cibiles, tanto niños como adultos, muchos de ellos en pijama o ropa interior. Las lágrimas recorrían mi rostro mientras me aseguraba de que la zona estaba despejada, tras lo cual, me precipité corriendo hacia la zona montañosa. Estaba cansada, muerta de miedo, y por poco me torcí un pie. Pero correr hacia adelante era la única opción, casi siempre, era la única opción.
Me encontré con tres mujeres ensangrentadas, tenían heridas leves, pero no lo suficientemente graves como para detener su avance. Estaban igual de asustadas que yo, aunque el hecho de reconocerme les permitió tranquilizarse un poco y de esa forma poder atenderlas para tratar de salir juntas de allí. El alvoroto poco a poco fue cesando hasta que la noche se sumergió en un silencio nunca escuchado en aquel lugar.
-Melany: ¿Alguna de vosotras disponía de vehículo?
-Pili: Yo… Bueno, mi Saet estaba aparcado en la aldea, con el resto de coches.
-Melany: Tenemos que atrevernos a volver, vamos.
Volví a desenfundar mi Glock y hechamos a caminar hacia la aldea, estando lo más alerta posible a mis alrededores.
La finca había sido bombardeada, al parecer con armamento guiado por satélite. Pero había algo que me preocupaba más que todo aquello. No había señales de vida de Saioa, y el no saber nada, ni recibir mensajes o poder contactarme con ella, me estaba matando por dentro.

Conversación extraída de una de las frecuencias del operativo Dead Phoenix

[Fidel] ¿Habéis encontrado algún área de entrenamiento?
[Fernando] No sabría decirte exactamente. Creemos que no.
[Fidel] ¿Descripción del entorno?
[Fernando] Todo muy parecido a una aldea tercermundista. Los refugiados se reunían en edificios de viviendas, con sus dormitorios, áreas de cocina y zonas para guardar provisiones.
[Fidel] Extraed todo lo que sea servible, inclusive la ropa y la comida, no dejad un solo recurso en esa zona.
[Fernando] De hecho hemos encontrado documentos que pueden que sean de utilidad. Hay equipos electrónicos que todavía son operativos.
[Fidel] Extraigan también los generadores de energía.
[Fernando] Recibido.

Dos días después.

Punto de vista: Melany

me encuentro en Fresnedillas, aún asimilando todo lo que ha sucedido en estos dos días. Las fuerzas de nuestra organización han sido forzadas a replegarse, siendo obligadas a abandonar parte de los territorios que tenía bajo su mando. Madrid vuelve a ser asumida por IPS y fuimos barridos de Soria con la misma rapidez. Hada y Sierra están bien, sin noticias de Fire y Burbuja, Sin noticias de Aletheia, Lilu, Aras y Arais. Pero todavía es pronto para sacar conclusiones.
Lo que no puedo evitar es pensar en tí. Llevo dos días rogando por que aparezcas, un mensaje, una llamada, un… Estoy viva, txiki. Será mejor que aparezcas pronto, porque si no, te juro que voy a usar todos los recursos de los que dispongo en mi mano para encontrarte, viva o muerta.