Nueva Escena de Rol: La Luna en la Tierra 4 – De góticos raros y hemos normales

Punto de vista: Luna

Bien, lector, por donde empiezo. creo que sería bueno comenzar por cuando me desperté con Kudai en mi altavoz inteligente.

Después de morir y resucitar en tus brazos…

prefiero morir de amor,

prefiero morir de amor.

Me despierto cantando morir de amor de Kudai y sonrío, tengo el cabello desordenado y necesito una ducha urgente porque bueno, soy humana y estamos en verano.

Me levanto de la cama de un salto, odio quedarme haciendo pereza en las mañanas y corro al baño, son las siete de la mañana y tengo la entrevista a las nueve.

Me meto a toda velocidad en la ducha y me tiro el agua fría de golpe mientras le hablo a mi altavoz inteligente para que suba la música al diez.

Cantas: ¡Ya nada queda de nuestro amooor!

Me aplico sahmpoo de fresas y salgo de la ducha, me pongo la toalla y me dirijo a mi habitación, el aroma a café inunda mi hogar, seguro que mis padres han de estar desayunando.

Entro como un torbellino con el flequillo hacia atrás goteando agua y el espejo me devuelve mi reflejo, tengo los rasgos afilados y de líneas delicadas. Me consideraría guapa si no fuese por la piel demasiado… alvina.

Abro el armario y leo mis camisetas, me apoyo en la puerta y me planteo como vestir.

Saco el móvil y busco en globalnet ideas para vestirse para una entrevista de trabajo, al final nada me gusta y opto por ir como siempre visto.

Saco unas medias rasgadas negras y me las pongo, lo convino con una falda plisada a cuadros blancos y negros y con unos votines de tacón y me pongo una camiseta de tirantes que pone: ven llévame del dolor que está oscuro.

Y me pongo un chaleco negro por encima.

Mi hermana me ha devuelto la media luna que le presté el día anterior, así que me la pongo y busco una gargantilla negra entre mi bisutería, me pongo mis pulseras y vuelvo al baño.

Abro mi neceser y me empiezo a maquillar los ojos en tonalidades de negro y azul, son los colores que me definen, al menos a mí.

Me delineo los ojos en azul y me aplico rímel, mi madre entra al baño y me observa desde el espejo, tiene mis mismos ojos o más bien yo tengo sus ojos, me mira con mala cara y bufo mientras me aplico un brillo en los labios, lo que consigue que el brillo se me riegue por un lado del labio y parezca un payaso.

Dices: ¿Qué pasa, mamá?

Helena dice: Escúchame bien, Luna Allen, vas a una entrevista de trabajo, me cuesta creer que a tus 16 años no comprendas lo importante que es dar una buena imagen.

Vuelvo a bufar, después de la entrevista voy camino al colegio de mi hermana a ver que quieren los hijos de puta de los profesores.

Dices: vamos a ver, mamá, el estilo scene es tan válido como cualquier otro y simplemente… mejor sal del baño.

Mi madre sale del baño con mala cara y se encamina a la puerta.

Helena murmura: El negro no da una buena impresión en una entrevista de trabajo.

¿Y qué sabes tú de moda?

Me trago mi respuesta mordaz y cierro la puerta del baño, me limpio los labios y los vuelvo a pintar.

Lo guardo todo y salgo del baño con un intento de sonrisa.

La puerta blanca del dormitorio de mi hermana se abre y la veo salir con su pijama amarilla muy contenta.

Sol dice: ¡Luna!

Dices: ¡Sol!

Voy hasta ella y la abrazo

Dices: Prepárate, ¿vale? que cuando salga de la entrevista vendré a por ti.

Sol dice: Pero yo quiero ir contigo

Mi hermana hace pucheros como una niña pequeña y me enternece.

Caigo en cuenta de que no me he peinado y de que me está viendo la cara sin mi flequillo completo.

Salgo corriendo al baño

Sol corre detrás, la trenza larguísima que lleva en la espalda le da botes.

Llegamos ambas al baño, tomo el cepillo rosa de mi hermana y me empiezo a peinar hasta conseguir un flequillo perfecto.

Me aplico laca para mantenerlo en su sitio y salgo del baño de nuevo…

Dices: Bueno, sol, corre a la ducha, te veo al regresar

Beso la mejilla de mi hermana y salgo de casa.

Puedo escuchar a mi hermana discutir con el altavoz inteligente, yo saco el móvil y pongo música. llamo al ascensor y entro.

Hago una fotografía a mi perfecto aspecto entre oscuro y claro y subo la foto a instalife.

Leo los comentarios de mi blog y sonrío, una tal Faina Karenina me ha empezado a seguir por redes sociales.

Me meto a stalkearla (como buen adolescente del siglo XXI)

Me sorprendo al reconocer a la orejielfa, y a sus noventa mil seguidores en redes.

Es influencer de moda y no solo eso, es grafitera, bueno lo de grafitera no me sorprende, ya que quiero decir, la conocí pintando un grafiti.

En su biografía pone:

Flying, he just wanted to fly and escape the poisonous butterflies.‍♀️

Veo barias fotos, la orejielfa está bastante bien, veo fotografías con Aria blaid y con una mujer de mirada bastante seria, la cual es gótica, y gótica de las extremistas, o eso parece. Espera… Yo he visto a esa mujer. Claro, la vi ayer, saliendo de la tienda.

A saber, de qué la conoce.

Salgo del ascensor sin dejar de pensar en la rubia y sonrío, suelo pasar de todo el puto multiverso, pero a un polvo con una rusalca yo no me negaría.

A ver, lector, tengo 16 años, eso más hormonas por las nubes, ¿te suena?

eso y que la rusa me miró con cara de atontada cuando le dije lo que era una Rusalca, me tengo para mí, que si no le gusto al menos le atraigo.

Voy tan distraída que no me percato del coche que se me acerca a toda pastilla hasta que alguien grita: Cac! cailín, éirigh as sin!

Me doy la vuelta, mayormente porque no reconozco el idioma, y me encuentro con una sorpresa que me deja ojiplática.

La persona que me gritó es nada más y nada menos que Aria Blaid.

Vosotros no lo entenderíais, es mi segunda pintora preferida, después de Atenea.

Aria frena y abre el coche, sale del mismo y se me acerca corriendo. Entonces escucho su característica voz dulce preguntarme si estoy bien. No, señorita blair, estoy en shoc, pero usted a lo suyo

Es bastante guapa, tiene una cicatriz en el pómulo izquierdo que la verdad, la hace más guapa, y transmite calidez y dulzura.

Su belleza tal vez se vea rota porque tiene las uñas mordidas, muestra de que es muy nerviosa, y manchadas con algunos restos de pintura.

De hecho, ahora que me fijo, toda su ropa blanca tiene algunas marcas de pintura.

Dices: ¿venías del estudio?

Aria parece ponerse incómoda, deduzco que no le gusta que la escruten y menos que la analicen así.

Asiente al final y me regala una tenue sonrisa, su característica sonrisa, la de las redes, la sonrisa al público. Me pregunto cómo será ella como persona y no como famosa y sonrío.

Aria Blaid dice con acento irlandés: ¿Estás bien, Chaillean?

¿chaillean? Me gusta como suena la palabra.

Asiento y ella sonríe de nuevo, dudo mucho en ese momento de que sea una sonrisa comercial, Aria parece demasiado transparente para poder fingir algo.

Le tiendo la mano:

Dices: Soy Luna, Luna Allen

Aria Blaid dice con acento irlandés: Aria, Aria Blaid

Me estrecha la mano, y se presenta, se presenta como si yo no supiera quién es.

Aria Blaid dice con acento irlandés: Hagamos algo, chaillean, te acerco a donde tengas que ir por el casi accidente, pero prométeme que tendrás más cuidado a la próxima

Obviamente digo que sí, y le pido una fotografía y un autógrafo. Y se lo envío al grupo de las mitológicas.

Mitológicas

tú: *Foto*

Ligeia: ¿Ostras, esa es Aria Blaid?

Morgana: Hay que joderse, Lunática, que no se te puede dejar sola ni un puto momento

Tú: Me ha firmado la libreta, joder, ¡me ha firmado la libreta!

Morgana: Pregúntale si tiene espacio para un polvo exprés :V

Ligeia: ¡Tú ya estás casada, oye!

Morgana: Casada, pero no esterilizada, precious <3

Tú: Bueno, rosa y espina, es hora de que os organicéis.

Morgana: Vale, vale, prometo no, serte fiel por el resto del tiempo que nos quede juntas como pareja.

Ligeia: Pero buah, es que definitivamente me caes mal, ya estás rompiendo nuestra relación.

Tú: Yo que tú no saldría con ella eh.

Morgana: No metas cizaña en nuestra relación de cuento de hadas.

Tú: aprende a escribir ‍♀️

Dejo de mirar el chat y observo a aria, tiene el cabello bien cuidado y la mirada seria, parece estar planeando algo.

Dices: Bueno, señorita Blair, ¿y donde está Atenea?

Aria me mira de reojo y sonríe, parece que mencionarle a Atenea la hace feliz.

Aria Blaid dice con acento irlandés: Ha de estar en el estudio

Asiento mientras sigo chateando con las mitológicas.

Ligeia me habla de una cantante irlandesa que se llama Nilia, miro a Aria, a lo mejor ella la conoce. decido no preguntar, sería tonto pensar que por irlandesa ha de conocer a todos los cantantes de allí.

Es como preguntarme si al ser alvina conozco a todos los alvinos del mundo, o a todos los emos. Va, idioteces de la gente.

Llegamos a la calle preciados y Aria me abre la puerta. Qué caballerosa

Salgo del coche y le doy las gracias por traerme.

Ella me despide con una sonrisa y vuelve al coche.

Es en el momento en el que la veo irse que me acuerdo de la inauguración del bar que ha salido en el periódico, seguramente ella también irá.

Entro a la tienda sin más y veo a la Orejielfa hablando con una chica pelirroja a la que me entretengo mirándole el… bueno, el caso, Luna Céntrate.

Dices: Hola, Vengo por la entrevista de trabajo.

Digo mirando directamente a la Orejiélfa.

Ella fija sus grises ojos en mí y tengo que tragar saliva, de verdad, es una jodida rusalca.

Faina dice con acento ruso: Sígueme, por favor, espérame un segundo, Lu

¿Lu, cómo que LU? Hay que joderse, la pelirroja que está buena también se llamará Luna? o lucía, o luhana, o Lulú…

Lulú dice: Ve tranquila, Chaillean.

Otra vez con Chaillean?

Me paro en seco, miro a la pelirroja, tiene unos preciosos ojos avellana que la verdad envidio, además sus rizos son preciosos y está buenísima, no nos vamos a engañar.

Dices: Hola, oye, ¿qué significa la palabra Chaillean?

Lulú dice: Es señorita en irlandés, es que mis padres son irlandeses

La chica me sonríe y la quiero besar, una lástima que tenga más pinta de heterosexual que yo de emo.

Asiento y le agradezco con un gesto, luego me giro hacia la Rusalca y la observo con atención, tiene piernas largas que se ven destacadas por un short ceniza que lleva hoy y por una camiseta blanca que pone: Flípate y flota.

Me echo a reír por lo bajo al leer la camiseta blanca, ella me mira con desconcierto.

Se da la vuelta y camina, yo la sigo entre risitas mientras aprovecho para mirarla. Tiene el cabello rubio hasta la cintura; y hoy si lo lleva peinado, de hecho, lo lleva recogido en una cola de caballo.

La veo entrar a un despacho y apuro el paso, entro y se me cae el alma a los pies.

Bien, lector, recapitulemos.

¿recuerdas que dije que no me gustaban los góticos extremistas?

¿Sí?

Bueno, recuerdas que te he hablado de Enma belova, la dueña de la tienda afrodita?

Vale, si tu respuesta es sí, entonces ahora es cuando te digo que si recuerdas a la persona que vi salir ayer de la tienda y a la que dije que era una extremista; sí, la misma persona de las fotos de la Rusalca.

Bueno, resulta que la tengo delante…

Es Enma belova.

Enma dice con acento ruso: Gracias, rusalca

Faina dice con acento ruso: No es nada, Tita Enm

Me va a explotar la cabeza, me siento sin que me den permiso y examino los ojos azul verdoso de Enma mientras Faina sale del lugar.

Enma me mira y su expresión se endurece, me sorprendo al ver que no lleva maquillaje y que va enfundada en un vestido de cuello alto y negro.

Tiene las manos cubiertas por un par de guantes de encaje negros y una capa de terciopelo negro le cubre la espalda.

Lleva el cabello suelto en una cascada caramelo y bueno vale, os dejo de hablar de lo bien que viste Enma y me centro en lo que hablamos.

Enma dice con acento ruso: Ah, yo te vi ayer en la mañana

Su voz es ronca, profunda y seca.

Dices: Ah, ¿sí? Yo solo había visto a su sobrina, señorita belova

Regla número uno cuando trates con un futuro jefe, es mejor tratarlos como si fuesen más jóvenes a tratarlos como si fuesen más viejos, si te tienen que corregir lo harán igualmente, pero lo harán de mejor forma si los llamas señorita o señorito, aunque señorito ya casi no se usa, que si les dices señora o señor.

Regla número 2: no seas un emo peleón, muéstrate seguro de ti mismo y si tienes que quitarte el flequillo para mirar a los ojos e infundir más temor, hazlo.

Enma dice con acento ruso: Bien, Luna Allen, ¿tienes experiencia laboral?

Pero esta tipa es tonta o ni se ha pasado por mi currículo? Me trago mi mal humor y la miro con calma no sé si bien o mal disimulada.

Dices: Sí, señorita Belova, he trabajado antes, no en tiendas de ropa, pero he vendido hamburguesas y también he trabajado en un centro comercial vendiendo pizzas

Enma asiente mientras observa mi currículo, odio mi currículo, para hacerlo me tuve que quitar el flequillo así que Enma está viendo mi piel alvina completamente descubierta.

Enma dice con acento ruso: Señorita Allen, ¿por qué no se quita el flequillo de la cara para hablar conmigo?

Bufo por lo bajo y me alejo el dichoso flequillo del ojo, entonces Enma me empieza a comparar con la foto del currículo y me dice lo que hace que me muerda la lengua hasta el infinito y más allá.

Enma dice con acento ruso: Es muy guapa, señorita Allen, un look gótico ligero le sentaría muy bien, aunque claro, lo suyo han de ser los colores crudos por el albinismo, permítame decirle con todo respeto que el negro no la favorece para nada

Luna, pasa del puto multiverso, pasa, del, puto, multiverso.

Le sonrío o hago como si sonriera, porque dudo que de esa mueca salga algo que sea una sonrisa real.

Enma dice con acento ruso: Bien, volviendo al trabajo, señorita Allen, ya que ha trabajado de vendedora, aquí tendría que actuar como asesora de imagen, y cobraría unos doce mil euros anuales.

¿Ha dicho doce mil euros anuales? Me muerdo la lengua, es bastante dinero, quiero decir, son mil euros asegurados mensualmente.

Enma dice con acento ruso: ¿Está dispuesta a trabajar bajo estas condiciones?

Asiento mientras ella me explica que trabajaría solo de lunes a jueves, ya que los viernes se encarga completamente ella de su tienda junto a su sobrina. Ajá, la sobrina que está mas buena que una jodida ninfa

Me inclino sobre el escritorio y el flequillo vuelve a su sitio, y Enma me mira con desaprobación

Me lo acomodo mientras recibo el primer de muchos cumplidos de la señorita belova.

Enma dice con acento ruso: Tiene unos ojos muy expresivos, señorita Allen, a nuestras clientas les gustan las miradas transparentes.

Sonrío internamente y me pongo en pie mientras ella me asegura que me llamará a más tardar en una semana.

Salgo del despacho pero ¡Oh, sorpresa! Al abrir la puerta me cae un cuerpo encima el cual se me hace familiar.

Seguro que tú también te lo esperas, porque esto es un clishé, siento que mi vida es un cliché constante, a todas estas.

Total, que es la orejiélfa.

Me mira con los ojos grises muy abiertos, bueno en realidad mira a su tía, yo es que aprovecho para mirarle los pechos. Soy una morbosa, lo sé.

La alejo de mi cuerpo

huele a canela.

Salgo del lugar a toda velocidad, y no pienses que es porque no me gusta tener a una rusa rubia encima, no, me voy porque no me gusta tener a su tía mirándome con mala cara desde el escritorio.

Al salir de la tienda estoy segura de que la he liado.

Saco el móvil y le escribo a mi hermana que se prepare, me acerco a la plaza de santa Ana y alquilo una bicicleta. paso por preciados y la chica rubia me detiene.

Faina dice con acento ruso: Ey, Luna yo…

¿Y esta de qué sabe mi nombre? Me detengo y la miro de arriba a abajo, para todo aquel que haya montado en bicicleta con falda ha de saber que es jodidísimo si no tienes práctica, bueno, yo no tengo práctica.

Entonces llego a la conclusión de que lo leyó en mi currículo y se gana una sonrisa, una de verdad, no como la de su tía.

Dices: Hola, rusalca cotilla.

La veo ponerse roja y se cubre la cara con las manos, luego vuelve a fijar su mirada en mí y se acerca a la bici, se acerca lo suficiente como para que yo sienta su perfume a canela.

Faina dice con acento ruso: Me debes un café por llamarme rusalca, solo me llama así mi familia

Coño con la rusalca, es muy lista Bueno, después de todo puede que este día no termine mal y vamos a invitarla al cole de Sol o no. Mejor no,

Dices: claro, rusalca, te veo de noche

Me alejo con la bici y la veo dirigirse a la tienda a pequeños saltitos. ¿Quién camina así a los 16 años ?

Llego a la torre y dejo la bici, subo por Sol, pero me la encuentro en el ascensor, lleva el flequillo cubriéndole un ojo y la larga melena marrón en la cintura.

Dices: Vamos, Sol, he alquilado un tándem para que lleguemos más rápido.

Sol se emociona y me da la mano, es en ese instante en el que veo bajar a soledad con su hija Fiorella y la otra, que me cae mal, trisha.

Trisha se acomoda el cabello y su madre se me acerca con paso seguro y firme. Admiro a la gente que aparenta esa seguridad y esa firmeza.

Soledad dice con acento argentino: Che, nenita, ¿querés que vengan con nosotras? yo las acerco, de todas formas vamos todas al mismo sitio.

Asiento en silencio mientras Sol corre a abrazar a su amiga.

Caminamos hasta el coche de la familia García, soledad abre y mete a ambas niñas atrás, luego se despide de Trisha, la cual va a la universidad, me río de los universitarios por salir después, aunque claro, a mí me pasará lo mismo en algún tiempo.

Entro al puesto del copiloto y la veo meterse al coche con gracilidad.

Me encanta el ambientador a pinos del coche y lo aspiro con felicidad.

MI hermana y Fiore van hablando en la parte trasera del coche mientras yo me acurruco lo que puedo y Soledad putea a un tipo que va conduciendo mal en la calle.

Soledad murmura con acento argentino: Agradecé que no estoy en horario laboral, forro hijo de puta.

Saco el móvil y veo que tengo un mensaje en instalife.

Faina Karenina: Nos vemos esta noche, Selkie.

Tu mensaje: Cuenta con ello, rusalca.

Llegamos y Soledad abre mi puerta con una sonrisa, luego le abre a las niñas.

Entonces veo que Fiore lleva un precioso vestido rosa y que mi hermana lleva una camiseta que pone: Triste no, realista.

Me muerdo la lengua, le hubiese pedido que se la cambiase, pero no soy quien para dar clases de vestir.

Veo a Soledad entrar al colegio y la sigo, las niñas nos siguen con cara de circunstancia

Observo el colegio nuestra señora del pilar con atención, me recuerda a mi infancia, estudié en él desde los tres años.

Nos sentamos en los pupitres y Soledad saca su teléfono, se me hace raro verla sin el uniforme de IPS

Lleva una camiseta blanca sin estampado y un sort negro.

La verdad es que no parece muy difícil la lucha contra ella, claro, si no sabes que es policía.

Cuando tienes claro que entrena todos los días y que trabaja su cuerpo hasta la extenuación, simplemente te rindes, o al menos si eres inteligente. Soledad es muy dulce por las buenas, pero por las malas no quiero ni imaginarlo.

Es cuando entra la profesora de mi hermana, la señorita Beatriz que compruebo mi suposición.

Soledad se pone en pie como un rayo y ambas manos se posan en su cintura, la señora y el señor López entra y tengo el placer, ejem, ejem, placer. De conocer a Sara.

Es una niña, o une niñe, o lo que sea, odio el lenguaje inclusivo, con aspecto andrógino, cosa que respeto, como buena emo que soy. De mas o menos doce años, tiene el cabello tintado de blanco, cosa que hace que yo personalmente mire a su madre con cara de: Muere, maldita perra. Y me apoyo la cara en la mano mientras busco un momento para entrar a la discusión.

Ahora que os he descrito mi cálida bienvenida a los López os informo que el señor Manuel García entra al aula con paso firme, viene de entrenar porque trae ropa de deporte y una mochila deportiva a la espalda. Mira a su mujer con afecto y luego se endurece su gesto.

Me parecen tan tiernos, conozco padres que han estado a punto de separarse y ellos son una pareja que en mi opinión estarán juntos hasta que la muerte los reúna.

Manuel dice: Buenos días, señorita Bea, ustedes han de ser los señores López, verdad? Un gusto, Manuel García, padre de Fiorella.

Beatriz dice: Buenos días, señor García, me alegro de que haya venido, a diferencia de los Allen, de los cuales solo veo una representante.

Su mirada se dirige a mí así que decido lanzarle una carta llamada mirada asesina y opto por entrar en escena.

Dices: Mis padres han de estar en camino, señorita Bea, pero para decirle lo que tengo que decirle la verdad es que no los necesito.

Miro a mi hermana y a Fiore y les indico con un gesto que salgan del aula. No quiero que mi hermana vea como dejo de pasar del puto multiverso, quiero decir. soy su héroe.

Sol toma la misma postura de Soledad y mira a su profesora. Entonces hace algo que me sorprende:

Sol dice: SI me va a dejar sin ir a la graduación por pegarle un chicle a su sobrina, entonces hágalo, de todas formas ni Fiore ni yo queremos ir a su dichosa graduación.

¿Ha dicho su sobrina? ¡Alto al lápiz! ¿Ha dicho su sobrina?

La profesora se pone de todos los colores, y no es porque yo la esté mirando con cara de limón exprimido, no, no, es porque Soledad le está lanzando una mirada que le erizaría la piel a cualquiera.

Soledad dice con acento argentino: Chetísimo, pará un momento, o sea que vos me estás diciendo que mi hija, mi, hija, fue encerrada en el baño por su sobrina y que por culpa de, su, sobrina, mi, hija se quedará sin ir a la graduación? explicame si no entendí bien, porque la verdad es que necesito comprenderlo.

Soledad empieza a caminar por el lugar con mirada amenazante, Manuel se acerca y le posa una mano en un hombro que esta se aleja, los López parecen encogerse sobre si mismos, mi hermana se cubre la boca como si lo que hubiese dicho estuviera mal y Fiorella la está halando de la mano para que salgan del aula.

Dices: Olvídalo, Fiore, definitivamente os quedáis aquí, esto se ha puesto serio

Me pongo en pie y entro a la vez que Manuel exactamente con las mismas palabras

Te lo voy a resumir para que no digas que este texto es muuy largo.

Soledad le advirtió a la profesora Bea de que si mi hermana y sol no iban a la graduación no sabía como, pero la conchísima de la lora, así dijo, que iba a encargarse de que el colegio cerrara aunque fuese lo último que hiciera como policía.

Resulta que las amenazas, perdón advertencias, son muy efectivas y pues nada.

Soledad y yo salimos sin que llegaran mis padres, y ella dejó el coche a Manuel para irse a correr y a desfogar la ira.

Saco el móvil y me dispongo a escribirle a una rusalca que tanto tú como yo conocemos.