Nueva escena de rol: Una oportunidad

Punto de vissta: General

Kiara va entrando a la clínica, Ingrid le da los buenos días
Kiara dice: «Buenos días, Ingrid. Tengo paciente citado a las 7:30, por favor cuando llegue me avisas?»
Ingrid asiente
Kiara le sonríe
Kiara dice: «muchas gracias»
Kiara ve su reloj
Son las 7:05 am
Kiara se dirige al consultorio, coge la llave y abre la puerta
Kiara entra y cierra la puerta
Consultorio
Kiara entra en el cubículo, se cambia de ropa y se pone el pijama sanitario
Kiara prepara el equipo que usará
Kiara sale del cubículo
Kiara rodea el escritorio y enciende el ordenador
Kiara busca la historia del paciente y revisa sus últimas anotaciones
Unos minutos después…
Kiara mira su reloj y ve que todavía tiene tiempo, así que sale del consultorio y sube a descanso
Kiara sube las escaleras
Kiara abre la puerta y entra
Descanso
Irina está sentada tomando un café y comiendo un sandwich
Iñaki duerme a pierna suelta en una de las literas, se le ve extenuado
Kiara lo mira y habla en susurros con Irina
Kiara susurra: «Cómo salió todo?»
Irina traga
Irina susurra: «fue bien, pero según supe casi no la cuenta. Igual hay que esperar a que reaccione y baje la inflamación cerebral, para luego valorar mejor.»
Kiara asiente
Irina termina de comer
Irina susurra: «quieres un café?»
Kiara asiente pero le pone la mano en el hombro a irina y se levanta ella, sirve dos vasos y le da uno a Irina
Kiara la mira
Kiara susurra: «a qué hora te pensáis ir, Rina?»
Irina sorbe del vaso
Irina susurra: «Cuando llegue Paty, entra a las 9:30 am, porque tenía que llevar a la madre al Universitario a una cita»
Kiara asiente
Kiara mira su reloj
Kiara susurra: «Tengo paciente ahorita, pásate antes de irte por el consultorio»
Irina asiente
Irina se termina el café y tira el vaso en la papelera
Kiara sale con su café
Communidad de Madrid; Clínica Solidaria España
Kiara camina por el pasillo hacia las escaleras
Kiara baja las escaleras
Kiara va bebiéndose el café por el camino
Kiara camina hacia el consultorio, abre la puerta
Ingrid habla con un hombre de mediana edad y le señala la puerta del consultorio de Kiara
El hombre agradece y se acerca
El hombre toca la puerta que está entreabierta
Kiara dice: «Pase»
Kiara se termina el café y tira el vaso en la papelera
El hombre pasa y cierra
Kiara le sonríe
Kiara dice: «cómo se ha sentido? Como va esa rodilla?»
El hombre dice: «Pues un poco mejor sí, pero todavía me duele y ahora con este frío, mucho más»
Kiara asiente, comprensiva
Kiara se levanta
Kiara dice: «pasemos al cubículo, así puedo evaluarle con más detalle y comenzaremos a trabajar para que se sienta usted mejor»
El hombre se levanta apoyándose en el escritorio
Kiara observa cada uno de sus movimientos y su expresión facial
Kiara toma nota mental de lo que observa
El hombre pasa al cubículo
Kiara le ayuda a sentarse en la camilla y luego a recostarse
Kiara levanta el pantalón de chandal y comienza a valorar la rodilla, no deja de fijarse en El rostro del hombre
Kiara palpa y observa los gestos de dolor que el hombre trata de reprimir
Kiara deja descansar la pierna y se acerca al rostro del hombre
Kiara dice: «Desde cuándo aumentó el dolor?»
El hombre abre los ojos,perplejo
El hombre dice: «pero cómo sabe usted…»
Kiara le pone una mano en el brazo
Kiara dice: «lleva dos, tres días así?»
El hombre suspira
El hombre dice: «tres…»
Kiara asiente
Kiara dice: «por qué no vino de inmediato?»
El hombre la mira
El hombre suspira: «es que no puedo coger una baja ahora en este momento, no puedo arriesgarme a perder mi empleo»
Kiara lo mira
Kiara dice: «Lo entiendo, pero se arriesga usted a tener una lesión más grave, incluso que le implique cirugía, me entiende?»
El hombre se pone pálido y frunce el ceño
El hombre dice: «es tan serio así?»
Kiara lo mira a los ojos
Kiara dice: «si no sigue mis indicaciones de ahora en adelante, lo será y no queremos eso, verdad?»
El hombre niega
Kiara le da una palmadita en el brazo
Kiara dice: «intente relajarse, procuraremos aliviar el dolor ese que no lo deja dormir»
El hombre asiente, respirando profundo
Kiara comienza a trabajar colocando compresas de calor húmedo a intervalos de diez minutos
Kiara se va fijando en el rostro del hombre
Luego de Media hora, el hombre se ve un poquito más relajado
Kiara retira la última compresa y coloca ahora un pack congelado envuelto adecuadamente para hacerlo tolerable, en intervalos de diez minutos
Kiara retira el pack luego del tercer intervalo y coge un tubo de gel analgésico antiinflamatorio, lo coloca en la rodilla afectada y va haciendo que la piel lo absorba con movimientos firmes y controlados.
Kiara revisa la piel y asiente
Kiara coge el tubo de gel del ultrasonido y lo coloca en la zona
Kiara coge el ultrasonido
Kiara cambia el cabezal por el más pequeño y comienza a pasarlo por donde observa mayor inflamación
Pasados quince minutos, Kiara termina la sesión de ultrasonido
El hombre se observa bastante relajado
Kiara abre el estante y saca una rodillera ortopédica para estabilizar la rodilla
Kiara ayuda al hombre a incorporarse
El hombre mira la rodillera y la señala
El hombre dice: «y eso para qué?»
Kiara dice: «para estabilizar su rodilla y que durante su trabajo, cuando esté en la calle o haciendo cualquier actividad, su rodilla no sufra ningún percance adicional»
Kiara le pone la rodillera y le explica como se coloca y se retira
El hombre apoya los pies en el suelo y se incorpora, frunce un poco el ceño
El hommbre dice: «me siento raro con esta cosa puesta»
Kiara sonríe
Kiara asiente
El hombre la mira
Kiara dice: «Será así un par de días mientras se acostumbra»
El hombre dice: «tengo que usarla todo el tiempo?»
Kiara dice: «durante el trabajo, sí. cuando salga de casa, cuando ande por la calle. En casa, para ducharse o irse a dormir no es necesario, a menos que usted en casa no pare ni un segundo.»
El hombre esboza una sonrisa
El hombre dice: «en casa mi mujer me vigila, así que quede tranquila»
Kiara asiente
Kiara sale del cubículo, el hombre la sigue
Kiara saca el facturero de un cajón y mientras hace la factura, el hombre saca su cartera y busca los billetes.
Kiara le da la factura al hombre y este le paga
El hombre suspira profundo
El hombre dice: «muchas gracias, el dolor me llevaba loco»
Kiara lo observa
Kiara dice: «no tiene que agradecer; o si quiere hacerlo…»
el hombre se queda expectante
Kiara dice: «siga las instrucciones, cumpla las recomendaciones que le he dado y me daré por satisfecha»
Kiara le sonríe, el hombre sonríe
El hombre dice: «lo haré…»
Kiara asiente y va hacia la puerta, le abre y el hombre sale
Kiara le ve marcharse desde la puerta de su consultorio
Irina viene acercándose por el pasillo, cuando la puerta de la clínica se abre y un joven entra cargando un enorme arreglo deflores
Kiara e Irina ven al joven, sorprendidas
El joven habla con la recepcionista y le señala hacia donde están Kiara e Irina
El joven se acerca a ellas
El joven dice: «buenos días, Kiara García?»
Irina le señala y el joven mira a Kiara
Kiara observa el arreglo entre perpleja y fascinada
El joven carraspea
El joven dice: «disculpe, donde puedo colocar el arreglo? Necesito que me firme el recibido, señorita y bueno, es que pesa un poquitín.»
Kiara espabila y le da paso, le indica que lo deje sobre el escritorio
El joven le tiende el dispositivo, Kiara firma
El joven asiente
El joven dice: «que tenga buen día, señorita.»
El joven ve a Irina y le sonríe, sale del consultorio y se marcha
Ingrid sale disparada al consultorio de Kiara y al ver el arreglo con más detalle, suspira
El arreglo está elaborado con orquídeas negras rodeadas por rosas blancas y hermosas Gerberas blancas con el centro negro.
Ingrid dice: «ahí debe haber al menos dos docenas de rosas, qué impresión!»
Irina murmura: «yo creo que son al menos tres»
Ingrid vuelve a suspirar y asiente, mirando a Irina
Ingrid dice: «qué preciosidad de flores, incluso esas negras… no había visto nada así antes, qué serán?»
Kiara murmura: «son orquídeas…orquídeas negras»
El teléfono de la recepción comienza a sonar de forma insistente
Ingrid dice: «que sentido de la oportunidad que tienen!»
Ingrid sale disparada a su puesto
Irina cierra la puerta con suavidad
Kiara sigue un poco impresionada
Irina se fija que el arreglo trae una tarjeta
Irina dice: «no quieres saber quién te las envió, Kia?»
Kiara parpadea y se acerca, coge la tarjeta y la abre
En la tarjeta se lee con una caligrafía sencilla:
Una oportunidad, dame solo una oportunidad, por favor. Ismael
Kiara no da crédito
Kiara mira a Irina
Kiara dice: «por qué, rina?»
Irina suspira profundo
Irina dice: «porque anda subiéndose por las paredes por ti, Kia.»
Kiara la mira
Kiara dice: «pero vos sois mi amiga, como pudiste decirle, rina…»
Irina dice: «porque soy tu amiga, incluso porque hasta la doctora Belkis habló conmigo.»
Irina se acerca, Kiara da un paso atrás
Irina da otro paso adelante y le coge de las manos
Irina dice: «Kiara, no puedes seguir juzgando a los hombres por la medida de Nataniel. No es justo para ellos, pero menos lo es para ti. El doctor Ismael te gusta, yo lo sé aunque no me lo confieses o admitas jamás…»
Kiara niega
Irina la mira a los ojos
Irina dice: «sí, sí que te gusta… si no, no habrías puesto ese muro, Kia; no le habrías dado esta importancia a su arrebato.»
Kiara la mira con ojos vidriosos
Kiara murmura: «sabés cuanto sufrí, rina. No quiero volver a pasar por eso… no quiero.»
Irina la abraza con fuerza
Irina murmura: «lo sé, nena, lo sé.»
Irina se separa
Irina dice: «pero dejar de vivir, huir no es la solución, Kia… tú lo sabes. baja el muro, Kia, escúchale al menos.»
Kiara suspira
Kiara guarda la tarjeta y coge su móvil
Kiara teclea
[SMS] de Kiara: «Una sola oportunidad…»
Kiara pulsa en enviar y casi de inmediato recibe un mensaje
[SMS] de Ismael: «Esta noche, paso por ti a tu casa»
Kiara lee y suspira
Kiara teclea
[SMS] de Kiara: «de acuerdo, te espero a las 21:00»
El móvil de la chica suena
[SMS] de Ismael: «Ahí estaré»
Kiara bloquea el móvil y lo guarda
Irina la observa
Kiara mira el arreglo
Kiara mira a irina
Kiara dice: «tiene que estar vuelto loco para esto… No quiero ni pensar cuánto le costó»
Irina dice: «estaba bastante hecho polvo, sí.»
Kiara la mira
Kiara dice: «qué más le contaste?»
Irina se sonroja un poco avergonzada
Irina dice: «te juro que nada más. creo que como dice la doctora Belkis, él se lo tiene que currar contigo. Pero necesitaba un poquitín de ayuda. Por eso le dije lo de las flores.»
Kiara se acerca y la abraza
Kiara dice: «no te preocupés, Rina. No estoy enfadada. Teneis razón, apartando que Ismael no sea una joya, que tiene su temperamento y lo que quieras, le estaba juzgando por la medida de Nataniel y eso no es justo. Gracias por hacer que me diera cuenta»
Irina dice: «para eso estamos las amigas.»
Kiara dice: «Lo sé y que maravilla es que seais mi amiga, apesar de lo loca que estoy»
Irina ríe
Irina dice: «todos tenemos algo de locura»
Kiara la mira
Kiara dice: estás destruida, ve a casa… Ya nos vemos cuando termine la consulta»
Irina le da un abrazo y se aparta, se acerca al consultorio y abre la puerta.
Irina sale del consultorio cerrando la puerta tras de sí, Kiara la ve marchar
Kiara se queda mirando el arreglo y suspira profundo
entre tanto en el Hospital Universitario de La Paz
Ismael suspira de alivio, bloqueando su móvil
Ismael murmura: «bendita seas, Irina.»
Anaís, la enfermera de traumatología lo observa
Anaís dice: «está usted bien, doctor Moreno?»
Ismael la mira y sonríe
Anaís lo ve, extrañada
Ismael dice: «estoy perfectamente, mejor que nunca»
Anaís dice: «la cirugía comienza en 20 minutos, doctor»
Ismael asiente y se dirige a quirófano silbando animadamente
Anaís sale tras él pensando que lo que sea que haya ocurrido, mejor que siga ocurriendo; nada peor que el doctor Moreno cuando está de malas.
Anaís cierra la puerta y camina tras Ismael por el pasillo.