Nueva escena de rol: Hora de emprender el vuelo.

Punto de vista: Tessa.

Tessa se mira al espejo una vez más.
El reflejo la aturde un instante, recuerdos de su madre le hacen cerrar los ojos.
Murmuras con acento catalán, «ni todo el maquillaje del mundo disimula la violencia.»
Tessa suspira y sale del baño.
Sobre la cama, la maleta abierta con todo esparcido en el colchón hace que Tessa se entristezca.
Tessa niega para sí misma y comienza a poner todo en orden sin hacer ruido.
Media hora después…
Un piso en Paseo de Gracia

Te encuentras en un piso con acabados de lujo, decoración vanguardista y minimalista sin que parezca frío y despersonalizado. De las paredes cuelgan obras de arte de colores vívidos y armónicos que contrastan con el blanco perlado en paredes y pisos, el negro del mobiliario y el gris acerado de moquetas y persianas. Las mesas de cristal conjuntan con la madera y el cuero del mobiliario y reflectan a la perfección tanto la iluminación natural como la artificial.
Tessa se asoma a la habitación de Agustí, cuidando de no despertarle.
Agustí yace de lado, con la rodilla izquierda flexionada, el brazo izquierdo sosteniendo su cabeza, mientras el derecho descansa sobre su abdomen, cerca de la cinturilla del chandal con el que suele dormir. su expresión parece rígida, como si fuese imposible relajarse del todo. Su pecho desnudo sube y baja con lentitud, dejando claro que duerme profundamente.
Tessa lo observa en silencio y el nudo que venía sintiendo en el estómago se deshace por fin.
Tessa apoya un papel doblado delicadamente sobre la almohada libre y aspira el aroma del hombre.
Tessa gestualiza una despedida y sale de la habitación sin hacer ruido.
Tessa coge su maleta y abandona el piso de Agustí.
barcelona; Paseo de Gracia
Te encuentras en una de las avenidas principales de la ciudad y una de las avenidas más famosas de cataluña, debido a su importancia turística, áreas comerciales, negocios y un gran escaparate de destacadas obras de arquitectura modernista. La avenida está situada en la parte central de la ciudad y conecta la plaza de Cataluña al este con la calle mayor de Gracia al oeste.
Tessa camina en dirección a la plaza catalunya, para luego dirigirse a la rambla de Catalunya.
barcelona; Rambla de Cataluña
Te encuentras en una de las vías más céntricas que discurre por la derecha del ensanche en dirección mar montaña entre el paseo de Gracia y la calle de Balmes. Nace en la plaza de Cataluña y acava en la avenida Diagonal. Es un paseo basicamente comercial donde abundan las tiendas de moda.

Tessa va mirando las tiendas y los escaparates, mientras camina hacia la Gran Vía de las Cortes Catalanas, para luego alcanzar la Plaza de Espanya.
barcelona; Gran Vía de las Cortes Catalanas
te encuentras en una de las vías más importantes de la ciudad, que la cruza longitudinalmente con un recorrido de más de 13 KM, siendo la calle más larga en portales de españa. La numeración de las fincas llega del 21 al 1198. Varios tramos se encuentran en obras, impidiéndote cruzar la totalidad de la vía a pie.
Tessa sortea algunas obras y gira hacia la Plaza de Espanya.
barcelona; Plasa D’Espanya
La plaza de españa es uno de los espacios más emblemáticos de la capital catalana. Con 34000 metros cuadrados es la segunda mayor tras la plaza de España de Madrid y por delante de la plaza de Cataluña. Confluyen en ella la Gran Vía de las Cortes Catalanas, la avenida del Paralelo, la calle Tarragona, la calle Creu Coberta y la avenida de la Reina María Cristina.
Una enorme pancarta antisistema contra Imperium y el orden establecido cuelga del balcón de un piso.
Tessa camina hacia la parada de autobús, fijándose en la pancarta.
El autobús de la línea 65 acaba de llegar.
Tessa sube al autobús.
Dices con acento Catalán, Buenos días.»
el chofer responde mientras coge el pago y entrega la vuelta.
Tessa recibe el dinero y se dirige a ocupar un asiento.
El autobús de la línea 65 arranca en dirección Av Paral-lel.
Tessa mira por las ventanillas.
La ciudad está llena de folletos del partido Guarda Tus Espaldas.
Mucho rato después…
el autobús de la línea 65 llega a la parada Av Verge de Montserrat-Jaume Casanovas.
tessa baja del autobús, sujetando su maleta.
Tessa camina a prisa en dirección a Plaza de la Vila.
Barcelona; El Prat de Llobregat; Plaça de la Vila.
Es el punto de mayor altitud del municipio. Cuenta con unos 157 metros de longitud, aproximadamente y en ella se encuentra la sede del ayuntamiento del Prat de Llobregat, así como diversos comercios, una agencia de Imperium Bank y varios edificios residenciales. la plaza da acceso a la calle Mayor, y a otras vías como la calle Ferran Puig y la calle Jaume Casanovas.

Tessa se acomoda la tira del bolso en el hombro antes de entrar en la agencia del banco.
barcelona; el Prat de Llobregat; Imperium Bank
Esta agencia es propiedad de Imperium Bank. Al pasar el control de seguridad, puedes observar diagonal a la derecha, algunas taquillas donde pueden realizarse retiros, depósitos, cambiar cheques y actualizar libretas. Frente a las taquillas dos puestos de atención al cliente, para otro tipo de trámites bancarios. Al fondo, la oficina del Gerente de la Agencia y al lado, una puerta de seguridad que da acceso a la bóveda y a la sala de cajas de seguridad.
Tessa pasa el control de seguridad.
Tessa pide hablar con el Gerente.
Varios minutos después.
Un hombre entrado en la cincuentena se acerca a Tessa.
Tessa se pone de pie, cogiendo el asa de su maleta.
El hombre la observa un instante. Su expresión no deja ver lo que está pensando.
Dices con acento catalán, Buenos días. He venido porque mi abuelo me ha dejado en herencia el contenido de su caja de seguridad.»
El hombre asiente con la cabeza.
El hombre habla en catalán.
El hombre dice: «acompáñeme por favor, necesito verificar su identidad y que cumpla los requisitos.»
Tessa asiente y sigue al hombre al interior de su oficina.
Gerencia Imperium Bank-El Prat de Llobregat.
Es una oficina modesta con un escritorio, un ordenador, teléfono, impresora y dos sillas para atender a los clientes.
El hombre hace gestos para que Tessa ocupe una de las sillas.
Tessa se sienta y comienza a hurgar en su bolso.
Tessa saca un sobre y se lo entrega al hombre.
El hombre saca los papeles y revisa que todo esté en orden.
El hombre se gira a su izquierda y comienza a introducir datos en el ordenador.
El hombre consulta en el sistema, introduciendo el número de DNI de Constantí.
El hombre vuelve a girarse y alza la mirada.
Tessa lo observa con atención.
El hombre dice: «Tiene usted la llave, supongo.»
Tessa asiente.
El hombre asiente, coge el teléfono y realiza una llamada.
El hombre habla en voz baja y con rapidez.
El hombre cuelga el teléfono y se levanta.
El hombre dice: «venga por aquí, por favor.»
Tessa se levanta y sigue al hombre.
Ambos caminan hacia la puerta de seguridad. el hombre introduce unos datos en un pequeño panel a la derecha, en el cual apoya su dedo pulgar y luego enfoca la mirada hasta que la luz pasa de amarillo a verde y un sonido seco se escucha.
El hombre hace un gesto de cabeza al segurata externo y espera que Tessa le adelante.
Tessa entra y el hombre le sigue de cerca.
La puerta se cierra.
El hombre hace otro gesto al segurata interno y echa a andar por un largo pasillo hasta unas escaleras descendentes.
Tessa va caminando; mientras lo observa todo, sus pasos resuenan y el traqueteo de la maleta siendo arrastrada se intensifica.
El hombre comienza a descender al ver que Tessa ha alcanzado la escalera.
Tessa baja tras el hombre.
El hombre espera a Tessa de pie, junto a otra puerta de seguridad, la cual abre introduciendo una llave que lleva al cuello. Luego introduce un código de varios dígitos, coloca el pulgar y gira la llave cuando la luz pasa de verde a azul.
El hombre ingresa a la bóveda acorazada luego de darle paso a la chica.
Tessa observa cómo el hombre abre un panel en la pared y extrae la caja.
El hombre se dirige a una puerta lateral, la abre y entra.
Tessa sigue al hombre a la sala de visualización.
El hombre deja la caja sobre una mesa.
El hombre dice: «si es tan amable de introducir su llave aquí, por favor.»
Tessa se acerca e introduce la llave a la vez que el hombre introduce la llave maestra.
Tessa observa la caja e inspira profundo.
El hombre dice: «La dejaré a solas, pero estaré aquí fuera.»
Dices: «Gracias.»
El hombre sale, cerrando la puerta.
Tessa coge la llave con manos temblorosas.
La imagen y la voz de su abuelo Constantí vienen a su memoria.
Tessa inspira profundo y abre la caja.
Dentro de la caja hay dos sobres cerrados, una pequeña libreta con cubierta de cuero, dos estuches de terciopelo y en el fondo un estuche casi de las mismas dimensiones de la caja de seguridad.
Tessa va sacando el contenido. Las manos le sudan un poco por el nerviosismo.
Tessa abre el estuche del final y se queda paralizada.
Dentro del estuche hay un monóculo de relojero, una lupa 10x, una lupa gemológica y un juego de pinzas gemológicas.
A Tessa se le empañan los ojos, pero sigue revisando el contenido.
Tessa toma la pequeña libreta y la abre con cuidado.
Tessa aspira el aroma que desprenden las páginas a medida que las va pasando.
Tessa cierra los ojos recordando todas las veces que hurgó en el taller de su abuelo, intentando mirar los secretos que guardaba aquella pequeña libreta.
Tessa acaricia con la yema de un dedo el trazado firme de la letra de su abuelo y una lágrima resbala por su mejilla mallugada.
Tessa deja a un lado la libreta y toma uno de los sobres.
Tessa abre el sobre y saca algunas páginas.
La letra de su abuelo aparece en cada una de ellas.
Tessa comienza a leer:
«Mi pequeña artesana.
Espero que Agustí sea tan listo como parece y haya hecho todo y cuanto le pedí…»
Tessa abre mucho los ojos al ver la referencia de su abuelo hacia Agustí, pero sigue leyendo.
«Confío en que tu enfado por no haber recibido la joyería no te dure mucho tiempo. No es que no confiase en ti, o que creyese que no eras capaz de sacarla adelante. Deshacerme de toda una vida de creaciones y de trabajo, de momentos buenos y momentos duros ha sido algo indispensable para abrir las puertas de tu jaula de oro. Tienes que volar muy alto y lejos… lejos de tu padre, de tu hermano y del resto de mis hijos.»
Tessa llora en silencio mientras sigue leyendo.
«He sido un artesano extraordinario; pero he sido muy mal padre. todos mis hijos son una prueba de ello. En la vida todo tiene un precio y es el que yo he tenido que pagar… pero tú eres mi joya más preciada; mi artesana, la luz de mis ojos. No podía permitir que tu padre apagase esa luz. Por eso vendí la joyería y, apesar de la negativa de tu madre a aceptarlo, creé el fideicomiso.
Hay cosas que tú y tu madre debeis hablar; cosas que no deberían seguir siendo un secreto.
Sé que es difícil entender, pero tu madre es una buena mujer… una mujer que merecía pasar sus días con alguien que la amase y la valorase como Bernat no es capaz de hacer. soy en parte responsable de su infelicidad, pues cuando ella acudió a mí, me negué a escucharle, me negué a creerle; pero tú debes de hacerlo; por mí y por ti, cariño mío.»
Tessa llora cada vez más, imaginando todo lo que su madre ha debido de soportar al lado de Bernat.
Tessa pasa a la página siguiente, intentando secarse las lágrimas con el dorso de la mano.
«mi pequeña artesana… Sé que reconocerás y valorarás todo lo que dejo en tus manos y también sé que harás buen uso del patrimonio que te entrego. Llevas el arte en la sangre y el corazón, parte de mis secretos ya forman parte de ti, lo verás cuando comiences a leer mi libreta; ahí entenderás por qué nunca quise dejar que la leyeses antes. Ahora te será de mucha más utilidad, confía en mí.»
Tessa esboza una sonrisa imaginando a su abuelo mientras le escribía.
Tessa pasa a la última página.
«Aparte de las herramientas que hallarás en la caja, he querido dejarte dos piezas… ya tú decidirás que haces con ellas. las creé para tu abuela y fue su deseo que las tuvieses tú. Ella nunca las usó, dijo que eran demasiado hermosas para su cuello de cacatúa, así que me pidió que las guardase, porque no quería que sus nueras emprendieran una disputa por ellas cuando dejase este plano y sabes bien que ella llebaba toda la razón.»
Tessa niega con la cabeza, imaginando a su abuela despotricar contra sus nueras y no puede dejar de sonreír.
«Mi pequeña niña. Mi último regalo es algo que te pido no rechaces. Conozco tu espíritu, sé lo mucho que amas la independencia, la libertad y el orgullo de no deberle nada a nadie, pero te pido que aceptes este obsequio de parte mía y de tu yaya. Agustí nos ayudó un poco antes de que ella nos dejase, así que cualquier duda que tengas al respecto, él podrá resolverlas. Has de saber que aunque trabaja con tu padre, es un hombre muy diferente y, aunque vosotros no llegueis a estar juntos para formar una familia, él es alguien de quien te puedes fiar.
Recuerda cuanto te quiero y que, aunque mis huesos viejos ya no estén a tu lado, mi espíritu va contigo donde quiera que vayas y que siempre serás mi joya preferida de entre todas las que haya podido crear.
Lo nuestro será siempre un hasta luego; hasta que el creador nos vuelva a juntar.
siempre en mi corazón y yo en el tuyo, Constantí.
Tessa llora apretando aquellas hojas contra su pecho, hasta que ya no salen más lágrimas.
Tessa guarda de vuelta la carta en el sobre y la deja sobre el estuche.
Tessa abre con rapidez los dos estuches para ojear las piezas de su abuelo y se queda con la boca abierta.
Murmuras: «Madre mía, Constantí.»
Tessa vuelve a cerrar los estuches y coge el otro sobre, abriéndolo con rapidez y volcando el contenido sobre la mesa.
Unas llaves saltan del sobre, resonando sobre la superficie.
Tessa se confunde un momento y se apresura a sacar lo que queda en el sobre.
Tessa extrae unos documentos.
Tessa lee uno de los documentos y parpadea varias veces.
Tessa suelta un gritito de sorpresa al leer el otro documento.
Se escucha el mecanismo de la puerta.
Tessa se gira para ver quien entra.
El gerente dice: «perdone que la moleste… ¿Está usted bien?»
Tessa asiente, mientras guarda las llaves, la póliza y las escrituras en el sobre.
Tessa habla con la voz quebrada por la emoción.
Dices: «Solo guardaré el contenido y estaré lista, no me tardaré nada.»
El gerente la observa, sereno.
El Gerente habla con tono tranquilizador.
El gerente dice: «No se preocupe, tómese el tiempo que necesite.»
Dices: «Muchas gracias.»
El gerente sale y Tessa se apresura a guardarlo todo.
Tessa introduce los sobres, los estuches de las joyas y la libreta en su bolso; luego levanta su maleta, la abre y guarda allí el estuche con las herramientas de su abuelo.
Tessa cierra la maleta y su bolso y cierra la caja de seguridad.
Tessa se acerca a la puerta y la abre.
El gerente está esperando.
El gerente dice: «¿Lista?»
Tessa asiente y el hombre entra.
El hombre coge la caja y sale, se acerca al panel y guarda la caja en su lugar dejando todo como estaba al principio.
Ambos abandonan la bóveda.
Quince minutos después…
Tessa camina frente a lo que fue la joyería de su abuelo, ahora con un nombre diferente.
Tessa suspira pensando en su madre y desanda sus pasos, despacio, observando las calles por donde solía caminar hasta hace unos meses.
Tessa camina sin rumbo aparente; media hora después se encuentra frente al cementerio.
Barcelona; el Prat de Llobregat; Camí de Cal Met Natrus; Cementerio nuevo del Prat de Llobregat. .
Este camposanto está situado en una zona muy cercana al aeropuerto internacional de Barcelona y, a la vez, a sólo 300 metros de distancia de los espacios protegidos del Delta del Llobregat.
Tessa entra y camina en dirección a las tumbas de sus abuelos.
Un hombre está acuclillado organizando unarreglo de flores.
el hombre se levanta despacio al notar la sombra que se forma sobre la lápida.
Tessa lo observa e inspira profundo.
Agustí se gira, su rostro permanece sereno.
Agustí la observa.
Dices: «No tenía idea de que vinieses a este lugar.»
Agustí habla con acento catalán, «No tenías por qué.»
Tessa va a decir algo pero Agustí la interrumpe.
Agustí dice con acento catalán, «Imagino que ya has pasado por el banco. me habría gustado acompañarte; gracias por la nota; aunque esperaba que pudiésemos desayunar y hablar.»
Dices con acento catalán, «pensé que sería mejor así.»
Agustí niega con la cabeza.
Agustí dice con acento catalán, «¿Mejor para quien? Para ti, supongo… aunque habría esperado un poco más de valor por tu parte, Tess.»
Tessa baja la mirada.
Agustí sigue de pie, observándola.
Agustí dice con acento catalán, «Entiendo que no tengas la mejor opinión de mí, aunque confieso que esperaba que luego de tantos años, te dieses cuenta de que no soy como tu padre.»
Tessa abre la boca pero la cierra de nuevo, recordando la carta de su abuelo.
Agustí sigue hablando sin acercarse a ella.
Agustí dice con acento catalán, «No voy a seguir esforzándome en darte explicaciones de lo que ocurrió aquella noche y de por qué ocurrió, Tess. Te quiero, sí, pero finalmente he aceptado que entre nosotros ya nada va a ser igual. Imagino que habrás visto las escrituras y la póliza. No sé qué otra cosa habría en la caja, de lo que te hablo es de lo que me ocupé a petición de tus abuelos. Aunque soy socio del bufete de tu padre, no soy su vasallo, Tess; lo creas o no, mi coincidencia con él es laboral y puede que no dure mucho tiempo más.»
Tessa lo mira, sorprendida.
Dices con acento catalán, «¿De qué hablas?»
Agustí camina alejándose de las tumbas buscando algo de sombra.
Tesa le sigue.
Agustí se gira apoyándose en el tronco de un árbol, hurga en el bolsillo de su cazadora y saca un paquete de tabaco.
Agustí saca un cigarrillo, guarda el paquete de nuevo en su sitio y saca el encendedor.
Tessa lo observa en silencio.
Agustí se lleva el cigarrillo a la boca, lo enciende y da una primera calada, expulsando el humo despacio.
Agustí habla por fin mirando a Tessa a los ojos.
Agustí dice con acento catalán, «tu padre insiste en que nos casemos. Cuando quiera darse cuenta de que eso no va a ocurrir, no va a sentirse satisfecho y ya sabes lo que ocurre cuando eso pasa.»
Dices con acento catalán, «No puede hacerte eso.»
Agustí esboza una sonrisa triste.
Agustí dice con acento catalán, «puede y lo hará. Pero no te preocupes, estoy cubierto. Soy bueno y tengo un futuro prometedor aunque no siga de socio de tu padre.»
Tessa lo mira con preocupación.
Dices con acento catalán, «siento mucho que te veas arrastrado en todo esto; de verdad lo siento.»
Agustí se encoge de hombros.
Agustí da otra calada.
Agustí dice con acento catalán, «Aunque no lo creas, no habría permanecido mucho tiempo en el bufete. Tu padre y yo tenemos filosofías que divergen más de lo que convergen. aproveché la oportunidad y eso me ha abierto puertas; pero de ahora en a delante sigo yo mi camino. Así que no tienes de qué preocuparte.»
Tessa se acerca un poco.
Agustí la observa sin ocultar lo que siente.
Dices con acento catalán, «Gracias por ayudar a mis abuelos… gracias por todo, en realidad.»

agustí expulsa el humo y niega con la cabeza.
Agustí dice con acento catalán, «nada, Tess. tus abuelos siempre fueron importantes para mí, ya lo sabes. Y por ti… por ti siempre haría lo necesario.»
Agustí mira su reloj antes de dar una última calada al cigarrillo.
Agustí dice con acento catalán, «Te llevaré al aeropuerto si me lo permites. Tienes el tiempo bastante justo.»
Tessa asiente.
Ambos salen caminando hacia el estacionamiento del cementerio.
Veinte minutos más tarde.
Barcelona; Aeropuerto de Barcelona-El prat.
Tessa acaba de hacer el check in y camina junto a Agustí con la tarjeta de embarque en la mano.
Agustí camina a su lado, en silencio.
Tessa se detiene justo antes de ingresar a la zona de embarque.
Agustí mete las manos en los bolsillos de su pantalón.
Agustí dice con acento catalán, «Bien, avísame si llegas a tener dudas con la propiedad o la póliza. Tienes mi número, puedes llamar a cualquier hora.»
Tessa mira a Agustí, reprimiendo las lágrimas.
Agustí suspira profundo.
Tessa da un paso adelante soltando el asa de la maleta y abrazando a Agustí con fuerza.
Agustí responde al abrazo estrechándola contra sí.
Tessa hunde su rostro en el cuello de Agustí y llora aferrada a él.
Agustí la acaricia intentando que se calme.
Agustí se separa de Tessa y le seca las lágrimas con los pulgares.
Agustí dice con acento catalán, «todo va a estar bien.»
Murmuras con acento catalán, «Te creo, sé que aquella noche…»
Agustí la silencia, poniendo un dedo en sus labios.
Agustí dice con acento catalán, «el pasado es pasado, recuerda… Ahora lo que importa es hoy y que tú seas feliz.»
dices con acento catalán, «tú también importas y yo…»
Agustí niega con la cabeza.
Agustí dice con acento catalán, «yo estaré bien. Aún es pronto para mí, pero estaré bien. marcha tranquila.»
Tessa vuelve a abrazarle y Agustí le corresponde ahora con menos intensidad.
Tessa se separa y le da un beso en la mejilla.
dices con acento catalán, «Eres el mejor.»
Agustí esboza una sonrisa.
La megafonía anuncia que es hora de abordar el vuelo 740 destino Madrid.
Agustí dice con acento catalán, «Hala, es hora de emprender el vuelo, Tess.»
Tessa asiente y coge el asa de su maleta entrando a la zona de embarque.
Agustí traga grueso mientras la ve marchar.
Cerca de la puerta de embarque, Tessa se gira un instante y se despide de Agustí con la mano.
Agustí le corresponde al gesto y sigue de pie mientras la ve atravesando la puerta, perdiéndose entre el resto de pasajeros.