Nueva escena de rol: Pensamientos de una araña, parte 1

Punto de vista: Luci

entro con calma y la mejor de mis sonrisas al trabajo, las últimas semanas sin trabajar han sido un suplicio, el problema con Zulema me afectó más de lo que me gustaría admitir. aunque he sabido ocultarlo
el viento golpea tu cara.
Me he fijado en distintas personas de la calle, posibles amantes con los que descargar la pena, personas a las que podría psicoanalizar con una mirada, ser periodista me ha enseñado tantas cosas que no abandonaría jamás. Jestos, miradas, sonrisas, palabras.
el sentimiento de ser más que el resto me acompaña constantemente, recordándome que yo tengo una meta clara y estoy haciéndolo todo por cumplirla. Desde hace los doce años que conozco a Zulema, siempre fue de buena familia y viajaban por curiosidad, desde que la vi me atrajo su belleza, no pensaba que la relación fuese estable y ella me pudiese dar más que unas cuantas buenas vivencias
los recuerdos de aquella etapa me sacan una sonrisa, sí, fueron buenos momentos, pero tal vez me permití sentir demasiado por la buena de Zule. ¿cuantos más no habrán pasado por mis brazos mientras ella estaba en francia estudiando para ser médico?
¿Ha ber si te crees tú que ser modelo es fácil, no, no, ahí no se sube por belleza, si no por lo bien que hagas lo que tienes que hacer, y no hablo de desfilar solo en pasarelas.
¿puta con título? podrán llamarme como quieran, pero yo cumplí mi sueño, yo entrevisté a celebridades que solo han tenido algunos en posters, yo he modelado en desfiles nacionales, y yo he sacrificado demasiado para llegar donde estoy
podrán criticarme cuanto deseen, Zulema solo fue un punto débil, una pieza de normalidad, tal vez intente arreglar las cosas, necesito ingresos de algún sitio para mi nuevo folder de modelaje aquí, y Con un recordatorio a Zulema de lo mal que lo ha hecho conmigo al irse con Enma y desaparecer… el dinero fluirá. Solo la necesito un poco más de tiempo. Puedo ver la ansiedad de la dependencia emocional que he generado en ella en este tiempo. A veces me siento mal, ¿pero que se le va a hacer? Yo necesitaba en ese tiempo lo que ella me podía dar.
Tiempo, que rápido pasa, aún estoy joven, 23 años no son nada al lado de los 35 que tiene Zulema.
sus oportunidades se acaban, las mías simplemente cambian. Ahora solo es buscar un empleo que de verdad me guste, pisar fuerte y dejar huella en Madrid.