Nueva escena de rol: La vieja y la rosa

Punto de vista: Arais

[S.Y] ruth: «copias en esta frecuencia??»
[S.Y] Arais: «copio »
[S.Y] ruth: «todo cortado para vehículos, el autobús llega en 10 minutos aproximadamente »
[S.Y] Arais: «confirmad si el objetivo está en la parada»
[S.Y] ruth: «sí, con su padre. Chaquetón azul ella»
[S.Y] Arais: «copiado, voy para allá »
[S.Y] ruth: «anciano de chaqueta marrón efectivo de apoyo.»
[S.Y] Arais: «copiado »
rosa está sentada en la parada del autobús junto a su padre
una anciana renqueante se acerca a la parada del autobús
Arais disfrazada de anciana mira el banco y la gente sentada y suspira
rosa habla con su padre
rosa susurra, «sí, hace frío»
rosa mira a las dos personas que han llegado y sonríe levemente
Arais aguanta de pie refunfuñando y sigue bisbiseando en voz baja
Arais se coloca bien un cesto que lleva colgando del hombro
Un anciano con una chaqueta de color marrón fuma esperando el autobús
rosa pone la mano sobre el muslo de su padre
rosa susurra, espera»
rosa se levanta
rosa mira a la anciana
rosa dice: «siéntese, señora.»
rosa dice: «le ayudo?»
Arais habla con voz enronquecida
Murmuras: «gracias, joven»
Arais se acerca al banco y se sienta con dificultad
rosa se pone al otro lado de su padre de pié.
Arais coloca el cesto en su regazo
rosa mira a la mujer
Arais va haciendo ruiditos con la boca como si mascara
rosa dice: «a dónde vá?»
Arais ladea un poco la cabeza como si no oyera bien
rosa dice: «digo que a donde vá»
Murmuras: «al mercado»
rosa dice: «A toledo capital?»
Murmuras: «ahí mismo, joven»
Murmuras: «qué le vamos a hacer si no nos lo ponen aquí cuando se necesita »
rosa dice: «si quiere le ayudo a subir y bajar, nosotros también bajamos allí»
Murmuras: «muy amable, moza »
rosa mira el reloj
rosa murmura: «parece que se retrasa»
Arais rebusca en su cesto y saca un monedero muy desgastado por el uso
Arais lo abre torpemente con las manos enguantadas
Arais saca unas monedas y se le caen otras
Murmuras: «virgencita qué manos »
Arais mira las monedas en la acera y suspira
Carmelo se inclina y coge las monedas
El padre de Rosa le da las monedas a la anciana
Murmuras: «gracias, buen hombre »
Arais tose con una tos muy seca y hace una mueca
Carmelo murmura, «no hay de qué señora mía»
Murmuras: «voy a prepararme, que luego vienen y todo son prisas »
El autobús se detiene delante de la parada
rosa ayuda a su padre a levantarse
rosa dice: «venga, que menudo cristo te han hecho.»
rosa se acerca a la anciana
Arais se levanta con un quejido y se coloca el cesto en el hombro
rosa dice: «le ayudo?»
Murmuras: «si es tan amable…»
rosa ofrece su brazo
Murmuras: «que no se me vaya a ir el coche »
rosa dice: «no, no»
Arais se agarra colgándose de rosa
rosa camina hasta la puerta del autobús seguida por su padre y la anciana
rosa dice: «tenga usted cuidado al subir que la escalera tiene mala uva»
Murmuras: «estos coches de línea no están hechos para nosotros »
rosa murmura: «si, ya veo»
rosa dice: «quiere que suba yo primero?»
Arais sube muy despacio, primero un pie, al rato el otro, como si no hubiera oído a rosa
Arais susurra. ay, ay
rosa mira a la anciana y sube detrás de ella muy despacio
rosa saca el monedero
Arais entra al autobús y deja varias monedas en la bandeja
rosa paga dos billetes
Arais deja pasar a rosa y su padre pues no hay monedas suficientes, y vuelve a rebuscar
rosa ayuda a su padre a subir el último escalón y se sienta en un asiento de 4
rosa dice: «papá siéntate tú aquí, que puedas estirar las piernas un poco»
Carmelo se sienta pegado a la ventana
rosa se sienta al lado de su padre
Arais deja el importe exacto y camina por el pasillo
rosa mira a la anciana
rosa dice: «señora, siéntese aquí que pueda ayudarle después»
Arais se sienta delante de rosa recolocando faldas y cesto
Murmuras: «gracias, gracias »
Arais se rasca la muñeca derecha
el anciano con chaqueta marrón se sienta dos filas detrás de rosa
El autobús cierra la puerta y se pone en marcha
Arais se inclina hacia adelante y deja el cesto en el suelo
rosa saca del bolso un pintauñas
rosa se pinta las uñas distraída mirando algunas veces la hora
Arais contiene la respiración al incorporarse y aprieta algo que hay bajo su manga cerca de rosa
Arais se apoya con un quejido
rosa se sopla las uñas
Arais sigue conteniendo la respiración unos cuantos segundos más
rosa olfatea un poco el aire
rosa mira a su padre
rosa murmura: «qué es esto?»
Arais mueve los labios bisbiseando como si rezara
Carmelo murmura, «que dices rosita? yo no noto nada»
Arais vuelve a rascarse la muñeca
rosa susurra, «esta mierda de pueblo está tan alto»
rosa tapa el pintauñas y lo mete en el bolso
Arais sigue bisbiseando
rosa suspira y apoya la cabeza en el respaldo
Arais ladea la cabeza sin dejar de bisvisear
El autobús desciende lentamente la montaña por un camino repleto de curvas
Murmuras: «padre nuestro que estás en el cielo »
rosa tose con la mano en la boca
Carmelo mira a rosa preocupado
Arais se ajusta el pañolón de la cabeza
rosa hace un gesto a su padre quitándo importancia
rosa murmura: «no te preocupes, es por el camino.»
Arais mira a rosa sin dejar de bisbisear su oración que encierra los códigos preestablecidos
Carmelo mira por la ventana
rosa mira a la mujer y fuerza una sonrisa
rosa dice: «es malo el camino, verdad señora?»
rosa empieza a sudar un poco.
rosa se quita el chaquetón un poco agobiada
Murmuras: «sí, y que no nos lo arreglan »
Murmuras: «hija, estás bien?»
rosa se queda mirando unos segundos a arais fijamente
rosa murmura: «sí, no es nada»
Arais sigue bisbiseando
rosa saca el teléfono
rosa teclea durante un rato
rosa suspira y se pasa la mano por los ojos
Arais susurra: venga a nosotros tu reino
rosa guarda el teléfono en el bolso
rosa se levanta
rosa se apoya en los asientos y camina hasta la parte delantera del autobús
Arais coge su cesto
rosa se sienta en los primeros asientos mirando la carretera
Carmelo se ha quedado durmiendo
rosa suspira apoyando la frente en sus manos
rosa tose varias veces
tras 30 minutos de viaje
El autobús entra en Toledo capital
Arais se levanta mirando fuera y suspirando
rosa se levanta y camina hasta los asientos donde está su padre
Arais se agarra a la barra con precario equilibrio
rosa murmura: «papá, venga que ya hemos llegado»
Carmelo sigue durmiendo
rosa agarra el brazo de su padre y le zarandea
rosa dice: «vamos, papá»
Carmelo se despierta y mira por la ventana vostezando levemente
Arais se apoya en la barra y busca algo en el cesto
El autobús se detiene en la parada de la Estación de trenes.
Carmelo se levanta
Arais está a punto de caer
rosa dice: «venga, vamos»
rosa busca a la anciana
rosa dice: «señora»
Arais se coloca bien el cesto
rosa dice: «yo bajo aquí, usted?»
Arais ladea la cabeza mirando a rosa
rosa dice: «digo que bajo aquí»
rosa señala la plaza
Murmuras: «sí, me bajo »
rosa camina hasta la puerta trasera
Arais sigue a rosa
rosa dice: «papá espera un momento y ayudo a esta señora a bajar»
Murmuras: «baje delante, que yo me agarro a su hombro, joven »
Carmelo camina detrás de arais y asiente mirando a su hija
Murmuras: «si no le importa me siento más segura así »
rosa dice: «sí, prefiere el ombro?»
rosa baja despacio delante de arais
rosa dice: «tenga cuidado, agárrese»
Arais se apoya en el hombro de rosa
rosa dice: «en los dos, señora»
rosa dice: «así tiene más estabilidad, yo no me caigo»
Arais pone la otra mano en el otro hombro
rosa dice: «así, no tenemos prisa»
rosa va bajando poco a poco los escalones
Arais comienza a bajar y da un pequeño grito entrecortado
rosa se gira mirando a arais
Arais golpea la corva de rosa con su rodilla
rosa cae de cara al asfalto
Arais cae con ella procurando que el codo de la mujer impacte contra el suelo
rosa grita y mira a la anciana
Arais grita como si se hubiera lastimado
Arais sigue gritando pidiendo ayuda
Carmelo baja a prisa y tropieza agarrándose a la puerta
rosa se toca el brazo y la rodilla
Arais hace que intenta levantarse, apresando más el codo de rosa
rosa cierra los ojos e intenta relajarse muerta de dolor
Arais sigue pidiendo ayuda a gritos
rosa dice: «no, no señora, espere»
rosa dice: «espere, por favor, suelte el codo»
las personas de la parada corren hacia las mujeres
Arais susurra dolorida, entrecortadamente
Carmelo habla con el conductor del autobús que bajó
El anciano con la chaqueta marrón sale del autobús y se acerca a arais
Arais gime sin dejar de soltar frases de la oración
Murmuras: «aay, virgen santa »
El anciano ayuda a arais a levantarse muy despacio hablando con ella para tranquilizarla
Murmuras: «aay, la muchacha »
rosa está muy pálida
Murmuras: «mi cesto, mi monedero.. ay ay »
Se escucha la sirena de una ambulancia
Murmuras: «sácame de aquí»
El anciano se agacha y coge la cesta
Murmuras: «ay, la muchacha »
Murmuras: «que alguien levante a la muchacha »
Arais solloza tosiendo
El anciano dice, «Venga usted conmigo que aquí hay más espacio para la ambulancia»
Carmelo intenta levantar a su hija
Murmuras: «el ambvulancia, que la lleven a la muchacha »
rosa dice: «no, papá joder, suéltame, que me he partido el brazo coño»
Arais sigue al anciano
Carmelo dice, «Rosita hija, tendrás que ponerte de pié para subir a la ambulancia»
rosa dice: «tú deja que ellos hagan su trabajo y no me muevas.»
rosa suspira
El anciano mira de reojo a arais
[S.Y] Arais: «permanecemos en posición, fuera de vista »
[S.Y] ruth: «copiado»
[S.Y] Arais: «que se aseguren que la ambulancia va al hospital »
El anciano entra en un coche con la cesta y señala discretamente un taxi
la ambulancia se detiene a pocos metros de rosa y dos sanitarios salen con una camilla
Arais asiente
El coche del anciano se pone en marcha dando la vuelta por la plaza vigilando la ambulancia
Arais se dirige al taxi
rosa mira a los sanitarios y señala la rodilla y el brazo
los sanitarios recogen a rosa después de invomilizarle el brazo y la rodilla
rosa dice: «la rodilla creo que está rota y la articulación del codo»
rosa mira a su padre
rosa dice: «ven tú también, no te quedes ahí parado!»
Carmelo camina apresurado detrás de la camilla
los sanitarios meten la camilla en la ambulancia
Carmelo entra en la ambulancia después de hablar con los sanitarios
rosa mira a su padre
rosa dice: «dame el teléfono que tiene la funda blanca»
[S.Y] Arais: «abandono zona, código 2, ella ha tecleado desde el autobús »
[S.Y] ruth: «copiado»
Arais entra en el taxi y se aleja de la zona
Carmelo busca en el bolso de rosa y saca dos teléfonos
[S.Y] Arais: «codo partido y no sé si rodilla»
Carmelo dice, «para qué quieres dos? no tienes suficiente con uno?
rosa dice: «papá dame el teléfono de la funda blanca y deja de decir absurdeces»
El vehículo del anciano sigue de lejos a la ambulancia
Carmelo da en la mano izquierda el teléfono
rosa intenta incorporarse un poco
rosa coge el teléfono y envía dos mensajes. mirando al sanitario de reojo
rosa apaga el tele´fono
rosa vuelve a apoyar la cabeza en la camilla
la ambulancia se detiene en el hospital de referencia en la capital.